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El juez Serrano pide la nulidad de su sentencia por "gravísimas irregularidades"

Fue condenado por el TS a diez años de inhabilitación por modificar el régimen de visitas de un menor para que saliera en Semana Santa.

El exjuez de Familia de Sevilla, Francisco Serrano, que fue condenado por el Tribunal Supremo a diez años de inhabilitación por un delito de prevaricación dolosa al modificar el régimen de visitas de un menor para que saliera en Semana Santa, ha solicitado la nulidad de la sentencia por las "gravísimas irregularidades" en que, a su juicio, incurre.

Según Europa Press, como trámite preceptivo previo a la interposición del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, el abogado del exmagistrado ha elevado ante la propia Sala Segunda del Supremo que lo condenó un incidente de nulidad en el que solicita, igualmente, la suspensión de la ejecución de la sentencia.

Para justificar su solicitud, el exmagistrado incide en las "gravísimas irregularidades" y "la conculcación de los derechos fundamentales de defensa, inmediación y contradicción" en que incurre la sentencia condenatoria suscrita por tres magistrados, "y que incluso son resaltadas por el voto particular de los otros dos magistrados componente de la Sala".

El exjuez considera que el ponente "se convierte en juez y parte al subsanar el defecto" en que incurre la acusación particular ejercida por la madre del menor, pues "primero me defiendo de prevaricación dolosa y soy condenado en el TSJA de prevaricación culposa cuando nadie lo pedía, pues incluso el fiscal retiró la acusación, y al final tres magistrados del TS suplen la falta de pericia del abogado de la acusación para condenarme por prevaricación dolosa, de la que no me he podido defender en casación". Añade que se le condenó por hechos no recogidos en los hechos probados y olvidando "la reiterada y unánime doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Tribunal Constitucional y de la misma Sala, que impide ir en contra del criterio de convicción del órgano de instancia".

Muy duro con los magistrados que lo condenaron -dos lo apoyaron con un voto particular-, subraya que introdujeron nuevos hechos no contemplados en el sumario, modificaron y tergiversaron los hechos declarados probados, siendo "el primer caso conocido en que la Sala se aparta del principio de reverencial respeto a los hechos probados".

Una filtración irregular en el CGPJ

El ya famoso juez de Familia, portavoz de los críticos de la Ley de Violencia de Género, ha denunciado que alguien en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) filtró ilegalmente a la acusación particular ejercida contra él dos informes confidenciales que él remitió durante la instrucción de las diligencias disciplinarias. Estos informes los esgrimió la acusación en el juicio celebrado en el Tribunal Superior de Andalucía en octubre de 2011, sin que el presidente del tribunal se opusiera.

Serrano intenta demostrar que hubo una "conspiración" para echarlo de la carrera judicial por su postura crítica, "asesorando" al abogado y la madre denunciante e incurriendo en "un delito de revelación de secretos". A él lo acusaron de asesorar al letrado del padre del niño, Joaquín Moeckel, que también era su abogado, pero tal ardid no existió pero sí, en cambio, una "confabulación" para usar el caso con el fin de inhabilitarlo. "Incurren conmigo en el vicio del que me acusan", dijo a El Mundo.

Su denuncia sobre la filtración en el CGPJ ha sido admitida y el Juzgado de Instrucción 49 de Madrid, al que ha correspondido en reparto, tomará declaración al abogado Íñigo Moreno Lara -que está colegiado en Madrid- y a la madre denunciante -residente en Sevilla- para preguntarles quién les facilitó los dos informes confidenciales de Serrano. Tanto uno como otra admitieron que los informes se los dieron en el CGPJ y que "no fue fácil" ni "gratis" apuntando a "la suprema autoridad del Consejo o de alguien muy próximo". Los dos informes de Serrano eran exculpatorios pero en ellos la acusación particular vio la prueba de "una animadversión contra las mujeres" y una intencionalidad dolosa contra su clienta, a la que el juez achacaba haber sometido a sus hijos a un síndrome de Munchausen.

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