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Los pactos en Andalucía, pendientes de los tribunales

La inestabilidad se va a extender como nunca sobre el mapa de Andalucía.

El panorama del gobierno andaluz futuro sólo tiene como pilar seguro la declaración que el próximo jueves efectuará José Antonio Griñán, ex presidente de la Junta de Andalucía, ex secretario general del PSOE andaluz y ex presidente del PSOE a nivel nacional, en calidad de "investigado"(antes imputado) en el caso de los ERE fraudulentos, en la pieza que instruye el Tribunal Supremo. Hasta ese día, no habrá pactos en Andalucía y a partir de ese día, todo puede cambiar drásticamente. De todos modos no conviene perder de vista que mañana mismo declarará ante el Supremo el diputado socialista y ex consejero de Empleo, José Antonio Viera, pieza clave en la trama de los ERE y que mañana mismo declarará también Antonio Ávila, ex consejero de Economía, Innovación y Empleo, ante el tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Lo que sí está claro ya es que la inestabilidad se va a extender como nunca sobre el mapa de Andalucía.

Si José Antonio Viera, sobre el que pesan dos gravísimas acusaciones -la de haber puesto en marcha los procedimientos fraudulentos en el caso ERE y la de haber favorecido mediante dichos procedimientos a zonas de la provincia de Sevilla de manera irregular-, resultase imputado, la situación de los pactos en Andalucía daría un vuelco radical porque todos los partidos implicados sospecharían en ese momento la inminente imputación de José Antonio Griñán y Manuel Chaves. De ser imputado Antonio Ávila, nadie dudaría ya del destino judicial de las decenas de altos cargos de la Junta implicados en el procedimiento. Aún así, la "línea roja" se ha trazado en torno a las figuras de Chaves y Griñán.

Tras la declaración de José Antonio Griñán, cuya defensa se ha visto ya debilitada por las últimas decisiones del juez Alberto Jorge Barreiro que ha permitido el desmontaje de sus argumentos por los técnicos de la Intervención general del Estado que auxilian a la juez Alaya, el ex presidente y mentor de Susana Díaz, que fue quien la aupó en el PSOE y en la Junta, podrá ser imputado "con cargos" como se dice en el argot del PSOE o no serlo. Su responsabilidad política en todo lo ocurrido ya no la discute nadie y él mismo la admitió echándose a un lado de la política nacional y andaluza si bien conservando su aforamiento como senador hasta el final en un gesto de desconfianza hacia sus propios argumentos de defensa.

Si es imputado con cargos cuando termine su declaración, el proceso de pactos quedará interrumpido hasta el martes siguiente cuando menos, ya día 14 de abril, día en que dará comienzo la declaración de Manuel Chaves. Ninguno de los partidos afectados por el posible paisaje de pactos, Podemos, Ciudadanos y PP, parecen dispuestos a arriesgar su potencial electoral en las siguientes elecciones municipales y autonómicas, tanto en Andalucía como a escala nacional.

Si ambos fuesen imputados y se cumpliese el manual ético del PSOE, ambos deberían dejar sus escaños, pero, en ese mismo momento, la juez natural del procedimiento volvería a ser la juez Alaya.

En este caso, el PSOE andaluz, liberados ya de la presión y habiendo obtenido Podemos y Ciudadanos lo pretendido, podría alcanzarse algún tipo de acuerdo, activo o pasivo, o, como parece esperarse, hacer que Susana Díaz gobernase en solitario tras un espectáculo de inestabilidad nunca visto antes en la Junta de Andalucía.

Según la normativa parlamentaria, la constitución del pleno del parlamento andaluz será, tal y como indicó el decreto de convocatoria, el día 16 de abril. Tras su constitución, la cámara dispondrá de otros 15 días, esto es, hasta el 1 de mayo para proponer la candidatura de Susana Díaz a la presidencia de la Junta. Si en primera votación no obtiene mayoría absoluta, dos días más tarde se repetirá la votación y entonces la candidata deberá obtener la mayoría simple, para lo que sería preciso que no todos los grupos de la oposición votasen en contra y que alguno con fuerza suficiente, Podemos, PP o Ciudadanos se abstuvieran o no asistieran al pleno.

Caso de no conseguirse dicha mayoría se tramitarán sucesivas propuestas de otros candidatos pero transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación y si ninguna candidatura hubiera obtenido la mayoría simple, "quedará designado Presidente o Presidenta de la Junta de Andalucía el candidato o candidata del partido que tenga mayor número de escaños. Pero ello ocurriría en plena vorágine electoral y podría ocurrir incluso después de celebradas las elecciones municipales andaluzas. Con los demás partidos en contra, Susana Díaz tendría que optar por gobernar en solitario -teniendo que admitir sucesivas comisiones de investigación, por ejemplo -, o convocar nuevas elecciones.



El PP andaluz en crisis



Naturalmente, la tesis de que gobierne el partido más votado va a tener consecuencias en este momento. El PP lo ha defendido así siempre mientras el PSOE no lo defiende. De hecho, no dejo gobernar a Javier Arenas que sí ganó las elecciones en 2012. El intento de Juanma Moreno de forzar un pacto con el PSOE para que se respeten lasa listas más votadas en todas las listas de todas las elecciones se ha encontrado con la negativa de Susana Díaz que acaricia la meta de arrebatar al PP todas las alcaldías de las capitales andaluzas y grandes ciudades y que supone que contará, antes que después, con la ayuda de otro socio menos condicionante que el PP.

Por otra parte, las próximas elecciones municipales, en la que se la juegan los poderes fácticos provinciales del PP, que son sus alcaldes de capitales y grandes municipios, hacen poco probable que el PP andaluz, tras la negativa de Susana Díaz a un pacto, se abstengan en alguna votación. De ser imputado Griñán o Chaves o ambos los dos, el PP andaluz, salvo voluntad de suicidio, sólo podrá ya votar en contra.



Podemos, dividido en dos



Podemos tiene dos jefes en Andalucía. Teresa Rodríguez, la candidata electoral, y Sergio Pascual, la mano derecha de Pablo Iglesias en Andalucía. De momento, las negociaciones con Susana Díaz van a ser dirigidas por Pascual y han dejado fuera, personalmente a Teresa Rodríguez. Pero además es que la formación emergente que más diputados ha logrado en el Parlamento andaluz por encima de Ciudadanos, está dividido en cuanto a su posición ante un pacto que permita la investidura.

La exigencia primera de Rodríguez, de dimisión o abandono del escaño de los señores Griñán y Chaves, fue suavizada posteriormente desde la cúpula dirigente, pero, de ser imputados Griñán y/o Chaves, Podemos no se atreverá a apoyar a Susana Díaz y votará en contra porque es la cúpula socialista la que resultará imputada primero moralmente y después, en cascada, hasta cien altos y medianos cargos de la Junta.

La única posibilidad que le cabe a la cúpula de Podemos es agotar todas las votaciones impidiendo la mayoría simple de Susana Díaz hasta pasadas las elecciones municipales y autonómicas y, en ese momento, aceptar su nombramiento como presidenta del gobierno andaluz por ser la candidata del grupo más votado.



Ciudadanos, en contra, por ahora



Ciudadanos, que hasta el momento, es el grupo que no ha meditado su abstención porque ha puesto como condición sine qua non el abandono de los escaños de los aforados Griñán y Chaves, también podría forzar el nombramiento de Susana Díaz como candidata del partido con más escaños parlamentarios y luego, como los demás, apostar por pactos puntuales.



Izquierda Unida, escarmentada



Además de su escarmiento por la flagelación y merma a que la ha sometido Susana Díaz, IU está comprobando como su adversario principal, Podemos, está frenando su crecimiento por lo que en ningún caso votará a favor del PSOE o se abstendrá.

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