Carles Puigdemont, expresidente de la Generalidad prófugo, ha declarado por videoconferencia en el juicio al exconsejero de Interior Miquel Buch y el sargento de los Mossos d'Esquadra Lluís Escolà en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Es la primera vez que Puigdemont declara en una vista relacionada con el proceso independentista y lo ha hecho a petición de la defensa del mosso, que ejercen Gonzalo Boye e Isabel Esbal.
Puigdemont ha tratado de exculpar al agente que le ayudó en su huida de España y le dio cobertura en Bélgica. Según la versión del expresidente, Escolà es un "patriota" y un "amigo" que "si está en este juicio es porque ha prestado un servicio muy grande al país, no por otra cosa". Sin embargo, tal servicio no fue, según el prófugo, actuar como su guardaespaldas a pesar de que Escolà es un reputado policía en esa especialidad.
La tesis de Puigdemont es que la Generalidad no le proporcionó escolta en Bélgica y en sus desplazamientos por Europa a pesar de que le corresponde en calidad de expresidente según una ley autonómica de 2003. También ha dicho que las autoridades españoles incumplieron la ley al negarle protección y que nunca ha tenido escoltas en Europa porque los mossos que le han acompañado lo han hecho a título personal, en su tiempo libre y sin los elementos propios de un escolta: chaleco antibalas, arma de fuego reglamentaria y porra extensible.
Puigdemont se ha deshecho en elogios a Escolà, de quien ha dicho que "lo he visto sacrificar su vida privada para acompañarme en momentos en los que las autoridades españolas incumplían la ley al negarse a garantizar mi protección". También ha dicho que Escolà estaba cualificado para ejercer como asesor del consejero de Interior.
Declaración accidentada
En cuanto a su fuga de España, Puigdemont ha asegurado que difícilmente le pudo ayudar a escapar Escolà porque en el momento en el que se fue a Bélgica no había ninguna orden de detención contra él.
La declaración telemática de Puigdemont ha sido un tanto accidentada por problemas de sonido y por la falta de traductor que exigían las funcionarias belgas que asistían a la declaración del prófugo desde una sede judicial de ese país. Tras una interrupción de un par de horas hasta dar con un traductor, la declaración se ha llevado a cabo sin más sobresaltos.
La Fiscalía pide seis años de cárcel y 27 de inhabilitación para el exconsejero de Interior Miquel Buch (a quien Puigdemont también ha definido como un "amigo) y cuatro y medio de cárcel y 23 de inhabilitación para Escolà por haber proporcionado supuestamente escolta a Puigdemont por orden de la Generalidad. La vista se reanudará el próximo 13 de julio.