
Barcelona vuelve a acoger el GSMA Mobile World Congress otra vez y ya van diecisiete. Así lo puso de manifiesto el rey Felipe VI en su discurso durante la cena de gala de apertura del certamen empresarial. El monarca se dirigió a los presentes en catalán, español e inglés, felicitó a las autoridades por la organización del evento y aludió a la invasión rusa de Ucrania, a la crisis energética, a los terremotos de Turquía y Siria, entre otros asuntos de la actualidad internacional y económica.
En esta ocasión no hubo alusiones a la política española, ni explícitas ni veladas. Como ya es habitual, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, no estuvieron presentes en el recibimiento al Rey en Barcelona, pero sí se sentaron en su mesa durante la cena de gala, también como es habitual. En los aledaños del Palacio de Montjuich, donde se celebraba la cena, medio centenar de separatistas protestaron contra la presencia del Rey exhibiendo su imagen boca abajo y ondeando banderas separatistas. Un nuevo fracaso de movilización de las organizaciones independentistas.
A su llegada al lugar, el Rey fue recibido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño; la delegada del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Cataluña, Eugénia Gay; el presidente del Consejo de Administración de GSMA y presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el director general GSM Association (GSMA), Mats Granryd; y el presidente del Consejo de Administración de Fira de Barcelona, Pau Relat.
Sánchez presume de la ayuda a Ucrania
El presidente del Gobierno aprovechó su discurso para glosar la ayuda del Ejecutivo a los refugiados ucranianos y agradecer a la Generalidad "la nueva etapa de diálogo en favor del progreso de una Cataluña abierta, plural y dinámica". También dijo que la política sirve para "superar las diferencias y seguir avanzando por el bien de la gente". También hablaron Colau y Aragonès, que presumió de las políticas educativas de su gobierno, que según dijo, favorecen la atracción de inversiones.
El GSMA Mobile World Congress reunirá durante los próximos días en Barcelona a ochenta mil personas relacionadas con los negocios digitales, una cuarta parte de ellos venidos de Asia. Se prevé un impacto de más de 350 millones de euros en la ciudad de Barcelona, así como7.500 puestos de trabajo temporales. Será el primer congreso sin mascarillas tras la pandemia del coronavirus. En la anterior a la crisis sanitaria mundial fueron catorce mil los empleos temporales generados por el evento.

