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Desde Bildu hasta el PSOE, pasando por PNV: así ha sido su pacto secreto para hacer avanzar el separatismo en Navarra

El pacto pretrende dar fuerza a Bildu desde el Gobierno de Navarra sin desgastarse por la entrega de Pamplona a los proetarras.

El pacto pretrende dar fuerza a Bildu desde el Gobierno de Navarra sin desgastarse por la entrega de Pamplona a los proetarras.
El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. | EFE

Bildu quería el Ayuntamiento de Pamplona y necesitaban para ello el apoyo del PSN-PSOE. Pedro Sánchez no quería la imagen de un pacto con los proetarras en las semanas previas a las elecciones generales del 23-J, especialmente a la vista del impacto de esos mismos acuerdos en las elecciones previas del 28-M. El PSOE intentó la vía de un tapado -Zurekin-. Bildu no lo aceptó: prefería que el PSOE tuviera la deuda con ellos, porque esa se la acabará cobrando. En medio de todo ello, el candidato de Geroa -PNV- se intentó colar para aprovechar el desconcierto aparente. Y fue el propio PNV el que le ordenó frenar para "no romper el pacto de Gobierno de Navarra". Traducido: todos están en el acuerdo. Desde el PSOE, hasta Bildu, pasando por Podemos y el PNV. Y la fuerza de esta unión se verá en el Gobierno de Navarra: con un apoyo brutal al separatismo.

El viernes previo al sábado 17 de junio en el que se celebraron los plenos municipales para elegir a los nuevos alcaldes no fue tranquilo en Pamplona. Bildu exigía la Alcaldía por ser, decían ellos, "la primera fuerza progresista". Habían quedado segundos, por detrás de UPN, la lista más votada. El PSOE no quería ni oír hablar de regalar un gran ayuntamiento a Bildu -visible desde las cuatro esquinas electorales el próximo 23-J- pero sabe que tendrá que pagar su pacto a los proetarras, los mismos que lo han elevado a La Moncloa -tanto en la moción de censura de junio de 2018, como en la investidura posterior a las elecciones del 10-N-. El puzzle se completaba con un partido separatistas satélite y cercano a Bildu -Zurekin- al que el PSOE quería convertir en tapado útil, pero que Bildu consideró hasta insultante el hecho de ofrecerles el Gobierno local como alternativa a los verdaderos proetarras -Otegi prefiere que Sánchez le deba algo que se acabará cobrando-. Y el cuadro de Pamplona se terminaba de dibujar con un Geroa -la marca del PNV en Navarra, pero que ahora asegura ser un partido social y progresista-.

Los pactos no parecían avanzar y alguien se puso nervioso. Ese alguien fue Koldo Martínez, el candidato de los nuevos progresistas de Geroa -el muy viejo PNV-. Martínez es el mismo que hace ya tres semanas no dudó en anunciar la puesta a disposición de sus dos concejales para que saliera elegida la candidata de Bildu (con 8 concejales, uno menos que UPN). Pero que, llegado el viernes, deslizó internamente una propuesta: la suya. Ser él el elegido con los votos de Bildu y del PSOE. Una opción tan interesada como irreal. Porque lo cierto es que los suyos estaban ya más al cabo de la calle que él mismo. Y es que fue el propio Geroa el que le paró los pies.

Lo mejor de todo ello, es que la razón a este freno interno es la clave de bóveda de todo lo que pasa en Navarra y País Vasco y lo que algunos partidos esperan que pase. Porque el propio partido frenó las ansias ‘solidarias’ de Martínez para "no romper el pacto de Gobierno de Navarra". Traducido: el pacto entre el PSOE y Bildu, por un lado, y el PSOE y el PNV -Geroa- por el otro, incluye un acuerdo cruzado: el de dar fuerza a Bildu desde el Gobierno de Navarra sin desgastarse por la entrega de una plaza visible -Pamplona- a los proetarras.

A PNV no les gusta especialmente el arreglo porque no deja de dar fuerza a Bildu, su gran competidor. Pero se la da en Navarra y no en el País Vasco, con lo que el PNV gana tiempo para intentar defenderse de su particular pugna con Arnaldo Otegi. Al PSOE le beneficia por ahora, porque mantiene el escenario de dos aliados. A UPN, partido que gobernará no le dará más poder real, porque no podrá sacar nada con mayoría simple en un Pleno en el que de facto mandará la alianza entre separatistas, socialistas y proetarras, pero de forma opaca y fuera de los focos del 23-J. Y a la población navarra la troceará. Porque todo lo que se ha pactado y pactará con Bildu y PNV lo será para catalizar el separatismo.

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