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El papelón de IU: o sostener un régimen corrupto o dar paso al cambio

IU, que sostiene al gobierno de Griñán, no ha abierto la boca sobre la imputación de la exconsejera.

Cuando uno repasa las noticias de ayer, se percata de que Izquierda Unida en su conjunto, desde las 13:08 de la mañana en que se conoció el auto de la juez Alaya, no ha dicho una palabra más alta que otra. No ha dicho nada y nadie de Izquierda Unida ha dicho nada, a pesar de ser socio de coalición en el gobierno más imputado de la historia reciente con más de 15 altos cargos en ejercicio imputados en un solo día. Su papel en la Comisión de Investigación del parlamento andaluz, considerada vox populi como una operación de paripé y simulación sin precedentes, no le ayuda. Pero su campaña electoral aludiendo a la transparencia y la honestidad de la vida pública se compadece poco con este ominoso silencio, más ominoso si cabe porque en su mano está dejar caer al gobierno y forzar la convocatoria de unas elecciones anticipadas en Andalucía.

Que durante todo el día de ayer no hubiera una sola declaración de IU sobre el terremoto político sobrevenido este martes, indica que el debate interno no permite una posición común. El recién estrenado coordinador general de IU, Antonio Maillo, no ha abierto la boca. Tampoco Cayo Lara. Ni siquiera Gaspar Llamazares ni Juan Manuel Sánchez Gordillo que, al parecer, no se plantea siquiera ocupar esa finca sin vallar que es la Junta de Andalucía.

La apuesta de Diego Valderas, hasta hace pocas fechas coordinador general de IU en Andalucía, por gobernar y tocar poder con un partido, el PSOE, al que él mismo consideraba corrupto meses antes, ha conducido a una situación de complicidad con las irregularidades que puede pasarles una importante factura en las elecciones europeas si no adopta las decisiones adecuadas a sus numerosas declaraciones a favor de la ética pública.

Va a ser difícil explicar cómo la Comisión de Investigación sobre el caso de los ERE en el Parlamento andaluz no vio nada de lo que acaba de explicitar el auto de la juez Alaya, a saber, la presunta responsabilidad penal de un manojo frondoso de altos cargos. De hecho el cuadro de "honor" de los imputados del caso de los ERE, desde ayer, presenta este aspecto:

Una exministra y exconsejera de la Junta
Un exconsejero de la Junta
Tres viceconsejeros de la Junta
Cuatro secretarios generales técnicos de sendas Consejerías
Un ex interventor general y un interventor de Consejería
Once directores generales de diferentes Consejerías
Un exdelegado de la Junta de Andalucía en Sevilla

Que se suman a los más de cien imputados por el caso.

De todo esto, nada se vio en la Comisión de Investigación ni aparece siquiera en el dictamen propuesto por Izquierda Unida. Sólo el PP vio claro que las modificaciones presupuestarias consentidas por Magdalena Álvarez, por importe de 84 millones de euros eran irregulares, así como las posteriores consentidas y firmadas por el propio Griñán.

Ahora Izquierda Unida tiene en sus manos la continuidad de un régimen cada vez más demostradamente corrupto o el inicio del cambio, como hicieron sus compañeros en Extremadura. De su decisión dependerá el futuro de su formación en España. Seguro que, además de lo que opine la dirección andaluza, proclive a la connivencia, tendrá muy en cuenta la denuncia clara y sin fisuras de UPyD, su principal competidora por la izquierda.

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