El relevo en la cúpula del SCH que otorga el completo control sobre el banco a la familia Botín ocupa el lugar más destacado en todas las portadas y es objeto de comentario editorial en casi todos los periódicos. Tras ese denominador común, cada periódico elige noticias distintas para completar su portada: ABC informa que el ex dirigente batasuno Letamendía amenazó al presidente del Tribunal universitario que concedió la cátedra a Edurne Uriarte; El Mundo dedica su segundo titular a “Operación Triunfo” asegurando que la “Plataforma Bustamante” derrotó a Chenoa con 24 móviles que hacían 7.000 llamadas por hora; El País asegura que EE UU estudia ya planes concretos para acabar con Sadam Husein; La Razón informa que la “ley anti botellón” contempla trabajos sociales para los menores que la incumplan y que la prohibición de beber en la calle no afectará a las fiestas ni a las terrazas; finalmente, La Vanguardia informa del impacto de la cumbre de la UE en la seguridad y el tráfico de Barcelona.
Todos los diarios consideran que la salida de Ángel Corcóstegui, hasta ayer vicepresidente y consejero delegado del SHC, es el último capítulo de la fusión entre ambos bancos y abre una nueva etapa en la que la familia Botín consolida su poder en uno de los dos mayores grupos financieros de España. El Mundo, sin embargo, da más relieve en su titular de portada al hecho de que Ana Patricia Botín se convierte en la primera mujer española presidenta ejecutiva de un gran banco como es Banesto. Hay bastante unanimidad a la hora de destacar que Ángel Corcóstegui, si bien ha realizado una brillante gestión, representa un estilo de dirección más colegiada y de trabajo en equipo diferente al de Emilio Botín, más personalista, pero al que también se reconocen su logro en transformar un banco mediano como era el Santander al acceder a la presidencia en una de las mayores empresas de España e Iberoamérica. Todos los diarios consideran que la cohesión del SCH sale fortalecida de todos estos cambios que aceleran la integración de los dos bancos fusionados y consolidan un proyecto clave para el futuro de la economía española.
El Mundo dedica otro editorial a otra noticia destacada en portada como es el desafío lanzado por Ibarrtexe al Gobierno con su amenaza de aumentar en 200 el número de esrtzaintzas de forma unilateral. Todo ello viene de la falta de acuerdo en el Concierto, que establece los presupuestos de la Hertzianita. Como destaca este diario, la medida propuesta por el lehendakari supondría una flagrante vulneración de la Ley, que estipula que el despliegue policial en el territorio vasco, independientemente del cuerpo policial que se trate, debe ser aprobado de forma bilateral. Acertadamente El Mundo considera que “este nuevo desafío al marco jurídico vigente se encuadra dentro de la peligrosa estrategia de ruptura a plazos con el Estado que el Grupo nacionalista parece haber adoptado”.
También en el área de la seguridad, aunque desde otro punto de vista y con cierto retraso, La Razón dedica un editorial al incremento de la delincuencia en España. La Razón no sólo da la importancia que merece al deterioro de la seguridad ciudadana sino que advierte del daño electoral que puede producirle al PP. El diario señala que es la izquierda quien iza hoy en España la bandera de la inseguridad para erosionar al partido en el poder, y pone de ejemplo el lema de la campaña por la Alcaldía madrileña del PSOE, “Madrid con seguridad”. El diario cree que el PP tiene aún capacidad de reacción, “pero no debe perder ni un minuto”.
La Razón, sin embargo, no critica las propuestas efectuadas por el PSOE que empañan la buena noticia de su disposición a hacer oposición ante esta clara asignatura suspensa del partido en el Gobierno. Para los socialistas el problema radica en que falta policía, por lo que lo único que proponen es mayor gasto público para dotarla de más agentes y medios. Sin embargo, la causa fundamental del deterioro de la seguridad es la falta de rigor sancionador y el clima de impunidad que los delincuentes detectan. El propio editorial de La Razón destaca los múltiples delitos perpetrados por delincuentes que no llegan a ingresar en prisión “tras ser detenidos una y otra vez por las Fuerzas de seguridad del Estado”.
El problema no es de detención, sino de sanción, de lo barato que resulta el delito en España. La legislación que impide la expulsión de inmigrantes con causas judiciales pendientes y la no aplicación de la prisión preventiva actúan incluso de incentivo para delinquir en aquellos extranjeros ilegales que quieren permanecer en España. Bien hace el ministro Rajoy en reclamar cambios en este sentido a la Fiscalía General del Estado. Pero Acebes también debería tomar iniciativas en un asunto de su incumbencia y en el que claramente se está mostrando incompetente.
Otro ejemplo del "drama" que supone la falta de oposición al gobierno en los asuntos que justificadamente merece crítica lo ofrece el pasteleo y la dispensa que Rato, como presidente del Ecofin, ha dispensado al gobierno alemán por su alarmante falta de disciplina presupuestaria que afecta a todos los países integrados en el euro.
Bien es cierto que la decisión de no llevar a cabo la reprimenda propuesta ahora por Solbes y diseñada en su día por el gobierno alemán para disciplinar a sus socios no es sólo responsabilidad de la presidencia española. Es fruto del consenso con los demás gobiernos, pero nada impedía a la oposición criticar al Gobierno español por su parte de responsabilidad en esa falta de ejecución de la llamada “alerta temprana” cuyo incumplimiento tanto va a dañar a la credibilidad al euro. El PSOE no sólo no lo ha hecho, sino que hoy El País claramente lo aplaude en un editorial.
Este diario acertadamente destaca la contradicción que ha incurrido el gobierno de Aznar mostrando su firmeza en pro del déficit cero en España y la tibieza y flexibilidad mostrada hacia Alemania ante su falta de rigor presupuestario. Pero El País lo que critica es lo primero y aplaude lo segundo. Para este diario, “activar desde el Ecofin el procedimiento vinculante de alerta rápida para encorsetar el presupuesto alemán en un periodo de estancamiento, no era precisamente el mensaje económico que necesitaba la eurozona”. Para este diario, en definitiva, “la lección principal que quepa extraerse de esta crisis es que las guías económicas generales, sobre todo cuando son tan estrictas como la estabilidad presupuestaria y el protocolo de déficit excesivo, deben ser interpretadas en cada caso y en cada circunstancia. Más realismo político, más flexibilidad institucional y menos fundamentalismo económico”. Vamos, como si el rancio keynesianismo por el que aboga El País no fuera “guía económica general”alguna ni, pese a sus reiterados fracasos prácticos, aferrase a ella mostrase “fundamentalismo económico” alguno.
Se entiende que los políticos quieran desempolvar los ropajes keynesianos para encubrir sus intereses en gastar más de lo que ingresan, pero que un periódico dé credibilidad teórica a esa receta de impulsar la actividad a golpe de déficit es el colmo de la fe en una receta tan refutada en la teoría como en la práctica. La llamada que El País hace a la “flexibilidad” de los principios que dieron luz al euro no sólo abre el “pasteleo” con Alemania sino que pretende extenderlo a toda la eurozona.
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