
El exconsejero de Interior de la Generalidad catalana Miquel Buch no contrató como asesor al sargento de los Mossos d'Esquadra Lluís Escolà para que hiciera de escolta de Puigdemont en Bélgica. Es más, ni siquiera sabía que Escolà viajaba con frecuencia a Waterloo para hacer compañía al expresidente de la Generalidad prófugo. Eso es lo que ha declarado Miquel Buch en el juicio que se sigue contra él por prevaricación y malversación y en el que la Fiscalía pide seis años de cárcel y 27 de inhabilitación. Al mosso Escolà la Fiscalía le pide cuatro años y medio de cárcel y 23 de inhabilitación como cooperador necesario.
Con un punto de arrogancia y su tradicional suficiencia, Buch ha asegurado que no pedía informes largos a Escolà sino notas y apuntes breves porque "no me gusta leer". También ha dicho que no sabía que Escolà publicara en las redes sociales fotos con sus visitas a Puigdemont porque tenía un equipo para gestionar sus cuentas y que prefería mantenerse alejado de Twitter por las cosas que de decían de él. Y en cuanto a los constantes viajes de Escolà a Bélgica, el exconsejero ha aducido en un tono impropio que él no es un "negrero" y que no necesitaba saber las coordenadas de Escolà, sino que estuviera a disposición de la consejería y "del país" cuando fuera necesario.
La versión de Buch se complementa con la del propio Escolà, quien alega que no podía hacer de escolta de Puigdemont porque carecía de las armas y herramientas propias de ese desempeño, tiene una lesión degenerativa en la espalda y que si visitaba a Puigdemont era a título personal, en calidad de amigo y para nada como guardaespaldas habilitado por la Generalidad para proteger al prófugo en el extranjero.
El "humor" de Buch
Así, las versiones de Buch y Escolà han apuntalado la teoría de que la Generalidad no proporcionó escolta a Puigdemont a pesar de que, según Buch, le correspondía en calidad de expresidente autonómico. Sin embargo, Buch no destinó a ningún agente de los Mossos a Waterloo porque el Ministerio de Interior negó la protección al prófugo.
Sin embargo, a la Fiscalía no le cuadra la libertad de movimientos de Escolà, que viajara hasta 18 veces a Bruselas durante el tiempo que ejerció como asesor de Buch (entre julio de 2018 y marzo de 2019), que Buch alegue que no tenía controlados los desplazamientos de su asesor y que le daba igual que fuera a Bélgica o a "San Fermín con los amigos" (el toque de "humor" de Buch) siempre que estuviera disponible para él.

