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Las claves del 'proceso participativo'

La Generalidad recluta más de seis mil funcionarios "voluntarios" para su "proceso participativo"

Pretende habilitar 1.200 locales electorales en 938 de los 947 municipios de Cataluña; las CUP, ERC e ICV preparan movilizaciones masivas.

La consigna en la Generalidad es no llamar "referéndum" a lo del 9-N, pero garantías democráticas al margen y pelillos a la mar, el despliegue anunciado por la vicepresidenta del gobierno de Mas, la democristiana Joana Ortega, implica poner toda la maquinaria de la administración autonómica a pleno rendimiento.

1.255 locales para votar; más de seis mil funcionarios "voluntarios", junto a otros 25.000 espontáneos dispuestos a hacer historia, según datos del propio ejecutivo autonómico; mesas en 938 poblaciones de las 947 que hay en Cataluña y una campaña mediática sin precedentes a tenor de lo declarado por Ortega. La vicepresidenta afirmó que se ha pedido a TV3 y Catalunya Ràdio "que definan, elaboren y distribuyan programas orientados a la creación de las condiciones para la plena eficacia de los derechos de libre información, libre expresión y que, en suma, faciliten la participación en el 9-N". Es decir, la tradicional "neutralidad" de la administración autonómica y sus medios "informativos".

La Generalidad plantea de este modo un referéndum que pretende esquivar la suspensión a base de eliminar todo rastro de garantías democráticas, como la existencia de un censo previo (se elaborará conforme se vote) o de una jornada de reflexión (la campaña comienza el próximo 30 de octubre y finaliza el día 8 noviembre). Además se podrá votar durante quince días y los primeros resultados no se sabrán hasta pasadas entre 24 y 48 horas. Y la campaña de los medios públicos puede batir los propios registros de intensidad y adoctrinamiento.

En todo lo demás, hasta la propaganda "institucional" dota al "proceso participativo" (nombre "técnico" del 9-N) de tintes definitivos y carácter de referéndum. "Tú participas, tú decides" es uno de los eslóganes del 9-N de la Generalidad.

La unidad política de los separatistas está rota, de momento, pero coinciden en que el 9-N debe ser la madre de todos los 11 de septiembre y de las consultas populares. Así, mientras la Generalidad forzará la máquina hasta el límite de sus posibilidades, las CUP, ERC e Iniciativa están dispuestas a tomar las calles en una demostración de "desbordamiento democrático", según la retórica del diputado antisistema Quim Arrufat.

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