
LD (EFE) Tras la reunión de la mesa de diálogo social, la secretaria de Empleo de CCOO, Lola Liceras, advirtió de que un fracaso en la negociación sobre igualdad afecta negativamente a la mesa de la reforma laboral, aunque el secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, consideró que no tiene por qué condicionar el desarrollo posterior de las negociaciones.
Después de que los sindicatos mostraran su "decepción por la oportunidad perdida" y por el "fracaso" de la reunión sobre el anteproyecto de la Ley de Igualdad, Gómez hizo hincapié en que no se trata de un texto cerrado y apostó por buscar "un consenso suficiente", aunque no se consiga "el acuerdo clásico" con los agentes sociales.
Tanto para UGT como para CCOO, las políticas laborales en favor de la igualdad entre hombres y mujeres son un aspecto central de la reforma laboral. La secretaria de políticas de Igualdad de UGT, Almudena Fontecha, fue dura con el texto diseñado por el Ministerio de Trabajo y advirtió que su contenido "pone en entredicho el título de la ley", que busca la "garantía de igualdad entre hombres y mujeres".
Se trata, dijo, de una ley "absolutamente voluntarista", que deja en manos de la negociación colectiva la inmensa mayoría de los avances y reconoce derechos que los trabajadores ya tienen hoy en la práctica, conseguidos precisamente en esa negociación colectiva. Fontecha criticó también las "formas" del Gobierno, que "condiciona las posibilidades de negociación" al mantener que aprobará el anteproyecto el 3 de marzo, y aseguró que UGT no entiende que "se aleje" en una materia tan importante.
Para Lola Liceras, "si la ley no tiene ni derechos, ni deberes ni obligaciones ponemos en duda que sea una ley y, desde luego, que cumpla su objetivos". La responsable de CCOO pidió "que no se venda lo que no hay" y aseguró que el texto no obliga a las empresas a contar con planes de igualdad, ya que sólo las de más de 250 empleados estarán obligadas a negociar "medidas" en el convenio colectivo.
Después de que los sindicatos mostraran su "decepción por la oportunidad perdida" y por el "fracaso" de la reunión sobre el anteproyecto de la Ley de Igualdad, Gómez hizo hincapié en que no se trata de un texto cerrado y apostó por buscar "un consenso suficiente", aunque no se consiga "el acuerdo clásico" con los agentes sociales.
Tanto para UGT como para CCOO, las políticas laborales en favor de la igualdad entre hombres y mujeres son un aspecto central de la reforma laboral. La secretaria de políticas de Igualdad de UGT, Almudena Fontecha, fue dura con el texto diseñado por el Ministerio de Trabajo y advirtió que su contenido "pone en entredicho el título de la ley", que busca la "garantía de igualdad entre hombres y mujeres".
Se trata, dijo, de una ley "absolutamente voluntarista", que deja en manos de la negociación colectiva la inmensa mayoría de los avances y reconoce derechos que los trabajadores ya tienen hoy en la práctica, conseguidos precisamente en esa negociación colectiva. Fontecha criticó también las "formas" del Gobierno, que "condiciona las posibilidades de negociación" al mantener que aprobará el anteproyecto el 3 de marzo, y aseguró que UGT no entiende que "se aleje" en una materia tan importante.
Para Lola Liceras, "si la ley no tiene ni derechos, ni deberes ni obligaciones ponemos en duda que sea una ley y, desde luego, que cumpla su objetivos". La responsable de CCOO pidió "que no se venda lo que no hay" y aseguró que el texto no obliga a las empresas a contar con planes de igualdad, ya que sólo las de más de 250 empleados estarán obligadas a negociar "medidas" en el convenio colectivo.