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Rajoy intenta tranquilizar a los barones del PP: "No llegué a acuerdos con Mas"

Dos semanas después, el presidente se pronuncia sobre el despacho secreto con Mas: "Fue una buena reunión" sin acuerdos concretos.

Dos semanas después, el presidente se pronuncia sobre el despacho secreto con Mas: "Fue una buena reunión" sin acuerdos concretos.

Era la primera vez que Mariano Rajoy se pronunciaba sobre su despacho secreto con Artur Mas, pero sus explicaciones se enmarcaron en la tibieza. Una "prudencia" a ojos del Gobierno, que busca mantener los cauces de diálogo y centrar el debate en la cuestión económica. El tono del presidente fue coincidente con esta estrategia, y abogó por las buenas palabras partiendo de la base de que no se va a saltar el marco constitucional.

Fue "una buena reunión", resumió el jefe del Ejecutivo. Si bien, fue muy cauto a la hora de dar titulares. En la cita, prometió al presidente catalán negociar la financiación autonómica, lo que ha despertado enormes recelos en su casa política. Varias comunidades del PP, algunas muy potentes como Galicia o Madrid, ya han dicho que no aceptarán tratos de favor hacia Cataluña. "No hemos llegado a ningún acuerdo concreto", quiso tranquilizar Rajoy. En esRadio, el madrileño Ignacio González advertía este mismo jueves que no aceptará "tener menos que la media ni menos dinero del que necesitamos".

Ya en la víspera, en la Junta Directiva del PP a la que apenas asistieron líderes regionales, Rajoy reclamó a los suyos un voto de confianza y no perder, en ningún caso, la cohesión interna. Y, por ello, se cuidó mucho de situar a Mas en el mismo nivel que al resto de homólogos autonómicos: "La economía española requiere un esfuerzo compartido y unos objetivos comunes", insistió.

La receta ofrecida por Rajoy no es nueva: control del déficit público y medidas para buscar el crecimiento económico. Pero, recalcó, no entró con Mas "ni en cifras, ni en criterios ni nada en concreto". Esto es, le remitió al Consejo de Política Fiscal y Financiera, que es el que debe fijar los nuevos objetivos a la carta.

Dos semanas después del encuentro, ni más ni menos, el presidente corroboró que su intención es "ayudar" a Cataluña en su agónica situación económica. "El gran objetivo nacional es volver a etapas de crecimiento económico", reiteró.

Sobre "el otro tema", en relación al órdago independentista, nada nuevo bajo el sol. No se quiso meter en ello Ban Ki Moon, secretario general de la ONU, con quien Rajoy comparecía. El propio Rajoy cortó tal posibilidad al recalcar que el asunto no se había abordado en la cita que previamente habían mantenido. "Al presidente no se le puede ni debe pedir lo que el presidente no puede dar", aseveró, rechazando bordear la Constitución para permitir una consulta ilegal.

Ahora bien, que este rechazo no impida "dialogar, hablar e intentar incidir en los puntos de acuerdo", en palabras de Rajoy. De nuevo, puso encima de la mesa la idea de que todas las comunidades son iguales para él. E imploró la "inteligencia" de "todos" para no generar más problemas de los que ya existen.

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