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El 'feminismo' de Pablo Iglesias

Los dirigentes morados se han mostrado "orgullosos" de acompañar los movimientos feministas pero no siempre han sido un referente para ese colectivo.

Los dirigentes morados se han mostrado "orgullosos" de acompañar los movimientos feministas pero no siempre han sido un referente para ese colectivo.
Pablo Iglesias aplaude a Irene Montero | EFE

"El día 8 de marzo, los hombres tenemos que callarnos y ponernos detrás. España debe ser un país feminista". Con estas declaraciones, Pablo Iglesias ha llamado en los últimos días a participar en la huelga feminista del 8 de marzo. Desde la formación morada, su líder y la mayoría de sus diputados, se sumarán a las manifestaciones que el próximo jueves recorrerán las calles de las principales ciudades españolas.

Los dirigentes de Podemos se han mostrado "orgullosos" de acompañar a los movimientos feministas pero, si se busca en la hemeroteca, se encuentran numerosas ocasiones en las que Iglesias, y también los dirigentes de su partido, no han sido precisamente un referente para este colectivo.

Más hombres que mujeres en puestos importantes

A nivel organizativo, en Podemos los cargos relevantes los ocupan, en su gran mayoría, los hombres. Tras la renovación de secretarías generales autonómicas, que se llevó a cabo en 2017, los que mandan en la formación morada son ellos.

Tan solo cuatro mujeres ocupan el puesto de líder autonómico de Podemos. Es el caso de Teresa Rodríguez en Andalucía, Mae de la Concha en Baleares, Noemí Santana en Canarias y Carmen Santos en Galicia. Todos los demás, son hombres.

Salidas de tono de Iglesias

Podemos no es un ejemplo de igualdad si se habla de sus barones ni tampoco de sus líderes más conocidos. Una crítica que ha llegado también desde dentro de la formación. Antes de Vistalegre II, el sector errejonista ya pidió "feminizar" el partido porque se había "implantado una cultura organizativa belicista, masculina y machista".

Criticaron que, en la dirección de Podemos, existían dinámicas "a menudo muy agresivas y hostiles" que hacían "la convivencia muy dura" y dificultaban "la conciliación". Esas "dinámicas hostiles" han saltado en los últimos años a la prensa en comentarios y salidas de tono del propio Pablo Iglesias. Uno de los escándalos más sonados del líder morado fue la publicación de unas conversaciones personales en las que aseguraba que "azotaría hasta que sangrase" a la periodista y presentadora Mariló Montero.

En enero de 2016, Pablo Iglesias protagonizaba una situación tensa con la periodista Ana Romero. Preguntado por si iban a formar una "coalición de perdedores", el líder de Podemos respondía con un comentario sobre el abrigo de piel de la periodista.

Despacho, guiño de ojo y "tonito machista"

En marzo de ese mismo año, desde la tribuna del Congreso, Iglesias ofreció su despacho en el Congreso a la diputada popular Andrea Levy y el diputado de Podemos Miguel Vila: "Ayer, en un programa de La Sexta, asistí con estupor ante el hecho de que una diputada del PP, la señora Andrea Levy, bebe los vientos por un diputado de Podemos, el señor Miguel Vila. Y les aseguro algo, no está entre mis funciones como presidente del grupo parlamentario controlar la virtud de mis diputados, sino garantizar su felicidad. Si quieren ustedes conocerse, pongo a su disposición mi despacho" dijo entonces el líder de Podemos.

También en el Hemiciclo, Iglesias protagonizó el pasado junio una nueva polémica por su tono con una mujer. Fue con la diputada Ana Oramas durante el debate de la moción de censura de Podemos. Tras una primera intervención de la diputada de Coalición Canaria en la que le reprochó a Iglesias montar este "debate televisivo de propaganda de Podemos" e insistió en que ella podía rendir cuentas a sus electores porque en su momento votó la candidatura de Pedro Sánchez, el secretario general morado le contestó arrogante que "su intervención no merecía respuesta ninguna". "Yo sé que a usted no le gustan las mujeres no sumisas", prosiguió Oramas. "Ese tonito machista" que usa "con periodistas y políticas" es "problema suyo", le acusó la canaria.

Hace unos meses, el pasado septiembre, Iglesias protagonizó un encontronazo en una entrevista en La Sexta. En este caso, no fue por un comentario del líder de Podemos sino por un gesto. La periodista de La Razón, Pilar Gómez, le preguntaba a Iglesias por qué no llevaba sus propuestas al Congreso en vez de celebrar una Asamblea sobre Cataluña. Iglesias respondía cargando contra ese diario y terminaba su intervención guiñándole un ojo a la periodista. "Lo de guiñar el ojo, ¿de qué va esto?", se preguntaba Gómez. "Lo veo con un tono rancio, machista".

"Tono de mujer"

Precisamente al tono es a lo que en alguna ocasión se ha referido el líder de Podemos. Durante la campaña para las elecciones de diciembre de 2015, Pablo Iglesias dijo que quería implantar en la política española un "tono de mujer".

En Coruña, en un mitin de la formación En Marea, con la que se presentó a las elecciones del 20D, Iglesias realizó la siguiente afirmación: "El cambio político va a tener tono, estilo y actitud de mujer", que según él, es"un tono que escuche, que no grite y que tenga al mismo tiempo esa firmeza de las madres cuando defienden a sus hijos".

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