La tensión se ha disparado (más) entre ERC y Junts per Catalunya (JxCat). El debate de política general en el parlamento autonómico ha desatado nuevas fricciones entre los socios del gobierno catalán. El portavoz de JxCat especuló anoche con la posibilidad de que el presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, se someta a una cuestión de confianza y Aragonès replicó airado: "Si alguien tiene que tomar decisiones, que las tome, pero que lo haga con celeridad. Yo, como presidente, tomaré entonces las mías".
La advertencia del segundo de Oriol Junqueras se ha traducido en una nueva teatralización de la política catalana. Aragonès y los consejeros de ERC de mayor peso han suspendido sus agendas y se han recluido en el palacio de la Generalidad. El vicepresidente Jordi Puigneró (JxCat) ha reaccionado de igual modo mientras las fuentes de JxCat se contradicen. Para unos, la salida de su partido del gobierno catalán está cantada. Otros, como el consejero de Economía, Jaume Giró, descartan tal posibilidad de manera tajante. Y el portavoz parlamentario de JxCat, Albert Batet, ha rebajado esta mañana el tono y ha subrayado que llevan más de una veintena de propuestas de resolución conjuntas con ERC y que la intención no es romper.
Aragonès se plantea seriamente la posibilidad de gobernar en solitario para evitar el desgaste de los enfrentamientos constantes con sus actuales socio. Cuenta en ese escenario con la seguridad de que el PSC y los comunes actuarían de muletas parlamentarias en una especie de tripartito, pero con un gobierno integrado en exclusiva por los republicanos.
Fatiga de Borràs
En JxCat, algunos alcaldes y consejeros destacan lo inoportuno que resultaría abandonar el gobierno autonómico a las puertas de las elecciones municipales. También empieza a causar fatiga en el seno del partido el personalismo de Laura Borràs y su corte.
En ERC consideran que JxCat es directamente un lastre, entre otras razones por las zancadillas contra la mesa de diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez. Acusan a los posconvergentes de movilizar en su contra a las bases separatistas. Los señalados responden que fue ERC quien trató de la que la manifestación del 11 de septiembre fracasara.
Esta situación se produce a las puertas del quinto aniversario del 1-O, que los medios separatistas están conmemorando con reportajes y documentales que glosan la "operación urnas", el procedimiento de compra, almacenamiento y traslado de las cajas de plástico con el escudo de la Generalidad que se utilizaron a modo de urnas. El independentismo se jacta de haber burlado al CNI, la Policía Nacional y la Guardia Civil. En TV3 se ha llegado a comparar a quienes participaron en el operativo con la Resistencia francesa.