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Zarzalejos da las gracias a Mas en 'La Vanguardia'

Suárez sigue rellenando los periódicos en el segundo día de homenaje.

"La última lección de Suárez", titula El Mundo. "Lección de unidad y tolerancia", especifica en el interior. Y es que El Mundo está emocionado hasta la lágrima con "la respuesta ciudadana y política". El tono se va elevando según se van pasando páginas y la última lección pasa a categoría de "El último milagro", que consistió en que "los dos expresidentes del PSOE y del PP coinciden en que deberían verse más a menudo". A ver, ¿qué servían en el velatorio? Porque esto suena a la parte de exaltación de la amistad. Y todo iba tan bien, todos tan amiguitos, "González, Aznar y Zapatero, hombro con hombro, en la capilla ardiente" cuando llegó el malasombra de Mas a fastidiarlo todo. "Artur Mas rompió la sintonía lanzando claros reproches a Rajoy".

Casimiro García-Abadillo está atónito con las "decenas de miles de personas" que desfilaron por el Congreso para dar su último adiós a Suárez. Con un cierto tonillo de reproche recuerda que "el pasado de Suárez no se corresponde con el homenaje masivo y unánime que está recibiendo". Que "sus años de presidencia fueron muy arduos", que "la vida de Suárez fue totalmente ajena a los elogios". Vamos, que "no es cierto que el pueblo español haya apreciado siempre y desde el primer momento la ejecutoria de Suárez". Una vez nos ha restregado lo desagradecidos que hemos sido, Casimiro considera que "hace ya tiempo que los españoles empezaron a valorar lo que Suárez defendió y practicó a lo largo de su vida activa": respeto y honradez. "Todo eso es lo que el pueblo español añora hoy y su falta es la que explica que se vuelque en honrar a Suárez (…) Las colas para despedir a Suárez son, por eso, también un contundente mensaje a nuestros dirigentes. Esta ha sido la última lección de Adolfo Suárez". Victoria Prego también se pone en plan rencorosa. "Durante todos esos años sufrió el desdén y hasta la humillación de muchos de los que hoy le elogian". Venga, mujer, pelillos a la mar.

Anson cree que hay que dejar abierto el misterio de la dimisión de Suárez para una segunda parte. "Decidió dimitir para evitar el gobierno de concentración que se estaba fraguando con el fin de impedir el golpe de Estado de los militares franquistas. Pero no fue ese el solo motivo que condujo a Suárez a dejar el gobierno. Todavía nadie ha explicado la causa final que le llevó a tomar aquella decisión". Próximamente en librerías.

Santiago González atiza a Mas. "Mas se plantó en la capilla ardiente para dar el pésame y compararse con el difunto". Cómo si eso fuera posible, será ingenuo. Claro, que "todo el mundo barre para casa, hasta en los funerales", dice en plan filósofo. Y Antonio Lucas ha debido estrujarse mucho la sesera para ser original. "Suárez no es el bolillero de la Transición, sino su tracción misma. Incluso su mártir mental". Mira, además del aeropuerto podemos nombrarle mártir.

A El País se le ve un poco harto de Suárez, ya dejó claro Cebrián que no era santo de su devoción. Es el periódico que menos espacio le dedica, incluso pasa de editorializar sobre él y para quedar bien encarga unos articulillos a politicos como Bono, Rosa Díez, Duran Lleida. "La figura de Suárez recupera por un día la unidad política", dice en plan agorero. "Unidos solo por Suárez", insiste para que no nos hagamos ilusiones. Y lo demuestra convirtiendo el velatorio en una auténtica trifulca. "Mas acudió a Madrid para pedir a Rajoy que sea valiente como el exlíder UCD" y "las críticas del presidente de la Generalitat sentaron mal al Gobierno y al PSOE". Entonces llega Roca y "afea la actitud de Mas: 'No es día para instrumentalizar la figura de Suárez'" y Margallo tampoco se calla la boca y desde Manila contestó a Mas: "El expresidente habría hecho en Cataluña lo que hoy hace Rajoy". Y dicen que había buen rollito. Si casi llegan a las manos. Y lo de la calle tampoco tiene tanto mérito. "La muerte resucita el mito. Miles de personas presentan sus respetos al padre de la democracia", pero claro, "la muerte biológica, después de 11 años purgando sus pecados en el limbo público, ha resucitado el mito", dice.

ABC le da el protagonismo al Rey en portada. "El Rey resume el sentir de España: una gran pena". Al periódico de Vocento lo que le tiene el corazón en un puño es que "el adiós al expresidente une a todo el arco político", "la imagen de Rajoy, González, Aznar y Zapatero juntos en el homenaje a Suárez fue el último servicio a España del primer presidente democrático". "González y Aznar olvidaron rencillas y hablaron de sus nietos con Zapatero de testigo". "La concordia como tributo. La clase política se reencuentra en el Congreso". ¿A que les pone el vello como escarpias? Bieito Rubido dice que "el recuerdo del primer presidente de la democracia consiguió reavivar ayer aquel espíritu de consenso que no se veía desde hace mucho tiempo". Hasta "los tres expresidentes homenajeando juntos su figura", quién lo iba a decir. Y en eso llegó Mas y "protagonizó la única nota discordante". Juan Carlos Girauta le atiza un bofetón. "Artur Mas, que no se metía en política cuando caían chuzos de punta, corre a la carrera de San Jerónimo a hacerse un selfie propagandístico delante del féretro", qué poca vergüenza.

"España unida por Suárez", titula La Razón. En su portada hay espacio para todo el mundo. "El Rey, Rajoy, Aznar, Zapatero y González destacan la labor de consenso del expresidente mientras Mas politiza el funeral". "1.600 personas por hora: largas colas para despedir al artífice de la Transición, que será enterrado hoy en Ávila". Marhuenda dice en el editorial que "los ciudadanos reivindican y recuerdan a los políticos la esencia de su legado: unidad y espíritu de concordia" y todo eso. Pero que se acabó, punto. "Hay quienes hablan de que la desaparición de Suárez es la señal de que el llamado espíritu de la Transición ha muerto (...) ahora nos toca vivir otros tiempos". ¿Y si se aparece qué, Marhuenda? Es lo que hacen los espíritus. El periódico de Planeta está plagado de emotivos titulares. "Unidos en torno a su memoria", "fueron horas de reencuentro y unidad para la política", "sin política, con recuerdos y nietos", "PP y PSOE organizaron turnos para acompañar a la familia durante el día y la noche", qué detalle. A alguna como a Cecilia García la arrolla la nostalgia y se pone a entonar el "habla, pueblo, habla". Sólo el pérfido Mas vino a enturbiar el momento. "Mas sabe de sobra lo que hubiera dicho Suárez. Sus asesores se equivocan al impulsarle a utilizar de forma partidista la memoria de un gran español". "El Gobierno, molesto con la utilización del expresidente". Eso sí, Margallo entró al trapo. "Suárez hubiera abordado la cuestión catalana igual que Rajoy".

Ussia está mosca porque cree que el Rey ha quedado en segundo plano, que Suárez se ha llevado todo el protagonismo."Me ha extrañado el olvido que en muchos de esos escritos y opiniones ha protagonizado el Rey. Suárez fue un gran invento del Rey". Tranqui Ussía, no te preocupes, hombre, seguro que le llega su día de protagonismo. Y apuesto a que no tiene ninguna prisa.

La Vanguardia defiende a capa y espada a Artur Mas. "Mas suspendió toda su agenda en Catalunya para acudir a Madrid en una visita relámpago", un señor tan ocupado. El hombre "volvió a pisar el Congreso, por vez primera como presidente de la Generalitat" y así se lo agradecéis, venga a meteros con él. Asi que José Antonio Zarzalejos le hace un homenaje. Echaba de menos unas palabras, porque Mas "siempre me ha parecido un hombre extremadamente educado" y era raro que no dijera nada. Así que sintió "alivio y esperanza" cuando lo vio ayer en el Congreso. "Sé de primera mano que Mas es renuente a venir a Madrid, porque hacerlo levanta especulaciones sin sentido. Por eso, interpretando a muchos -no a todos- bienvenido a Madrid, president. Y gracias". ¿Especulaciones sin sentido? Hay que ver cómo somos los madrileños. Desde luego no tan educados como Mas, eso está claro.

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