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Caen chuzos de punta sobre Podemos a diestra y siniestra

Las portadas se dividen entre los que abren con las tarjetas black y los de Grecia. Ejercicio de agudeza: ¿quién es quién?

El Mundo es más de tarjetas. "La cúpula de Caja Madrid cargó a sus tarjetas B coches de lujo". Un detallito más que se une a los relojes, las copas, los restaurantes, etc, etc. También lleva en un lugar destacado el caso Pujol y se pregunta: "¿Herencia o legado?". Dice el editorial que la imputación de 78 personas más en lo de Caja Madrid es "un salto cualitativo" que "abre definitivamente la puerta a que los beneficiarios de estas tarjetas afronten penas de prisión". "La macroimputación de los usuarios de estas tarjetas opacas evidencia un desfalco masivo que completa la radiografía delictiva en las cajas de ahorro (…) Ninguno de sus beneficiarios puede ya hacerse el ingenuo pretextando desconocimiento. Su uso fraudulento no puede quedar impune".

Arcadi Espada da palmas con las orejas con las dificultades de Podemos, o "Podéis", como lo llama él. "Su jocunda prepotencia se funda en que han logrado construir el partido de la gente buena" y ahora han visto que son como cualquiera, con sus cosas buenas y sus cosas malas, simples mortales, qué putada. Personitas "acechadas y en algún caso vencidas por la tentación de la trampa, el atajo y el privilegio. Ha sido instructivo ver cómo su defensa ante lo irremediable ha adoptado la clásica retórica banal del y tú más", dice disfrutando como un enano. "Cómo se han escandalizado, cual damiselas hipocritonas, cuando en el país de Bárcenas y Pujol alguien podía fijarse en los términos incumplidos de una beca o el dopaje de un currículum. Una sobreactuación que finge desconocer la similitud de naturaleza entre el tramposo y el criminal". O no finge, Arcadi, que es peor. "Por lo demás, esta humanización forzosa de los muchachos de Podéis puede ser benéfica: liberados de la tiranía de la pose, tal vez puedan dedicarse ahora a trabajar y materializar alguna idea que acabe haciéndoles realmente distintos y útiles". Al menos que dejen de dar lecciones de ética, por Dios, que da vergüenza ajena.

Victoria Prego responde a la pregunta de portada sobre legado y herencia. Dice que a Pujol no le convenía mantener la versión que dio en julio sobre su fortuna. La herencia de su padre "le vinculaba con los millones de euros de los que ahora quiere apartarse". "No se trataba de una herencia sino de un legado", en concreto "140 millones de pesetas que su padre habría dejado a su nuera y a sus nietos apartando así de su hijo el cáliz del origen ilícito del dinero". Así que ahora viene diciendo que "él nunca ha sabido nada de ese legado y que no ha tenido ni la menor idea de cómo iba engordando". A mí lo que me tiene intrigadísima es la hermana, la que no tenía ni idea de la herencia. ¿Su padre le regala a su cuñada y sus sobrinos nada menos que 140 millones de pelas y se queda tan pancha sin decir ni mu? Me iban a oír a mí en casa de Cintora.

El País también prefiere el tema tarjetas. "Imputados todos los consejeros y directivos de las tarjetas opacas". Dice el editorial que "no puede haber impunidad para los dispendios opacos de consejeros y directivos de Caja Madrid (…) Es evidente que las tarjetas funcionaban al margen de la legalidad (…) Irregularidades tan concretas y lacerantes como esas deben recibir una sanción rigurosa". Ofrece hoy El País la segunda entrega de la serie "¿Qué quiere Podemos?". Se titula "La casta somos todos" y John Carlin ha descubierto dos cosas importantes a destacar: que "sus seguidores esperan que den ejemplo de honestidad", con lo que ya vamos mal, y que "la energía política que alimenta el motor del partido es de izquierdas". Sin tanta retórica, que eso de que no son ni de izquierdas ni de derechas es un cuento chino para tontos del bote. Hoy tampoco se libra Monedero del bofetón prisaico y se lo da un inspector de Hacienda por sus trampas al fisco montándose una empresa ficticia para pagar menos impuestos. "Es algo diferente a llevarse el dinero a un paraíso fiscal, pero tampoco es aceptable ni moral ni legalmente. Que Monedero sea un dirigente político que aboga por subir los impuestos a los ricos y que su actuación haya sido apoyada por dirigentes de un sindicato de técnicos tampoco ayuda. No solo es una cuestión de coherencia y ejemplaridad, que también; es de simple aplicación de las misma leyes a cualquier contribuyente: Hacienda somos todos". Qué bochorno, Monedero, qué bochorno, no me extraña que quieras pasar desapercibido.

ABC es de los que abren con Grecia. "Grecia alarma a los mercados. El Gobierno de Tsipras desafía a Bruselas al subir el gasto y frenar las privatizaciones". En su portada B, que no se ve a simple vista, dice que "el juez imputa a los 81 directivos que usaron las tarjetas b de Caja Madrid". En el editorial dice que sí, que lo de las tarjetas está fatal, pero que "para la mayoría de los imputados, la infamia que arrastran por ver su nombre asociado al uso de estas tarjetas es ya una condena irrevocable a perpetuidad". ¡Oh, pobrecitos! ¿Lloramos un poco? "La transparencia y la depuración de las responsabilidades deben ser implacables, pero en la justicia que imparten los tribunales en un estado de derecho tienen que evitar los juicios sumarísimos en la plaza publica". Esos peros, Bieito, esos peros que te delatan.

Un segundo editorial habla sobre las elecciones andaluzas. Dice sorprendido que "no ha tardado dos días Mariano Rajoy en irrumpir en la precampaña andaluza", qué raro, con lo poco que le gustan al presidente estas cosas tan molestas. Rubido da una pista. Rajoy "ninguneó a Pedro Sánchez" y volcó en Susana Díaz "todas sus críticas". "Rajoy ha elegido a su rival, pues sospecha que el 22-M puede ser el primer set del partido que quizás haya de disputar con Díaz".

Ignacio Camacho es otro que se lo pasa pipa con el "fuego de artillería" que cae sobre Podemos. "El mimado protagonismo de la televisiones ha inoculado en los dirigentes del partido de moda una arrogancia de intocables, una altanería mesiánica que les ha llevado a descuidar la retaguardia. Acostumbrados a actuar de comentaristas estrella se han llegado a creer que el cielo del poder se puede asaltar en las tertulias". "Los profes progres de la Complutense han intentado utilizar una lupa gigante como arma de guerra y han salido abrasados por las quemaduras de los reflejos. Sus diatribas contra la corrupción exigían una ejemplaridad intachable que no ha resistido el primer escrutinio". Aunque Ignacio Camacho no se hace ilusiones. "La clientela política española es en gran parte impermeable a los hechos objetivos", visto lo visto con Camps en Valencia o con los ERE en Andalucía por poner algún ejemplo, "poco puede tener de extraño que los devotos de la nueva mitología populista se enroquen ante las recién descubiertas miserias de sus héroes". Qué razón tienes, Ignacio.

La Razón advierte del "efecto del Podemos griego: una fuga de capitales sin precedentes". Ussia esta muy dolido porque "Chiripas" no ama a las mujeres. "Ninguna mujer en su gobierno". Y eso que "a las feministas españolas no les ha herido en exceso el machismo de Chiripas" y "están mudas, calladas y prudentes. Todo menos criticar a Chiripas. Los histerismos se guardan para los ámbitos domésticos". "Como feminista protesto y lo deploro", dice. "La izquierda radical y gorrona de Chiripas ha demostrado que la mujer en Grecia, al menos por ahora, es un cero a la izquierda". Se te ve desolado, Ussía.

La Vanguardia abre con la declaración de Pujol. "Pujol: 'Yo no quería saber porque me daba miedo la repercusión mediática'". Lo que da miedo es la cara dura que tiene. Además se asusta sin razón. Fernando Ónega, dice, sin ir más lejos que ha "admirado tanto al president Pujol, he apreciado tanto su labor de gobernante y su aportación a la estabilidad, que me cuesta mucho sumarme a las tareas de demolición de su persona y su familia". Se hace cruces porque los periodistas "ya no le llaman president, sino Jordi" y eso le da una "pena" bárbara. "Pena por el ídolo caído. Pena por esa ceremonia de linchamiento moral" y de "atribución de culpas al señor Pujol". Fue él quien confesó lo del dinero en Suiza, ¿te acuerdas Ónega? Tal vez deberías visitar a algún psicólogo que te mire ese pedazo de Estocolmo que tienes.

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