
La obsesión separatista por los lazos amarillos ha llegado hasta la serie Amar es para siempre, una ficción sentimental ambientada en la España de los años setenta y en la que una de sus protagonistas ha dado en lucir en los últimos capítulos un broche dorado igual a los que llevan en la solapa los separatistas para recordar a los golpistas en prisión provisional y a los fugados.
¿Casualidad? ¿Se llevaban en los setenta broches en forma de lazos? El nada subliminal mensaje es un homenaje al separatismo introducido por la productora Diagonal TV, del grupo Endemol, responsable también de series como La Catedral del Mar.
La irrupción en la serie del personaje del lazo ha sido subrayada por el blog Dolça Catalunya, que denuncia: "Desde hace varios días un personaje de la serie de sobremesa de Antena 3 Amar es para siempre lleva un churro amarillo disfrazado de broche. Y como nada es gratis ni por casualidad, quizás algún dolço nos explique qué pinta el dueño de La Sexta, Antena 3 o La Razón colándonos el cuento de los presospolítics en su aburrida e ideologizada serie de la siesta".
El lazo amarillo es para el separatismo un símbolo sagrado, un rasgo de distinción y una obsesión, como prueba el hecho de que la primera providencia en la reunión inaugural del gobierno catalán de Quim Torra fuera desplegar una pancarta con un lazo amarillo en la fachada de la Generalidad.

