
El Mundo
"Feijóo gana las elecciones pero Puigdemont puede hacer presidente a Pedro Sánchez". Se trataba de echar a Sánchez y no se ha conseguido. Fracaso total, tendremos sanchismo para rato.
Dice el editorial que "las elecciones generales de anoche arrojaron uno de los peores escenarios imaginables. El país queda en manos de la inestabilidad y de la incertidumbre, cuando no directamente de sus enemigos. Corresponde ahora a los dos grandes partidos conducirse con responsabilidad para no llevar la polarización hasta límites insostenible". El problema es que no se puede contar con el PSOE. Sánchez vive de la polarización.
"Lo natural, en circunstancias como estas, sería reclamar un entendimiento en el espacio de la centralidad. La radical novedad que representa Sánchez en nuestra vida política es que descontamos que eso no va a suceder porque es capaz de superar cualquier escrúpulo. Los resultados dibujan una sociedad dividida entre dos bloques antagónicos, y auguran una gobernabilidad difícil y una posible repetición electoral". ¿Para qué? Mientras el PSOE esté en manos de Sánchez y el voto de la derecha dividido la situación no va a cambiar.
"Se constata que la emoción de rechazo hacia Vox ha surtido un efecto perjudicial evidente respecto al amplio triunfo que el PP cosechó el 28-M, y que en muchos españoles esa aversión ha pesado más que el rechazo a los pactos con los nacionalismos". Digamos que Vox se ha empleado a fondo para alimentar ese rechazo por mucho que Abascal eche la culpa al PP, a la prensa y al Sursum Corda.
"El temor a Vox se reveló ayer como un importante problema para las opciones de alternancia del centroderecha. Mientras Yolanda Díaz suavizaba su perfil desde el bloque de la izquierda, extirpado el radicalismo de Podemos, Santiago Abascal ha promocionado a figuras duras y augurado una situación más tensa en Cataluña". Sí, una genialidad para captar votos en una región indispensable para gobernar España. Con Vox ahí, la derecha no gobernará nunca.
"Sería deseable que, en los asuntos fundamentales que vertebran al país, Feijóo intentara dar a una salida a Sánchez. La gobernabilidad no debería depender del precio que exijan el líder del mayor golpe a la convivencia de la España reciente y el partido que aún reivindica a quienes mataron en nombre de la independencia". Manso, Sánchez no quiere nada de Feijóo.
Federico Jiménez Losantos dice que "hemos pasado de depender del pistolero Otegui a depender del prófugo de la Justicia en Waterloo Carles Puigdemont, del terrorismo al golpismo como base estructural de la una mayoría de Gobierno en España". "La democracia es un régimen que permite echar a un Gobierno sin recurrir a la guerra civil. Nada más y nada menos. Pero muchos no la han aprovechado para echar a Sánchez. Con él, España será ingobernable, y, si gobierna, será imposible. Ojalá su soberbia nos lleve a votar y rectificar. La esperanza se ha bloqueado, pero no ha muerto. España no puede morir". Federico no se rinde nunca.
Jorge Bustos también está dispuesto a resistir. "Ustedes me han leído denunciar la impostura estructural y el cainismo vocacional del personaje durante los últimos cinco años, así que no tiene sentido ocultarles mi insatisfacción". No eres el único, si eso te consuela. "¿Cómo explicar que Sánchez, en una nueva exacerbación de sanchismo, podría ahora retener el poder?". Una de las claves es Cataluña, que ha votado a Pedro Sánchez masivamente. "La otra clave electoral es el miedo a Vox, que volvió a operar como elemento de movilización afectiva de la izquierda en la recta final. Quede a la consideración de los líderes de ese partido hasta qué punto su selección de personal y su retórica de campaña compromete la posibilidad misma de la alternancia al sanchismo". ¿La consideración de sus líderes? Que la prensa es mala y el PP malo. Hasta ahí llega el pensamiento de Abascal.
"Pedro Sánchez Pérez-Castejón, adversario temible, impagable proveedor de columnas, renueva su leyenda de resistente y con ella nos obliga a estirar el repertorio. Si Feijóo no arma una mayoría alternativa con Vox y el PNV -cosa harto improbable, pero tiene el deber patriótico de intentarlo por todos los medios-, el presidente tratará de convencer al Rey Felipe de que le encomiende la resurrección de un Frankenstein más tenebroso que nunca, con sede en Waterloo. Y no por las condiciones draconianas (empezando por el referéndum) que pongan ERC y Bildu, sino porque el propio Sánchez se sentirá ahora más legitimado que nunca para superar cualquier escrúpulo y rendir toda resistencia. Menos la de este humilde plumilla, claro". No estarás solo.
Y Francisco Pascual da por hecho que gobernará Sánchez. "Frankenstein sumará costuras. Costuras indepes, en concreto. De momento, dan menos miedo que las fauces de Vox". Eso ha quedado más claro que el agua.
El País
"La resistencia del PSOE y Sumar frustra la mayoría del PP y Vox y deja abiertas todas las posibilidades". En el periódico sanchista están de fiesta, como es normal. No hemos derogado el sanchismo, ni mucho menos. Así que se ríen a mandíbula batiente. "No había tsunami de derechas", dice el editorial. "La buena noticia para la democracia es el fuerte retroceso de la ultraderecha: pierde hasta 19 diputados, que regresan presumiblemente al PP. Cualquier posible investidura nacerá, por tanto, de acuerdos parlamentarios múltiples dado que ninguno de los dos bloques obtiene por sí solo la mayoría absoluta". Un país ingobernable.
"El PP ha visto frustradas sus altas expectativas de conquistar una mayoría abrumadora que evidenciase la urgencia de un cambio de Gobierno". Cierto. "También numerosas encuestas sobrestimaron hasta el último minuto los resultados del PP, que ha sufrido una amarga victoria similar a la vivida en las elecciones de Castilla y León de 2022. La encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER situaba a PP y Vox cerca de la mayoría absoluta, pero sin obtenerla, como así ha sucedido". A ver si aprendemos a no creernos las encuestas. Y de paso a ver si los medios de comunicación dejan de freírnos a encuestas que no sirven para nada.
"La extraordinaria resistencia de los socialistas y de su líder Pedro Sánchez ha vuelto a quedar patente". "Finalmente, los ciudadanos sí han reconocido, con una victoria abultada del PSC, la estrategia de apaciguamiento en una Cataluña que llevaba demasiados años en tensión, mientras el PSE ha sido también primera fuerza en el País Vasco". Nos va a gobernar Cataluña.
"El escenario que dejan los resultados es enrevesado para la investidura y la formación de Gobierno. Ninguno de los dos bloques reúne los votos suficientes para armar una mayoría absoluta". Sánchez conseguirá convencer a Puigdemont. Tras disfrutar burlándose de Feijóo y su petición al PSOE de que le deje gobernar, Pepa Bueno se centra en lo que tenemos por delante. "Las difíciles paradojas de este resultado señalan que los siete diputados de la formación de Carles Puigdemont, Junts, pueden tener la clave de una nueva investidura de Pedro Sánchez y la reedición del Gobierno progresista". Frankenstein aumentado.
"La abstención de Junts podría garantizar una mayoría simple en segunda vuelta, pero la situación de rebeldía ante la justicia española de Puigdemont y su misma estrategia frentista podría conducir a un bloqueo que forzase una repetición electoral". Puede, pero si Sánchez les da el referéndum no se arriesgarán a perder la baza de tener la sartén por el mango.
Máriam Martínez Bascuñán dice que "España vuelve a mostrar su complejidad, pero también la exigencia de pactos y los españoles dejan claro que no quieren un Gobierno de la ultraderecha". Que prefieren la ultraizquierda y el nacionalismo y hasta la ETA. "El PP ha ganado, no es una victoria amarga como la de 1996, sino inútil porque la formación azul no parece capaz de gobernar". Una situación preocupante.
Anabel Díez dice que "el personalismo con el que la derecha enfocó la campaña, con su clamor de derogar el sanchismo y atacar a Pedro Sánchez, al atribuirle mala fe, mala voluntad e intereses espurios, ajenos al bien común, se antojan como un error estratégico". No. El problema ha sido Vox. Que a Sánchez no le quiere nadie lo sabe hasta él. Pero lo de Vox es un problemón. "Que viene la ultraderecha, remacharon. Se instauró desde fuera, aunque también en sectores minoritarios socialistas, la convención de que ese espantajo era inservible pero aun así lo agitaron". Con la inestimable ayuda de Abascal.
"La concentración de voto de la derecha, el centroderecha e incluso el trasvase de votos del PSOE al PP avala la consideración de que el PP es hoy la fuerza hegemónica. Esa realidad, sin embargo, no oculta que Vox está muy presente y los populares no pueden soslayar, por mucho que se han empeñado, que sin en el partido de la ultraderecha su crecimiento con relación a 2019 no se traduce en conseguir el poder. Pero solo les tienen a ellos". Vamos, que el PP solo puede gobernar con mayoría absoluta, y para que eso pueda producirse tiene que desaparecer Vox. O ni así.
ABC
"Puigdemont o bloqueo". "Sánchez se legitima ante el PSOE y asegura que seguirá gobernando". "Feijóo apelará al PSOE tras un resultado con sabor a rotunda derrota". Pues lo que es. "En la noche de ayer, y en contra de gran parte de los pronósticos y de la inercia previsible tras las elecciones de mayo, el resultado ha frustrado la expectativa del bloque conservador haciendo improbable la composición de una alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez". Y punto pelota. Sánchez está más cerca de repetir que Feijóo.
"El Partido Popular no ha sido capaz de capitalizar los excesos cometidos durante los años de gobierno socialista". "La estrategia urdida por el presidente Sánchez de convocar elecciones inmediatamente después de las autonómicas y municipales ha surtido efecto". Desde luego, será lo que sea, pero hay que admitir que gana siempre. Y los pactos del PP con Vox "han podido ser determinantes para la movilización del voto de la izquierda". Si es que el Buxadé ese da mucho miedo.
"Frente al perfil de Sánchez, que sale reforzado y robustecido, cabe hacerse muchas preguntas por el modo en el que los populares han afrontado esta campaña. A pesar de la victoria en el cara a cara entre el presidente del Gobierno y Núñez Feijóo, es obvio que la estrategia obsesivamente centrada en el antisanchismo no ha sido suficiente". El problema no es el antisanchismo, es Vox.
"La falta de desgaste del PSOE tras años realizando concesiones a formaciones políticas contrarias a la Constitución y la unidad nacional nos permite imaginar que Pedro Sánchez no tendrá problemas a la hora de reeditar su Gobierno a cualquier coste". Y quién no haría lo mismo. "Feijóo está obligado a cumplir con el mandato de las urnas e intentar gobernar". Pues bueno, ya sabemos lo que va a pasar, por intentarlo que no quede.
Julián Quirós, director del periódico, admite que "nos equivocamos, también en ABC". Sí, y mucha culpa la tienen las dichosas encuestas. "Si alguien ganó anoche fue Pedro Sánchez; no gustará, pero a los demás nos ha faltado persuasión y acierto. España está partida".
Ignacio Camacho admite también que "no hay excusas, ni políticas ni sociológicas, para este clamoroso gatillazo que deja al Partido Popular, a Vox y a los segmentos sociales que los respaldan con el sabor amargo de un penalti fallado". Más bien a que estamos abocados a un sanchismo perpetuo. "El principal riesgo es que la decepción desemboque en sacudidas de espasmos histéricos y en la tentación de sus bases de echarse en manos del extremismo como ha ocurrido en otros países europeos". O de caer en la depresión y no votar.
Sánchez "suma a los resortes que ya tenía en sus manos una oposición desarticulada, hundida en el desánimo, afectada por una potente sensación de descalabro y caos. Su proyecto frentista nunca ha tenido un campo tan despejado. El antisanchismo, quemado en su propia pólvora, vive un verdadero naufragio". En cuanto a la repetición electoral, "es poco halagüeña. En seis meses en funciones, el sanchismo afrontaría con excelentes perspectivas la segunda vuelta". Ganaría por goleada.
La Razón
"Feijóo gana, Sánchez bloquea". Más que un titular, es una pataleta. Marhuenda está como sus editorialistas, en el limbo. "El ganador de las elecciones fue Feijóo". Vale, Marhu, vale.
"El Partido Popular, con Alberto Núñez Feijóo como candidato a la presidencia del Gobierno, ha ganado las elecciones generales celebradas ayer y la formación que representa al centro derecha español vuelve a ser la primera fuerza política en el Parlamento, con más de una docena de escaños de ventaja sobre el Partido Socialista. Como es habitual en democracia, Núñez Feijóo está en su derecho a la hora de reclamar a la Cámara que respete el resultado de las urnas y permita que gobierne el candidato más votado, puesto que nunca en la historia democrática de España se ha investido como presidente a quien ha perdido las elecciones". En fin, habrá que esperar unos días a que en La Razón asuman el desastre y pisen tierra.
"Parece claro que una mayoría de los ciudadanos catalanes y vascos no quieren modelos rupturistas, con lo que sería un contrasentido que Pedro Sánchez desoyera a sus votantes y formara gobierno con los derrotados en las urnas", continúa delirando. ¿Pero qué os habéis fumado?
"Cabe reflexionar sobre el papel que ha jugado el otro gran protagonista de las elecciones, el partido de Santiago Abascal, en unos resultados frustrantes para el centro derecha, pese a la victoria popular. Porque no es posible obviar que si la «alerta antifascista» ha funcionado entre algunos sectores de la izquierda, consiguiendo movilizar un voto que los sondeos colocaban en la abstención, ha sido por el empeño de los dirigentes de Vox de forzar, desde su minoría, la entrada en varios de los gobierno autonómicos recién conformados, abonando la propaganda del miedo a una involución democrática que, con toda seguridad, sólo era cierta en el imaginario progresista. Tal vez, la formación derechista forzó el discurso y planteó exigencias que no se correspondían con su fuerza política real. Ayer, las urnas dictaminaron un serio castigo a los de Abascal". Menos de lo que se merecía.
Antonio Martín Beaumont es más realista. Que sí, que ganó Feijóo, pero "los resultados cayeron como una losa sobre la familia popular. Sin paliativos. Todos esperaban más". Esperaban derogar el sanchismo. Y eso no ha ocurrido, al contrario, ha salido reforzado. "La mayoría de españoles han estado más en derrocar el sanchismo, pero también es cierto que Sánchez ha aguantado el tipo y ha sido capaz de movilizar un voto de la izquierda «en defensa propia».
"El líder del Partido Popular lo intentará, a sabiendas de que Sánchez preferirá morir matando, y sin ignorar lo que el líder socialista opina de él y cómo fue a por todas en su contra hasta caer en la basura. Frentismo y polarización son sinónimos de sanchismo. Una cosa, además, está clara: las diferencias entre ambos son insalvables". "Se abren tiempos muy complejos de negociaciones y donde cada político deberá retratarse". Por favor, no empecemos como con las encuestas. No hay que infundir falsas expectativas entre los españoles. Sánchez se retrató hace cinco años. Sánchez gobernará y dará a Junts lo que le pida. Y si se repiten elecciones, ganará. Al menos mientras estén por ahí los Buxadés de turno diciendo barbaridades y Abascal más perdido que el barco del arroz.






