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Escandaloso editorial de 'El País' contra el Tribunal Supremo

Las broncas en el Gobierno de coalición crecen cada día. Ahora, por el escaño del podemita de las rastras y la reforma laboral.

Las broncas en el Gobierno de coalición crecen cada día. Ahora, por el escaño del podemita de las rastras y la reforma laboral.
La periodista Pepa Bueno. | MPM

El Mundo

"Casado consolida su mayoría y Sánchez se estanca ante la irrupción de Yolanda Díaz". Menuda campaña de propaganda le están haciendo a esta mujer. Lo mismo ha contratado a Iván. Dice el editorial que "el desgaste político de Sánchez es enorme. Ni la pleitesía que le rindieron sus adeptos en el Congreso del PSOE, ni haberse adueñado de los fondos europeos para regar sin control las partidas presupuestarias, ni siquiera el anuncio de medidas tan populistas —y a la vez gravosas para el erario— como el mal llamado bono cultural han servido para que supere la línea roja de los 100 escaños". Cada día cae peor. "Yolanda Díaz se erige en líder bien valorada entre los votantes del PSOE, cuando Pablo Iglesias ni se acercaba al aprobado. Cada vez es más comprensible el porqué desde las filas socialistas no hacen más que boicotear a Díaz: en el hipotético caso de que fuese candidata, parece claro que se adueñaría de parte del terreno que cede el PSOE. Esto conlleva riesgos pues, no lo olvidemos, representa a la extrema izquierda". Son los medios los que le están haciendo una campaña incomprensible a Yolanda Díaz.

Dice Santiago González que "la gran esperanza rubia del podemismo se llama Yolanda Díaz", "se ha convertido en la estrella del podemismo en el Gobierno". "Yolanda cuenta con el dictamen favorable de una vistosa inutilidad, Iván Redondo, que se tirará por el barranco en cuanto ella se lo pida. Ya tiene costumbre". Tenemos a esta mujer hasta en la sopa. Así está ella de crecidita.

Federico Jiménez Losantos comenta la que ha armado Podemos por el rastas. "Podemos se ha situado públicamente y sin ambages en el sitio que le corresponde: fuera de la legalidad y de la política". "Los comunistas se lanzaron en tromba contra su hasta entonces cómplice y madrina, la batida Batet, contra el Gobierno del que siguen formando parte, contra el Tribunal Supremo y contra todas las instancias judiciales. Todas". ¿Así que se iban a domesticar? A esta banda no hay quien la meta en cintura. Eso sí, ahí los tienes, cobrando buenos sueldos desde las instituciones. No les sacas ni con agua caliente.

"Los comunistas, incluso dentro del Gobierno que los amansaría, atacan públicamente a los tribunales que no les dan la razón, hablan de justicia de clase, defienden a sus delincuentes, los colocan si son condenados, y se manifiestan con Otegi y Junqueras en defensa de los asesinos etarras presos. Sólo se sienten bien fuera de la ley y en esa situación deberían estar. Tener a medio Gobierno fuera de la ley no puede salir gratis". Y creíamos que con Iglesias fuera nos habíamos quitado la pesadilla podemita de encima. Esperemos que el PSOE pague caro en las urnas el daño que ha hecho al país.

El País

"Los socios de Gobierno reúnen este lunes a su mesa de crisis para aclarar quién lidera la negociación de la reforma laboral". El periódico del Ibex se declara en rebelión contra el Supremo. El editorial de Pepa Bueno acusa al tribunal de prevaricar en el caso del podemita Alberto Rodríguez. Dice que es un "castigo político". ¿Qué interés puede tener el Supremo en castigar a un diputado al que solo se conoce por sus pintas de no pasar nunca por la ducha? En línea del Gobierno social podemita que sufrimos, dice que "la situación a la que se ha visto abocado el diputado Alberto Rodríguez es rocambolesca e injusta". "La condena se origina en una supuesta patada a un agente de policía de la que no existen pruebas visuales, pese a que los incidentes se grabaron y hay imágenes de él (en las que no aparece Alberto Rodríguez en el lugar del incidente, más allá del testimonio de un único policía)". Vamos, que ahora es El País el que dicta sentencias.

"La dimensión política del caso debilita una vez más la confianza en la justicia y abunda en la percepción de un castigo político a un diputado de Unidas Podemos". Pepa Bueno y el Ibex con Ione Belarra. Así nos va.

Cómo será que el editorial ha sido muy alabado por Pablo Iglesias en Twitter. .

Xavier Vidal Folch se lía a guantazos contra Belarra. "El ataque a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en el caso del diputado Alberto Rodríguez, ha sido el (efímero) episodio más grave de esta coalición. El problema político no era la presunta patada de Rodríguez. Ni el ritmo o tino de la respuesta de Batet. Sino Belarra, que calificó su actuación, mediante un tuit —ese rastrero modo político—, de "prevaricación". Y promovió una querella contra la tercera autoridad del Estado". A ver, presunto es cuando algo no se ha juzgado. En este caso ya hay sentencia, por lo que no hay presunta patada, hay patada y punto.

"El embate de Belarra atentaba desde el Ejecutivo contra el poder Legislativo, y pues, contra todo modo lógico de dirimir diferencias en un sistema basado en la división de poderes". Bueno, ahí lo único que ha hecho es copiar a su jefe Sánchez, que lleva toda la legislatura arremetiendo contra el Poder Judicial.

Almudena Grandes se suma al coro de defensores del podemita pateador y a quien dirige sus guantazos es a Batet. "Un diputado electo, representante legítimo de la soberanía popular, va a perder su escaño. ¿Ha robado, ha abusado, se ha corrompido? No. Hace siete años, un policía dijo que le había dado una patada. Lo dijo sólo el policía, un testimonio confuso, poco fiable, por el que Alberto Rodríguez recibió una condena ínfima que se conmutó por una multa de unos pocos cientos de euros. Pero España es el país de la libertad, y Batet se ha saltado la opinión de sus propios letrados, como hizo Forcadell antes que ella". Batet lo que ha hecho es cumplir una sentencia, y mira que le costó. Solo el temor a comerse ella solita el marrón le hizo entrar en razón.

ABC

"Díaz riega con 9 millones de los fondos europeos a cuatro regiones afines". "Si había alguna duda sobre la arbitrariedad con que el Gobierno iba a proceder al reparto de los fondos procedentes de Bruselas, la vicepresidenta segunda del Gobierno ha lanzado una nueva señal sobre los criterios, puramente políticos, cuando no sectarios, que van a guiar su distribución", dice el editorial.

Y es que "cuatro comunidades autónomas —casualmente gobernadas por el PSOE y sus socios de legislatura— han sido las afortunadas en la tómbola organizada por Yolanda Díaz para dinamizar el mercado laboral a través del SEPE".

"En total son nueve millones de euros, a repartir por el servicio de empleo en las cuatro regiones —Navarra, País Vasco, Comunidad Valenciana y Extremadura— que según Díaz más necesitan del aliento económico que aportan los fondos comunitarios. Las regiones gobernadas por el PP no han tardado en detectar esta cacicada, publicada en el BOE con las justificaciones más peregrinas, y en denunciar la absoluta falta de control por parte de una Conferencia Sectorial cuyos criterios han sido ignorados por quien se presenta ante la opinión pública como embajadora del diálogo y los acuerdos". Hasta las narices de Yolanda Díaz.

"Las políticas de gasto, castigo fiscal e intervención del libre mercado no contribuyen a enderezar el rumbo de nuestra maltrecha economía, y tampoco el reparto sectario de unos fondos comunitarios que la UE ha comenzado a liberar para transformar el país, no para que el Gobierno, cuyos planes de reconstrucción siguen siendo alto secreto, perpetúe el caciquismo". Eso lo sabíamos todos desde el principio.

La Razón

"El nuevo Gobierno suspende en sus primeros cien días". Dice el editorial que "pena Sánchez con las consecuencias de un pacto de gobierno con una formación extremista de izquierdas, incluso, antisistema, que no ha ahorrado problemas de toda índole a sus socios socialistas". Es lo que Sánchez ha elegido. Sarna con gusto no pica.

"El último espectáculo dado por la formación morada, a costa del exdiputado Alberto Rodríguez, que ha llegado a acusar al PSOE de arrebatarle el escaño, no es más que la punta, notable, del iceberg de un sordo enfrentamiento interno, en el que cada parte trata de apuntarse las banderas de las políticas progresistas, en una carrera que perjudica especialmente a los socialistas". Y dale molinos, el PSOE ahora es lo mismo que Podemos, lo que ocurre es que cada uno mira por su escaño.

"Sánchez puede romper la coalición y adelantar elecciones, o perderlas con toda seguridad en 2023". Sánchez no va a romper la coalición, no se hagan ilusiones.

Como dice Martín Beaumont, "no es que Sánchez no disponga de otra opción que el bloque Frankenstein: es que ésa es su apuesta". "Su mandato depende de Podemos, ERC o Bildu, las formaciones antisistema, porque él así lo quiere. La voluntad del presidente del Gobierno ha elevado a esas fuerzas a la condición de costaleros preferentes, con blanqueo incluido del líder de izquierda abertzale Arnaldo Otegi, personaje de largo recorrido de militancia terrorista en ETA". No hay que compadecer a Sánchez. Está donde quiere estar.

A Marhuenda le pasa lo que a mí, que no entiende la divinización de Yolanda Díaz. "Es divertido leer y escuchar a los hagiógrafos del fenómeno Yolanda Díaz, porque confunden los deseos con la realidad. A partir del proyecto del frente amplio hay quien cree que La Moncloa está a la vuelta de la esquina. Un sector de la mayoritaria izquierda mediática contempla a la vicepresidenta con el mismo fervor de hooligans con que recibió la irrupción de Iglesias".

Parece que la izquierda mediática ha elegido a Yolanda para ser la Ayuso en versión comunista. Porque hacer, lo que se dice hacer, no ha hecho nada para que la aclamen de esa manera. Y como de costumbre, están forzando tanto la máquina que al final se quedará en lo que es, nada.

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