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La prensa de un vistazo

"Pedro está exhausto, es un ser humano al borde del colapso con un miedo atroz"

Fin de la campaña. Y todos coinciden en que es el fin del sanchismo.

Fin de la campaña. Y todos coinciden en que es el fin del sanchismo.
Pedro Sánchez en el mitin de Lugo. | EFE

El Mundo

Entrevista con Feijóo, que dice que quiere recuperar la concordia entre los españoles, después que Sánchez nos haya devuelto a la guerra civil. Va a ser difícil, el monstruo de la Moncloa lo ha puesto muy difícil y no va a parar aunque pierda las elecciones.

Por lo demás, está todo el mundo muy animado. "Ferraz mantiene la fe: ‘Subimos fuerte, el Gobierno se va a decidir por 7-8 diputados’". "Optimismo en Sumar tras el último debate: ‘Hemos activado un estado de ánimo’". "Vox llena sus feudos para lanzarse en la recta final de la campaña". ¿Recta final? Si hoy es el último día de tortura electoral. "Abascal: ‘Apostar por Feijóo es jugar a la ruleta rusa’". "Feijóo marca distancias con Abascal tras el debate: ‘No tengo interés en ponerme de acuerdo con Vox’". ¿Y estos saben que van a tener que llegar a un acuerdo sí o sí?

Federico Jiménez Losantos, al que Vox tiene vetado, defiende a Vox. "Aunque el de Amurrio ande flojísimo, si no existiera Vox, ¿quién defendería ardorosamente la igualdad de los españoles ante la ley? ¿Quién atacaría la destrucción del campo y el paisaje, la persecución escolar del español o el blanqueo del terrorismo y el comunismo por la izquierda y los medios? Abascal puede hacerlo mucho mejor —por ejemplo, preparando los debates—, pero demostró que Vox sigue siendo un valor insustituible en la derecha española".

Raúl del Pozo advierte de que "el 23-J nos jugamos el resto y las cejas como dicen los burlangas". "El 23 de julio nos jugamos algo más que dos líderes, uno socialdemócrata moderado y el otro socialdemócrata y nacionalista. Apostamos no solo por el retroceso o no de derechos, las pensiones, los salarios mínimos, las reformas laborales y la libertad de las mujeres y de hombres, sino por qué país vamos a vivir. O por la continuidad de España como nación o la nación de naciones de la España plurinacional".

"A pesar del CIS, parece que el Gobierno de Pedro Sánchez se despeñará el domingo y la causa será la política de entrega y apaciguamiento con el independentismo, las falaces trampas para decretar los trucos de la malversación y la sedición que, quizás, no se le perdonen nunca. Si gana Feijóo, probablemente gobernará con Vox. Felipe González pide que se deje gobernar a la lista más votada. Sánchez, si logra más de 100 escaños, puede bloquear esa solución". Es la última carta de Sánchez. O la vuelta de Sánchez. No es no, no es no, no es no. Si se repiten las elecciones lo más probable es que gane la abstención".

El País

El periódico sanchista no se baja de su estrategia desquiciada. "El éxito en la gestión del voto por correo desmonta la teoría de la conspiración que aireó el PP". La verdad, algo totalmente desconocido por este folletín que dirige un amigo de Sánchez, es que lo que ha impedido el desastre ha sido la denuncia de los sindicatos de Correos de la que se hizo eco Feijóo. Por eso, Correos reaccionó, contrató carteros y decidió abrir los fines de semana. Sin la denuncia de los sindicatos y la entrega de los carteros, millones de personas se habrían quedado sin poder votar. Estos son los hechos y además son demostrables, pero qué le importa la verdad a los siervos de Sánchez.

"Toda la artillería en la recta final: del fantasma del referéndum a la sombra que siempre vuelve, Marcial Dorado", dice Natalia Junquera. La foto de hace 30 años con un narco que entonces no era narco. Todos tenemos alguna foto con algún amigo de la juventud que se descarrió, qué se le va a hacer, así es la vida. Lo que no todos tenemos es una foto con un terrorista como tiene Sánchez. El pacto con Otegi, el jefe del partido de referencia de los que pegaban tiros en la nuca a sus compañeros socialistas, asesinos a los que metió en listas electorales hace apenas dos meses, no 30 años.


"Feijóo rechaza una entrevista con EL PAÍS en campaña electoral". Ya tuvo un cara a cara con Sánchez, que viene a ser lo mismo. El editorial se queja de que les ha vetado Vox. Qué raro, últimamente Vox solo concede entrevistas a los medios sanchistas. Vox suspendió una entrevista con ABC, tiene vetado a Federico Jiménez Losantos, Sánchez ha vetado durante cinco años a los medios críticos e incluso ha prohibido a ABC cubrir sus viajes. Sánchez ha puesto de moda los vetos.

ABC

"Sánchez cierra la campaña sin pisar la mitad sur de España". José F. Peláez se compadece de Sánchez. "Pedro no puede más y yo lo comprendo. Frente a lo que se pueda pensar, una campaña es algo muy duro que supone un gran desgaste físico y mental y donde el estrés y el cansancio tarde o temprano acaban por aparecer". Peláez, que las elecciones generales después otras elecciónes las convocó él en un ataque de rabia.

Peláez va en la caravana del presidente y padece síndrome de Estocolmo. "Por muy presidente del gobierno que uno sea, por encima de todo, es un ser humano. Posiblemente un ser humano al borde del colapso", y "del cansancio extremo surge, como una brizna de hierba negra, el miedo atroz. Y lo peor: ni siquiera puede pensar en descansar ni tiene el horizonte del fin de semana para decir que lo peor ha pasado". Peláez, que me va a hacer llorar. ¿Así que Sánchez es humano? Pues no lo ha demostrado en estos cinco años.

"Tenemos un hombre exhausto, estresado, que por el día finge que va a ganar y por la noche prepara la derrota y diseña el plan para controlar un partido que tiene ya entre los dientes el puñal y, en la cara, los colores de guerra".


Al final de la columna, Peláez se recobra. "Le miro las ojeras mientras se ríen del cansancio ajeno y de las lumbalgias de los demás y pienso que no tiene remedio, que será así hasta el final y que no es capaz de mostrar empatía ni siquiera consigo mismo". Ya, ya, pero ha suspendido dos entrevistas porque no puede más. Y encima tiene el morro de reírse del cansancia ajeno. ¿Está cansado? Que pregunte a los carteros y a los periodistas. La culpa es toda suya, por su caracter iracundo e intransigente. Nadie le obligó a convocar elecciones el 23 de julio. Y el domingo por la noche, que pregunte a los que han tenido que estar en una mesa electoral 12 horas a 40 grados.

Ignacio Camacho nos cuenta lo que nos espera. "La izquierda ha orientado el tramo final de su campaña a elaborar el argumentario que sirva de base a su estrategia a partir del día 24". "El sanchismo esgrimirá la urgencia de construir trincheras de autodefensa como pretexto para sacudirse los previsibles movimientos de disidencia interna, alegando que no es conveniente cambiar de líder en medio de una guerra que requiere la mayor acumulación posible de fuerzas. Al principio habrá una etapa de desconcierto porque la digestión de una derrota lleva su tiempo; luego, si los críticos fracasan en sus primeros intentos, empezará la resistencia en tres frentes: el parlamentario, el mediático y el callejero". Puf, Ignacio, no nos desanimes más.

La Razón

"Juan Bravo (PP): "Hay margen para rebajar la presión fiscal y tener más actividad"". Marhuenda denuncia que RTVE "que pagamos con nuestros impuestos está controlado con mano férrea por la izquierda periodística, así como por las redes familiares y clientelares". "Es muy simple: la izquierda es buena y derecha es mala". Y no tiene remedio. "El moderador estaba encantado de haberse conocido y no paraba de repetir que Feijóo no había acudido".

"Lo de Yolanda y Pedro mostrando su buen rollito para confirmar que nos ofrecen un moderno Frente Popular con el antiguo aparato político y militar de ETA y los independentistas, fue fascinante. Pedro Díaz lleva una pesada cruz, pero tiene a Yolanda Sánchez como su cirenea, que mostró su cara más dura e implacable contra Abascal, cuyo rostro parecía un busto sumerio. Hay que tener paciencia para aguantar las burdas mentiras y engaños del sumo sacerdote del sanchismo y su vestal. Hemos pasado de la socialdemocracia al Frente Popular. Eso sí es volver al pasado. Es decir, a 1936". Ya estamos en 1936, esta campaña ha sido un auténtico combate, unos contra otros, periodistas incluidos. A esto nos ha llevado el sanchismo, y va a ser muy difícil volver a reconciliarnos, porque la izquierda sólo admite que gobiernen ellos. Ha terminado una campaña terrible y agotadora, pero la guerra solo acaba de empezar.

En España

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