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Aguirre estaba "cegada por el amor" a Ignacio González, pero "no eran amantes"

Torrente de casos de corrupción con una novedad: un Pujol entra en la cárcel. Se acerca el fin del mundo.

Torrente de casos de corrupción con una novedad: un Pujol entra en la cárcel. Se acerca el fin del mundo.
Esperanza Aguirre durante su declaración | EFE

"Pujol Ferrusola a prisión cinco años después del escándalo", dice El Mundo, que lleva una entrevista a Jesús Gómez, "diputado de popular que destapó la corrupción del partido". ¿Pero no fue Cifuentes? "Denuncié al PP la cuenta suiza de González y Aguirre lo vio una traición". Dice Esteban Urreiztieta, el periodista, que Gómez "fue tildado de loco y de traidor y pagó una alta factura por su osadía: dejar de ser el candidato a alcalde de Leganés". Explica Gómez en la entrevista que Aguirre "no era ninguna encubridora, pero estaba cegada por amor hacia" González, "aunque que quede claro que no eran amantes". ¿Como la infanta? Jesús, por Dios, que nos va a dar algo, no ganamos para sustos. Federico Jiménez Losantos dice que "ayer, varias facciones de Podemos-IU convocaron una cacerolada ante la sede del partido de Miguel Ángel Blanco para compararlo con sus asesinos e instarle a 'disolverse y entregar las armas', otra de esas barrabasadas podemitas. "El monstruo de la doctora Sorayenstein ha escapado al control de su creadora. La pobre tiene tanto poder que no logra abarcarlo". Y esta vez la ha liado parda. "Para tapar la llamada a declarar de Rajoy activó el PCDP (Protocolo de Control de Daños del Presidente) y puso en marcha" la detención de Ignacio González "siguiendo el manual: llegada del GMH (Grupo Mediático Habitual) antes que la Guardia Civil y codetención en vivo y en directo". Pero "no contó la doctora con el tamaño de la criatura, que por el noble esfuerzo del juez-pueblo Velasco llegaba a la altura de GMH, el grupo de Sorayenstein que administra a Podemos. Y van y le confían el secreto del sumario a GMH. Qué error. Ferreras tuvo que disfrazarse de rana para ocultar a mauricios, edmundos y marhuendas". Lo que sufrió el hombre, tener que tratar con guante de seda a sus jefes cuando el cuerpo le pedía liarse a guantazos. "Menos mal que Cifuentes ha dicho que eso de que 'se entere que no es sólo La Razón, sino Antena 3, Onda Cero y La Sexta' no era amenaza, qué va, sólo una mentirijilla para engañar a Edmundo. Y el juez, que no comprobó la amenaza con la amenazada, los desimputó a toda prisa". Pero vamos, a la velocidad del rayo, algo rarísimo. "Pero ayer, zas, el despacho de Montoro. El PCDP sacó lo de Dancausa pero no da el peso. Hoy tendrán que imputar a alguien más gordo". Pues Soto del Real está atestado, ha superado el aforo y ya no da para más. Habrá que habilitar algún edificio para acoger corruptos.

El País arrincona en una columna a Pujol para centrarse en el PP. "La corrupción pone en difícil situación al Gobierno de Rajoy". Pues se le ve la mar de tranquilo al presidente, corre que te corre por Brasil. Dedica el editorial a Lluis Llach, otro que va a terminar con una camisa de fuerza. El tipo "vierte amenazas contra sus conciudadanos. Contra todos aquellos que se nieguen a arrodillarse ante la ley de desconexión". ¿En esto se ha convertido el mito del antifranquismo? Qué vergüenza, Llach. "Huelgan las amenazas del diputado Llach. Quizá el secesionismo alegue ahora que se trata sólo de argumentos inventados para levantar el ánimo de sus huestes. En ese caso, podría hacerlo con otra música en vez de con estas llamadas de venganza contra ciudadanos inocentes, que colocan en la bóveda del discurso independentista la apelación al odio y la división de los catalanes. Cuando el procés fermenta amenazas, empieza a provocar no solo la fatiga de los ciudadanos. También su asco". Más bien su terror, qué carajo. A este paso vamos a tener que dar asilo político a los perseguidos por el fascismo-nacionalismo catalán y montar campamentos de refugiados en la rivera del Ebro.

ABC, eufórico: "Los Pujol empiezan a entrar en la cárcel". Ya era hora, hombre, ya era hora. Dice Bieito Rubido que es un poco tarde. "Pujol se ha dedicado a seguir delinquiendo ante la misma cara de la Fiscalía y los jueces (...) La Justicia ha corregido una situación que resultaba extraña y difícil de entender". Mientras iba al trullo hasta el tato, la pandi Pujol iba y venía a su bola por el ancho mundo. Ignacio Camacho está triste con lo de Lluis Llach. "En su tarea de activista ha deshonrado su trayectoria (...) Lo más grave es la intimidación, el tono coactivo y matonil, el talante autoritario. El sectarismo despótico con el que el antiguo cantautor y adalid de la libertad blande su legendaria estaca para amagar con emprenderla contra los disidentes a palos". Qué bochorno, Llach, qué bochorno. "Aquel refinado músico de idealismo libertario, se ha degradado a sí mismo al convertirse en un sayón político, en un prosélito intolerante, en un sicario". En un fascista puro y duro. El estacazo nos lo ha dado a todos, el impresentable.

La Razón, por supuesto, celebra la desimputación de sus directivos. "El juez Velasco concluye que Casals y Marhuenda no coaccionaron a Cifuentes". Qué alivio, Marhuenda, ya te veíamos en Soto del Real. Pero nada, como explica el editorial el juez ha visto que las grabaciones con las amenazas, lo de zorra, puta y demás "no tienen otra lectura que la que dieron nuestros directivos, la de un apoyo emocional a un amigo en unos momentos de tribulación". Claro, si es lo que hacemos todos para consolar a los amigos atribulados, llamar zorra a los demás, y si hay que amenazar con romper las piernas a alguien se hace, cualquier cosa por un amigo oye.

La Vanguardia: "Prisión para el primogénito de Pujol por desviar dinero". Y hasta editorializa y todo. Nos regaña por meter prisa. "Los delitos imputados a Pujol Ferrusola son especialmente complejos y el respeto a la presunción de inocencia está por encima del deseo de la ciudadanía de actuar con rapidez y ejemplaridad". Pues no parecen tan complejos sus delitos. Robar a manos llenas.

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