
La presencia de la cúpula de la Guardia Civil durante la rueda de prensa en la que presentó su dimisión la entonces directora de la Benemérita, María Gámez, ha provocado una gran indignación en el seno del Instituto Armado y del ejército.
Gámez presentó su renuncia el miércoles pasado tras la imputación de su marido en una pieza de la trama corrupta de los ERE de Andalucía por presuntos delitos de prevaricación, malversación y blanqueo. En los últimos días, la propia Gámez se está viendo salpicada por el escándalo al desvelarse la compra de varios inmuebles millonarios.
Fuentes de la Guardia Civil y del ejército consultadas por Libertad Digital no se explican "qué hacían cuatro tenientes generales escoltando a Gámez". Los uniformados con tres estrellas de cuatro puntas del Instituto Armado que acompañaban a Gámez eran el director adjunto operativo DAO, Pablo Salas; el jefe del Mando de Operaciones, Félix Jesús Blázquez; el jefe del Mando de Personal, Manuel Llamas; y el jefe del Mando de Apoyo, Arturo Espejo.
"Es una vergüenza que la cúpula de la Guardia Civil esté presente en una rueda de prensa respaldando un acto político como es la dimisión de la directora general. La indignación es mayor si cabe, teniendo en cuenta que la renuncia de Gámez tiene lugar tras verse salpicada junto a su marido por un caso de corrupción. Parece que la Benemérita está blanqueando o avalando la corrupción socialista", añaden.
Las mismas fuentes consultadas por LD denuncian que "una vez más se pone a la Guardia Civil en el foco, en pleno escándalo del ‘caso Cuarteles’ para desviar la atención sobre la corrupción que afecta al PSOE en el ‘caso Mediador’. El DAO de la Guardia Civil Pablo Salas se tendría que haber negado a estar presente en el acto junto a los tres mandos durante la dimisión de Gámez. Es un bochorno para el Cuerpo y por ello, el DAO debe presentar su dimisión".
En las últimas horas se ha hecho viral un vídeo de marzo de 2019 en el que el Jefe de Estado Mayor de Defensa australiano, Angus Campbell, interrumpía un acto del entonces ministro de Defensa, Christopher Pyne, para que los oficiales que estaban detrás del propio ministro se retirasen cuando era preguntado por temas políticos.
Durante su renuncia, Gámez afirmó: "Provengo de una cultura personal, política y profesional donde los valores y la ética están por encima de cualquier proyecto". Además, añadió que no iba a permitir "ni por asomo" que alguien pudiese utilizar la circunstancia personal de su marido para dañar a la Guardia Civil o a sus representantes, ni tampoco al Gobierno de España del que "tan orgullosa" ha formado parte". "Ninguno de ellos lo merece", apuntaba.
María Gámez sustituyó a Félix Azón al frente de la Guardia Civil en enero de 2020, ambos con Fernando Grande-Marlaska como ministro del Interior. Anteriormente, fue subdelegada del Gobierno en la provincia de Málaga y concejal en el Ayuntamiento de Málaga.
La Guardia Civil al servicio del Gobierno
No es la primera vez que un mando de la Guardia Civil protagoniza un escándalo por su connivencia con el Gobierno de Pedro Sánchez. En abril de 2020, el que fuera jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil, el general Santiago, durante la comparecencia de los técnicos de cada uno de los Ministerios responsables de la gestión de la crisis del coronavirus afirmó que "la Guardia Civil trabaja para minimizar el clima contrario a la gestión de crisis del Gobierno".
Tras las afirmaciones de Santiago, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguraba que la citada declaración se trataba de "un error" y que en todo caso lo único que se combatía eran "los bulos que puedan suponer un peligro para la seguridad" y que en ningún caso se censuraban "las críticas, más o menos duras, basadas o no en falsedades, que se pueden hacer al amparo de la libertad de expresión".
Póngase en contacto con nosotros en investigacion@libertaddigital.com

