
Los contactos rusos de Puigdemont y su entorno amenazan con quebrar el frágil acuerdo de gobierno de la Generalidad. La arremetida del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, contra "los señoritos" que "se creían James Bond" ha sido encajada por Junts per Catalunya (JxCat) como un ataque que debe tener consecuencias.
Así y tras llamar "miserable" y vocero de "las cloacas del Estado" a Rufián, el secretario general del partido de Puigdemont, Jordi Sànchez, ha pedido explicaciones a la dirección de ERC.
És possible ser més ignorant?. En tot cas és impossible ser més miserable. I és indiscutible que qui parla així es converteix de fet en portaveu oficial de les clavegueres de l’estat i la bombolla de la dreta mediàtica. Així no, @gabrielrufian pic.twitter.com/LfTnQokTDJ
— Jordi Sànchez (@jordisanchezp) March 15, 2022
En JxCat amenazan con romper el pacto de gobierno en Cataluña con ERC, lo que obligaría a los republicanos a buscar un pacto con socialistas y comunes para salvar la Generalidad o afrontar un nuevo adelanto electoral. Los posconvergentes tratan por todos los medios de desmarcarse ahora de sus contactos con emisarios y representantes de Vladimir Putin y acusan al Estado de estar detrás de una operación para señalar a Puigdemont, operación a la que según las tesis de JxCat se habría sumado Rufián con el mismo entusiasmo con el que en octubre de 2017 acusó al expresidente de la Generalidad de suspender la república catalana por 155 monedas de plata.
La credibilidad de Puigdemont está en horas bajas incluso en su propio partido. Se cuestiona que presida a la vez JxCat y el fantasmal Consell per la República (que pretende ser una especie de gobierno paralelo al de la Generalidad) y se le reprocha su falta de dedicación al partido. Pero el ataque de Rufián se ha interpretado como un nuevo "casus belli". El vicepresidente del Govern, el posconvergente Jordi Puigneró, exigió a Pere Aragonès la adopción de medidas contra Rufián al tiempo que tanto él como Jordi Sànchez preguntaron a la dirección republicana si lo expuesto por su portavoz era la postura oficial de su partido.
Comparecencia en el ‘Parlament’
En el Parlament era el portavoz de JxCat, Albert Batet, quien reclamaba medidas complementarias, como una comparecencia en la cámara catalana de Rufián. También anunciaba que los implicados en la trama rusa, Puigdemont, su asesor y director de gabinete Josep Lluís Alay, y el letrado Gonzalo Boye (condenado por haber participado en el secuestro de Emiliano Revilla) han pedido comparecer ante la cámara para desmentir unos contactos que figuran en un informe de inteligencia publicado por el New York Times así como en un expediente informativo del Parlamento Europeo sobre la "guerra híbrida" de Rusia contra la Unión Europea con injerencias en el Brexit, las pasadas elecciones presidenciales francesas y el denominado Procés separatista catalán.
Además, en la última votación en dicho Parlamento Europeo para ofrecer ayuda financiera a Ucrania (poco antes de la invasión rusa), Puigdemont fue de los pocos eurodiputados que se abstuvo, en lo que se ha interpretado como otro gesto hacia sus supuestos protectores rusos.
En JxCat se han quedado con las invectivas de Rufián, ese "señoritos que se pensaban que eran James Bond" sin reparar en que el diputado de ERC restaba peso a los contactos al afirmar que "les puedo asegurar que era solo para hacerse un selfie en según qué despachos, ya está". Los posconvergentes esperan como mínimo una rectificación mientras que en ERC lamentan que Rufián respira por la herida de la filtración de que su próximo destino podría ser el de candidato de su partido a la alcaldía de Santa Coloma de Gramenet, donde el PSC tiene 18 concejales; Ciudadanos, cuatro; los comunes, tres; y cierra ERC, también con tres ediles.


