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El poder local y autonómico del PP se revuelve contra Rajoy

Rajoy reúne a un partido con varios frentes abiertos. Sus barones protestan cada vez de forma más clara. Habrá ausencias destacadas. 

El presidente Rajoy, con varios barones y miembros de la dirección | Tarek

Llenaron las urnas de papeletas de color azul y brindaron a Mariano Rajoy un poder local y autonómico desconocido hasta entonces para el PP. Las elecciones de mayo de 2011 se convirtieron en la antesala del cambio político a nivel nacional, pero de la euforia vivida entonces pocos ya se acuerdan. Las relaciones del líder, ahora en el poder, con sus baronías son hoy mucho más complejas, con problemas gordos que solventar en los próximos meses.

El PP es un partido habituado a las críticas internas, siempre en privado. Pero en los últimos meses las cosas han cambiado, y desde sus feudos han empezado a protestar ante asuntos que les afectan directamente. "Tenemos que trabajar por nuestros ciudadanos, por quienes nos han votado. Esté quien esté en la Moncloa", resume un presidente autonómico. Precisamente, no pocas regiones populares se plantaron ante la intención del Ministerio de Hacienda de diseñar un déficit público a la carta, con la vista puesta en Cataluña.

Pesos pesados como los líderes de Castilla y León, Aragón, Galicia y la comunidad de Madrid pusieron el grito en el cielo. "No vamos a admitir tratos discriminatorios", llegó a advertir el madrileño Ignacio González. El hecho de que el gallego Alberto Núñez Feijóo también protestara es muy significativo, toda vez es el líder regional con más peso a nivel nacional hoy día.

La financiación autonómica está siendo otro tema de agria discusión. Para empezar, no pocas comunidades del PP han rechazado las formas del encuentro entre Rajoy y Artur Mas. "En privado, sin que sepamos realmente qué se dijeron", se quejan. Recuerdan que en la última Conferencia de Presidentes se creó una mesa de trabajo a tal efecto, por lo que no comparten la deferencia de Moncloa con la Generalidad. En Madrid ya advierten: "No vamos a aceptar que nuestra comunidad, que siempre es solidaria, vaya a quedarse atrás. Somos un país y tenemos que responder como tal".

De hecho, es unánime la tesis de que el modelo tiene que ser revisado -el PP se opuso a él cuando lo aprobó José Luis Rodríguez Zapatero-, pero las comunidades populares temen que lo que ocurra es que Cataluña y País Vasco se vayan a ver beneficiadas. "El Gobierno sabe que nosotros, en este punto, daremos la batalla si no se hacen las cosas bien", corrobora uno de los varios barones consultados por este diario.

En el marco local también se dan fricciones evidentes. Principalmente en la largamente negociada reforma de la administración que les afecta, todavía sin cerrar aunque el Ejecutivo la presentara como definitiva. Iñigo de la Serna, el alcalde de Santander también responsable de la FEMP, tuvo que dejar su perfil moderado para decirle a sus interlocutores gubernamentales que no aceptan sus propuestas. Y ahí siguen sin lograr avances definitivos, como quedó de manifiesto en una nueva reunión en Génova13 el pasado mes.

Reunión de la Junta Directiva Nacional

A los conflictos autonómicos y locales se les une la crisis por el caso de Luis Bárcenas y sus derivadas, los preocupantes sucesos de acoso a miembros del partido en un marco de agitación social en aumento o el jarro de agua fría a las previsiones económicas del Ejecutivo para el que estaba llamado a ser el año del inicio de la recuperación. Un escenario muy complicado y duro ante el que Rajoy reúne este miércoles a su Junta Directiva Nacional, el máximo órgano entre congresos.

El encuentro da cita a centenares de cargos de todas las estructuras, algunos muy preocupados. Si bien nadie debe esperar ni tan siquiera un conato de revuelta interna, más bien al contrario. "Iremos a escuchar al presidente. Él sabe de nuestros problemas y esperemos que les vaya dando solución. Pero no vamos a dar la nota". De momento, los cauces de protesta son otros, como las reuniones sectoriales con los diferentes ministerios, aunque sí que haya habido declaraciones públicas muy críticas.

Prueba de que, en principio, será un espaldarazo más a Rajoy en el que marque su hoja de ruta es el desinterés que ha generado la convocatoria entre algunos barones, para los que ahora priman más sus agendas regionales. Esto también era impensable hace unos pocos meses. Así, no estarán los presidentes de Galicia, Islas Baleares o Extremadura. Tampoco el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, que acompañará al Príncipe de Asturias en una visita a Bilbao.

El presidente marcará sus líneas de acción e intentará insuflar ánimos en un contexto evidentemente adverso, con episodios violentos en varios casos. Les pedirá, pese a todo, que vayan con la cabeza bien alta e insistirá, según su entorno, en que su programa de reformas acabará sacando a España del oscuro agujero.

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