
Alberto Núñez Feijóo ha mantenido un encuentro con su equipo en Navarra de cara al 23-J. En esa reunión ha asegurado que su deseo es evitar que "manden en Navarra los que creen que es un barrio del País Vasco". El candidato del PP a la Presidencia del Gobierno ha añadido que Bildu no puede determinar la política de Navarra y se ha comprometido a buscar fórmulas para evitar la expulsión de la Guardia Civil, pactada entre Bildu y el PSOE a cambio del respaldo de los proetarras a los Presupuestos de Pedro Sánchez.
La transferencia de las competencias de Tráfico a la Policía Foral de Navarra ya ha sido efectuada tras el pacto entre Bildu y el PSOE. Pero el PP quiere buscar la fórmula para que eso no suponga el abandono de la Benemérita de la Comunidad Foral.
Todo ello forma parte de los compromisos que ha adquirido el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno de España. Y lo ha expuesto en una charla en la que no ha dudado en calificar de "caciquismo" el trato dado por Sánchez al independentismo y sus delincuentes, en relación a la reforma del Código Penal impuesta para rebajar sus penas.
La pelea en Navarra está servida, incluso dentro de la derecha. Y es que el discurso que está esgrimiendo Alberto Catalán, cabeza de lista de UPN al Congreso de los Diputados de cara a las elecciones del próximo 23-J no está siendo benévolo con el PP. Catalán, acompañado por el presidente de la formación, Javier Esparza, ha acusado al PP estar "buscando el acuerdo con el PNV". Según UPN, "es curioso observar cómo el PP critica a UPN y alaba al PNV, un partido que a lo largo de estos años ha sido sostén del sanchismo".
Hay que recordar que UPN rompió con sus dos diputados en el Congreso nacional, Carlos García Adanero y Sergio Sayas, en plena negociación de la reforma laboral entre la formación navarra y el PSOE tras exigir, precisamente, a los dos diputados mencionados que permitieran la aprobación de la reforma en cuestión. Es más, ambos diputados intentaron convencer a la dirección de UPN de la necesidad de rechazar la reforma laboral, en primer lugar, por su falta de adaptación a las necesidades laborales de España, pero, en segundo lugar, porque suponía un balón de oxigeno para el mismo Pedro Sánchez que negociaba con Bildu la toma de poder en Navarra

