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Un testigo "heroico" vence al miedo a declarar contra ETA

En medio del juicio contra un etarra, se ha despojado del atuendo con el que ocultaba su identidad y el acusado se ha levantado para verle la cara.

En medio del juicio contra un etarra, se ha despojado del atuendo con el que ocultaba su identidad y el acusado se ha levantado para verle la cara.
Jorge Olaiz, etarra acusado por intento de asesinato | EFE

Es un testigo protegido por la importancia de su relato en el juicio contra Jorge Olaiz, el etarra que supuestamente quiso matar al exconcejal de UPN, Miguel Ángel Ruíz Langarica. Reconoció al integrante de la banda aquel 24 de noviembre de 2000 a raíz del cual el acusado se enfrenta a 15 años de cárcel por asesinato terrorista en grado de tentativa. El testigo intervino este lunes en la vista celebrada en la Audiencia Nacional oculto tras una peluca y un bigote postizos. El Tribunal le invitó a que se retirara el atuendo para que Olaiz pudiera verlo en virtud de su derecho de defensa, pero se negó por miedo a que le metieran "dos tiros por la espalda". ·El individuo en cuestión ha vencido este martes ese temor.

"¿Por qué ha decidido quitarse los abalorios que trajo ayer?", ha preguntado al inicio de la sesión el fiscal Pedro Rubira. El testigo protegido ha respondido: "Porque quiero que se haga justicia y este tipo de personas lo que se merecen es estar encerrados. A los asesinos no quiero tenerles ni de vista. No me gustan las personas que matan a personas". El representante del Ministerio Público ha calificado como "heroico" este comportamiento, más aún cuando el terrorista Jorge Olaiz se ha levantado del banquillo para ver el rostro semidescubierto del compareciente.

Semidescubierto porque sí ha mantenido el bigote postizo. Un extremo al que se ha aferrado la defensa del etarra para obstaculizar el proceso. La abogada Jainoe Karrera, detenida en su día por vínculos con ETA, ha formulado una protesta al entender que el testigo pretendía "distorsionar su imagen con elementos que dificultan su identificación".

Se han vivido momentos tensos hasta que Carmen Ladrón de Guevara, abogada del colectivo de las víctimas del terrorismo, ha afirmado que los rasgos fisonómicos del declarante eran "perfectamente reconocibles y visibles" y que se cumplían las garantías. El Tribunal, presidido por la magistrada Concepción Espejel, ha concluido que el bigote y las gafas que portaba el testigo protegido no impiden que el acusado pudiera reconocerle.

Etarra condenado

En los minutos previos al interrogatorio y después de la discusión, Jorge Olaiz ha pedido permiso para observar el rostro del testigo protegido. El terrorista se ha levantado del banquillo y ha descubierto su cara. Ha escuchado después la versión que le volvía a señalar como uno de los dos individuos a los que vio el día de los hechos en un garaje, con actitud sospechosa y vestidos "con los colores de la ikurriña".

"Ambos llevaban prendas de colores verde y rojo, para mí son los colores de la ikurriña y pensé que casualidad", relataba el testigo protegido, que trasladó a un furgón de la Policía sus sospechas de un atentado inminente. A continuación, presenció cómo los agentes desarmaban a uno de esos individuos y el otro -presuntamente Olaiz- huyó. Olaiz fue condenado en 2005 por su pertenencia a ETA y ahora niega esta participación en el intento de atentado. La Fiscalía sostiene que Iñaki Beaumont fue detenido portando un arma, mientras que Olaiz huyó y se refugió en casa de una amiga, ocultándose más tarde en la casa de un desconocido y trasladándose posteriormente a Francia.

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