Tal día como hoy, 19 de febrero, pero de 2010, Libertad Digital contaba en su portada que María Teresa Fernández de la Vega utilizó la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para arremeter duramente contra el expresidente del Gobierno, José María Aznar.
La vicepresidenta hizo referencia al altercado que sufrió Aznar un día antes cuando se dirigió a la Facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo para impartir una conferencia sobre la crisis económica. Allí fue recibido por una veintena de jóvenes extremistas que lo increparon al grito de "fascista", "asesino" y "terrorista".
Los manifestantes portaban pancartas y coreaban consignas como "Aznar fascista, tú eres el terrorista", "Fuera los fascistas de la Universidad", "Aznar al talego como Vera y Barrionuevo", "No a la guerra" y “PSOE y PP la misma mierda es”.
Además, algunos extremistas consiguieron entrar en la sala donde se iba a impartir la conferencia por lo que no tardó en llegar la primera interrupción por parte de los radicales con carteles y gritos de "fascista". Los asistentes al acto, organizado por Nuevas Generaciones, les abucheaban mientras eran expulsados del recinto.
Aznar volvió a tomar la palabra para decir: "Bueno, no pasa nada" e hizo la única referencia a lo sucedido: "Hay algunos que parecen empeñados en demostrar que no pueden vivir sin mí".
No se refería el expresidentes del Gobierno a De la Vega que, saltándose su premisa de no valorar los actos u opiniones de exjefes del Ejecutivo, acusó a Aznar de intentar deteriorar la imagen en España en el extranjero: "con su desmesura puede dañar la imagen de España, pone en cuestión la recuperación de nuestro país". Y prosiguió: "No parece razonable que alguien que ha gobernado España haga esas declaraciones".
En cuanto a la ‘peineta’ que realizó el expresidentes a los individuos que le increpaban, De la Vega criticó que respondiera a "los estudiantes" y añadió que "este tipo de comportamientos contravienen las reglas básicas de respeto ante las legítimas diferencias de una democracia plural como la nuestra". Según dijo, "la discrepancia y la diferencia" se tenían que solucionar "con la palabra y no con el insulto" y el gesto de Aznar “no ayuda mucho a mantener la idea de respeto".
Horas después, el entonces vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, indicó que ese gesto era "obsceno y grosero", "no es el mejor ejemplo a los ciudadanos y a los jóvenes" y, según él, escondía una actitud "política y humana un tanto deleznable". Bajo su punto de vista, detrás del gesto había una actitud política de "desprecio a la gente que lo critica" y humana "de rencor a los ciudadanos por el simple hecho de la derrota política de 2004". Elena Valenciano, desde la web del PSOE, llamó a Aznar "autoritario, deslenguado, maleducado y resentido".
Desde el Partido Popular salieron al paso de las críticas recibidas por el expresidentes. Javier Arenas aseguró que Aznar "tiene derecho a que se respeten sus intervenciones públicas" y pidió "tolerancia" para una persona "que ha sido un gran gobernante" y con la que se "está siendo profundamente injusto".
Por su parte, el que fuera vicesecretario de Comunicación del PP acusó a la vicepresidenta de ponerse "de parte de los violentos antes que de un expresidentes del Gobierno" y aseguró que los radicales habían cuestionado la libertad de expresión de Aznar "demostrando la verdadera naturaleza moral de su ideología, que por lo visto comparte la señora De la Vega".
Esteban González Pons también afirmó que "lo que sufrió Aznar fue una agresión intolerante e intolerable que De la Vega debería haber condenado. Decir que la crisis económica se debe a Aznar no deja que le griten es el colmo de la impostura. De la Vega tendría que dedicarse a intentar crear empleo más que a buscar a los culpables por su ineptitud".
Por último, dijo que "si el día de mañana a Zapatero le pasa algo así nosotros defenderemos al presidente del Gobierno, porque la intolerancia sólo es el caldo de cultivo de una sociedad totalitaria".