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España se une al FCAS, el programa del caza europeo que controlará enjambres de drones

Francia y Alemania lo pusieron en marcha el pasado mes de junio. Apuesta también por crear un sistema aeronáutico integrado.

Francia y Alemania lo pusieron en marcha el pasado mes de junio. Apuesta también por crear un sistema aeronáutico integrado.
Infografía del programa FCAS. | Airbus

España se incorpora como socio de pleno derecho al Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS, por sus siglas en inglés), del que hasta ahora sólo formaban parte Francia y Alemania, los países impulsores. Este jueves, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha firmado la Carta de Intenciones española (el paso de entrada) aprovechando su coincidencia en Bruselas para una reunión en la OTAN con sus homólogas gala (Florence Parly) y alemana (Ursula von der Leyen).

El proyecto tiene un objetivo doble. El primero es diseñar y fabricar un nuevo caza de combate avanzado y tripulado capaz de controlar enjambres de aviones no tripulados o drones, que actuarán como plataformas de armamento o sensores avanzados, entre otras funciones. Debería estar listo y operativo para el periodo 2035-2040, para sustituir a los cazas Dassault Rafale y Eurofighter Typhoon actualmente en servicio en las fuerzas aéreas de estos países.

El segundo objetivo es desarrollar un Sistema de Armas de Nueva Generación (NGWS, por sus siglas en inglés) que mediante satélites, una nube de combate y otros sistemas de comunicaciones permita conectar a este futuro caza europeo con otras aeronaves, como aviones de transporte, el nuevo avión no tripulado europeo de media altitud y largo alcance (MALE, proyecto en el que España participa con un 23 por ciento) o futuros misiles de crucero por diseñar.

Una característica que diferencia a este consorcio de otros programas aeronáuticos anteriores es la intención de diseñar y construir no solo un avión de combate, sino todo un sistema aeronáutico integrado que sea capaz de operar conjuntamente en cualquier escenario y totalmente compatible con sistemas de combate naval y terrestre. También se diferencia en esto del proyecto paralelo Tempest, impulsado por el Reino Unido y al que se han sumado Italia y Holanda.

El proyecto nació el pasado mes de junio, cuando Francia y Alemania llegaron a un acuerdo que incluía a las dos empresas que lo harían realidad (Dassault y Airbus). Tras los problemas que hubo en el programa del A400M por el número excesivo de países que lo conformaban y la dificultad de alcanzar las capacidades operativas que cada uno exigía, apostaron por hacerlo en dúo tratando de facilitar las acuerdos de capacidades.

España intentó integrarse desde un primer momento, pero se encontró con las reticencias francesas y alemanas. Tras unos meses de gestión se abrió la posibilidad de que nuestro país entrase a formar parte del mismo como observador, algo que no satisfacía, lógicamente, en el Ministerio de Defensa. Finalmente, el pasado mes de diciembre se recibió el visto bueno de Francia y Alemania para entrar en el programa como socio de pleno derecho.

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