
El Mundo
"La alimentación roza el colapso sin que el Gobierno tome medidas". Al chulo de Sánchez se la trae al pairo y mira con desdén a transportistas, ganaderos, agricultores y ciudadanos en general.
Como dice el editorial, en lugar de tomar decisiones para calmar las cosas, "el Ejecutivo insiste en criminalizar la protesta afirmando que viene alentada por la ultraderecha, en no reunirse con el sector que de veras representa a los más afectados por el alza de los precios de los carburantes y en dilatar la asunción de su responsabilidad". "Sánchez parece convencido de que la forma ideal de liderazgo es la espantada cuando vienen mal dadas". A ver si baja del Falcon y pisa la calle, que le tenemos ganas.
"Hay un margen fiscal que el Ejecutivo puede y debe utilizar para aliviar los bolsillos del contribuyente, de donde está saliendo el excedente recaudatorio que se embolsa el Estado gracias a la inflación". Él se está forrando mientras los demás se arruinan. "Cuando se inicia el décimo día de la huelga, el seguimiento no deja de crecer y las respuestas no paran de menguar. El escapismo presidencial es una muestra de cobardía moral, pero sobre todo de miopía política". Y se le ve tan ancho, al tío.
Por cierto que hoy toca hablar de los caraduras de Podemos por el caso de la niñera de Irene Montero. Esa chupipandi de facultad "denunciaba los privilegios de la «casta», sí, pero no para poner esos recursos a disposición del «pueblo» sino para adueñarse de ellos y ponerlos al servicio de sus líderes, de su familia y sus amistades", dice el editorial. "Será la instancia judicial la que determine si hay malversación. Pero estamos ante un caso obvio de corrupción moral, por el cual las niñeras eran bien recompensadas a cambio de su humillante servicio. En esto consistía la famosa revolución de Iglesias y Montero: en convertir al Estado en su canguro". Podemos es una estafa a la izquierda. Ha engañado al personal como a chinos.
Federico Jiménez Losantos habla de "la izquierda marsupial. Los comunistas de Podemos, que entraron en la política para «asaltar los cielos», en realidad se referían a los tocinos de cielo. Pero no es fácil llegar a adultos y seguir viviendo al modo marsupial, en la tripa del Gobierno, con tantas turgencias en las que abrevar. A cuenta del Sáhara, la izquierda marsupial se ha indignado muchísimo y sacan la bandera polisaria en plan indignadito, posando de eternos adolescentes anticapitalistas. Pero se cuidan muy mucho de poner en peligro el capital y los capitalitos de sus asistentes que trincan cada mes del ministerio, un dinero que nunca pensaron cobrar y que fuera de la política ni olerían. Sólo dos cosas les preocupan más que los saharauis: los sueldosarios y las nominauis".
El País
El Gobierno ha filtrado a El País la carta que envió Sánchez a Mohamed VI. "Sánchez apoyó la autonomía del Sahara en el marco de la ONU". No cita expresamente Ceuta y Melilla.
El País intenta hacer ver que el Gobierno hace algo. " Sánchez reúne a las grandes eléctricas sin especificarles si les subirá o no los impuestos". "El Gobierno estudia limitar la subida del precio de los carburantes". Estudia, propone, vamos, puro humo.
"Socios y oposición cercan al Gobierno en el momento clave de la legislatura "Sáhara, Ucrania, paros del transporte y varias movilizaciones ponen a prueba la solidez y continuidad de la coalición de investidura", dice Javier Casqueiro. Por ese lado no hay problema, Podemos se tragará lo que les echen para mantener a sus niñeras.
"El PP ha recuperado los discursos más duros contra Sánchez, al que el futuro presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, tachó este lunes de "autista"". Halaaaa, qué burro, qué bestia este Feijóo, autista. Un ultra, el gallego. Los periodistas de El País han perdido el sentido del ridículo.
"El Gobierno, inquieto por el malestar social que se intuye tras las movilizaciones de transportistas, ganaderos o agricultores, pide "unidad y responsabilidad" ante un momento que reconoce crítico". Gran intuición la del Gobierno, sí señor. Lo que pide es sumisión, como siempre, Sánchez no ha pedido nunca otra cosa. El hace y deshace, no consulta con nadie y luego pide que los demás le respalden sin rechistar, o te llamo ultra.
El editorial refleja, sin embargo, que el malestar ha llegado hasta al periódico sanchista. "La protesta, lanzada por una asociación minoritaria de camioneros autónomos, ha crecido a través de las redes sociales hasta convertirse en un problema ineludible para el Gobierno en un momento de máxima tensión por los precios de la energía y el combustible, agravado por la guerra de Ucrania". Tan minoritaria como la mani del domingo. Y luego algunos periodistas se quejan de que les insultan mientras informan.
"La fuerza de este colectivo ha sido minusvalorada", reconoce Pepa Bueno, que ya no les llama ultraderechistas. Es más, regaña al Gobierno por hacerlo. "No se vislumbra cómo se puede rebajar la tensión en las carreteras si esta asociación no siente que tiene voz en la negociación. Es posible que haya entre los huelguistas una facción radical que quiere tomar a los consumidores como rehenes y exprimir la situación. Pero es evidente que la estrategia de estos días no ha logrado aislar a esa facción, sino todo lo contrario. Y es evidente que el problema de fondo —la dificultad para hacer rentable su trabajo que sufren muchos autónomos del transporte— existe". Ay, madre, hasta El País se suma a la revuelta. Es el fin del mundo. O del Gobierno -no caerá esa breva-.
"Se puede acusar a los camioneros de estar jugando con la ansiedad, pero eso no vuelve menos legítimas sus reivindicaciones. Igualmente, no se entiende qué aporta al debate la insistencia del Gobierno en señalar el apoyo de la ultraderecha a las manifestaciones. No solo resulta una caricatura grosera de los huelguistas, sino que da a entender que la ideología de cada cual deslegitima sus problemas económicos". No doy crédito, estupefacta estoy. Pepa Bueno regañando al Gobierno por llamar ultraderechistas a los huelguistas, defendiendo que haya otras ideologías que no sean la izquierda, y encima desobedeciendo las órdenes de Sánchez de no hablar de huelga, sino de paros, ni de piquetes, sino de activistas. Fermín, mis sales.
"No hace falta esperar al martes 29 para establecer claramente los objetivos y sus alternativas, de una forma concreta y creíble que genere confianza negociadora y rebaje la tensión". Zas, en toda la cara de Sánchez. Pepa es ya una ultraderechista, apaga y vámonos.
ABC
"Los paros y el Sáhara desbordan al Gobierno". "El eco de la creciente indignación social contra el Gobierno por su incapacidad para frenar una inflación galopante, y la parálisis de Pedro Sánchez para contener el descontento de sectores estratégicos como el transporte o la ganadería se extendieron ayer hasta el Congreso. Allí todos sus socios de gobernabilidad, todos, se mostraron pesimistas con la ‘deriva de la legislatura’ y amenazaron con dejar en permanente minoría al Gobierno hasta forzar la celebración de elecciones", dice un editorial. Eso no va a pasar, Quirós, vete haciendo a la idea.
Ignacio Marco Gardoqui alucina con Sánchez, como toda la ciudadanía. "Con el sector de transporte colapsado, el campo en llamas, las industrias atenazadas por los precios de la energía, la flota pesquera amarrada y las cadenas de distribución desabastecidas, cualquiera podría pensar que esta situación iba a ser el centro de las preocupaciones del Gobierno. Craso error. Si piensa usted así, lo más probable es que todo se deba a su marcada posición ultraderechista, asíntota a la de un acendrado fascista". Los ultraderechistas nos estamos convirtiendo en legión.
También Hughes se nos ha vuelto un facha desorejado. "Pedro Sánchez, representante de los más altos valores europeos, quiere acabar con Putin, pero ya no puede salir de Moncloa y tiene una huelga encima a la que cada vez se suman más ultraderechistas. Yo mismo, que soy de centro, renuncio gustoso a mis danoninos en solidaridad con una huelga para la que Feijóo, el gestor, pide ya el ejército". Muy democrático, eso de pedir que intervenga el Ejército en una huelga que tiene un apoyo masivo. El que tiene que actuar es el Gobierno, qué leches. ¿En qué estaba pensando Feijóo?
La Razón
"El 60% de los transportistas en huelga está en quiebra técnica". "Taxistas, conductores de vehículos de alquiler, ambulancias y autobuses de transporte convocan una concentración el domingo el Madrid". "La huelga puede dejar sin cerveza a bares, restaurantes y supermercados". ¿A estos les quiere mandar al Ejército Feijóo? ¿Y por qué no tanques en las calles que amenacen a los ciudadanos? Porque la inflación nos afecta a todos.
Dice el editorial que "lo que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, despreció como una protesta minoritaria llevada a cabo por algunos camioneros ultraderechistas se ha convertido en una crisis mayor, con dos de cada tres transportistas españoles sumados al paro, y con las grandes empresas de la alimentación advirtiendo de que tendrán que suspender la producción si no se recupera la normalidad de la cadena de suministros". Agentes putinejos, no olvidarlo, esas declaraciones la perseguirán lo que le quede de vida política.
"Pocas veces habrá asistido la opinión pública al espectáculo de un Gobierno que en cuestión de horas, nada más sentarse a negociar, ha conseguido que la mayoría del sector del Transporte se levante de la mesa y se una con entusiasmo a esa «minoría ultraderechista» con la que no merecía la pena hablar". Ha sido glorioso, eso se llama negociar sí señor. Ver para creer.
"Comienzan a oírse las primeras voces que reclaman estados de emergencia o la intervención del Ejército". ¿Pero van a enviar a los soldados casa por casa? Porque esta vez no nos vamos a quedar quietecitos. ¿Qué se había tomado ayer Feijóo? En lugar de presionar a Sánchez pide que intervenga el Ejército.
Marhuenda dice que "el Gobierno socialista-comunista tiene un problema muy grave. Se ha instalado un estado de cabreo generalizado". Eso es porque somos todos unos ultras, todo el país es facha. "Sánchez lo tiene complicado, porque hay muchos sectores que salen a la calle para protestar. A esto hay que añadir que la reacción ha sido muy torpe". "Las protestas de los transportistas fueron acogidas con un manifiesto desprecio, que llegó al extremo de descalificarlos tildándolos de minoritarios y ultraderechistas. Unos días después, la movilización es tan abrumadora como inquietante, porque está generando desabastecimiento." Y el psicópata que nos gobierna como si nada.
Vicente Valles dice que la izquierda "no controla las calles tanto como suponía. Y ha optado por la vieja táctica de acusar de ultraderechista a cualquiera que se manifieste en protesta contra una decisión del «gobierno progresista». Por lo que parece, España está llena de ultraderechistas". Si ya hasta Pepa Bueno es ultraderechista. Solo falta Ferreras y Sánchez estará acabado.






