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Sarkozy pide una "moralización del capitalismo"

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, pidió el martes tiempo para ver el efecto de su plan contra la crisis económica, avanzó que se tomarán muevas medidas "si la situación se degrada" y pidió una "moralización del capitalismo" ante la próxima cumbre del G20.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, pidió el martes tiempo para ver el efecto de su plan contra la crisis económica, avanzó que se tomarán muevas medidas "si la situación se degrada" y pidió una "moralización del capitalismo" ante la próxima cumbre del G20.

LD (EFE) "No iré a una cumbre mundial que decida no decidir nada. Mi convicción es que no tenemos tiempo. Hay que restablecer la confianza y para eso son necesarias reglas que pongan fin a las derivas de los últimos 25 años", afirmó Sarkozy en Saint-Quentin, al norte del país, ante unas 3.500 personas.

Sarkozy aseguró que "la sabiduría y el sentido común" recomiendan "paciencia" frente a la situación y no reaccionar "ante el último sondeo o la última manifestación", en una clara referencia a las protestas que, según los sindicatos, reunieron el pasado jueves a 3,5 millones de personas en todo el país. El presidente afirmó que se reunirá con los sindicatos "antes de verano" para analizar con ellos la situación económica y, en ese momento, se tomarán nuevas medidas si la situación lo precisa.

Entretanto, el presidente indicó que seguirá trabajando en las reformas, tanto a nivel interno como internacional, y afirmó que acudirá a la cumbre del G20 de Londres del próximo 2 de abril con la intención de "impulsar el combate para moralizar el capitalismo financiero". Consideró que la reunión de Londres "no es una cumbre técnica sino política" en la que "habrá que decidir si se reforma el capitalismo o si se deja el camino libre a los que quieren derribarlo y que destruirán al tiempo la libertad".

En clave interna, Sarkozy explicó que mantendrá su política de reformas, incluida la reducción del número de funcionarios, el recorte de impuestos y la reforma de la semana laboral de las 35 horas, tres de las principales reivindicaciones sindicales. "Tengo el deber de escuchar a los que se manifiestan, pero también a los que soportan la crisis en silencio", precisó el presidente.

Para Sarkozy "la crisis es una ocasión histórica para superar el retraso" de Francia en materias como la inversión en innovación, la reforma educativa o la puesta en marcha de "un nuevo modelo de crecimiento económico". "Debemos aprovechar la crisis para hacer cambios estructurales", destacó el presidente.

"Hasta ahora no hemos cometido errores", señaló el presidente francés, quien indicó que "todo el mundo mira" a Francia para inspirarse en sus medidas. Puso como ejemplo el plan de salvamento de los bancos, que no ha tenido que ser enmendado desde su lanzamiento el año pasado. "A diferencia de otros países, Francia sólo ha lanzado un plan de salvamento de la banca, porque era el bueno. Por eso Europa lo tomó como ejemplo", afirmó.

Precisó que ese plan, en el que el Estado no dio dinero a los bancos sino que se lo prestó, reportará en intereses a las arcas públicas 1.400 millones de euros que irán destinados "a los hogares más modestos". El presidente repasó las medidas adoptadas por su Ejecutivo, como las ayudas a las empresas que han permitido salvar empleos.

También anunció una revalorización de las pensiones más modestas, un plan de ayuda para los jóvenes y una bajada de los impuestos para las clases medias, "que no son suficientemente ricos para soportar la crisis ni lo bastante pobres como para recibir subvenciones".

También aseguró que se pondrá en marcha un plan de inversión en infraestructuras "sin precedentes". Pero mantendrá la rebaja fiscal de las rentas más altas, una de las medidas más criticadas por la oposición y los sindicatos. Sarkozy también avisó a los responsables de las grandes empresas de que impedirá que cobren elevadas indemnizaciones de despido en caso de que sus compañías se acojan a ayudas del Estado.

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