Casi nadie da un duro ya por la continuidad de Junts per Catalunya (JxCat) en el gobierno autonómico catalán. Pere Aragonès, segundo de Oriol Junqueras y presidente de la Generalidad, rechaza de plano todos los puntos del documento que le hizo llegar ayer JxCat. Los posconvergentes pretenden que restituya a Jordi Puigneró en el cargo de vicepresidente, que acepte los nombres que JxCat presente para formar parte de la mesa de diálogo con el Gobierno, que los grupos en el Congreso de ERC y JxCat se coordinen y, a modo de guinda, que sea el Consell de la República que preside el prófugo Puigdemont el encargado de coordinar al denominado "estado mayor", ente compuesto por los partidos y las entidades separatistas.
Aragonès ha hecho saber a través de una entrevista publicada este sábado en La Vanguardia que no piensa readmitir a Puigneró y ha instado a JxCat a darse prisa: "Junts ha de tomar una decisión ya, y si no lo hace, la tomaré yo". A pesar de lo opuestas que son las posiciones, el secretario general de JxCat, Jordi Turull, se muestra esperanzado de cara a los medios en llegar a un acuerdo.
No ayuda en absoluto a los dos partidos independentistas la efeméride de la farsa de referéndum que se celebró el 1 de octubre de 2017. La Generalidad tenía previsto un acto "institucional" con la participación del gobierno en pleno y de quienes formaban parte del gobierno de Puigdemont, pero dada la crispación entre ERC y JxCat se ha cancelado. En su lugar, Aragonès pronunciará un discurso que será difundido en TV3.
División y crispación
A primera hora de la tarde, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) quiere construir un muro con las cajas de plástico para guardar ropa que se utilizaron a modo de urnas. La pretensión es denunciar los incumplimientos del Ejecutivo catalán en materia de aplicación del "mandato" del 1-O. Poco después, el Consell de la República de Puigdemont convoca otro acto en el que está prevista la asistencia de las entidades separatista y la plana mayor de JxCat. ERC mandará una delegación de circunstancias, con las indultadas Carme Forcadell y Dolors Bassa al frente. No estarán ni Junqueras ni aún menos Aragonès.
Los dos gobiernos de la Generalidad registrados tras el golpe de octubre de 2017 habían prometido implantar la república. Ni Torra ni ahora Aragonès han dado pasos significativos, según el reproche generalizado entre las bases separatistas. Y la unidad de los partidos independentistas es una entelequia.