
El Mundo
"Junts aspira a "desbordar" y "doblegar" al Estado en su negociación con Sánchez para hacerle presidente". "Los 'populares' no descartan la repetición electoral, pero quieren estar listos para una legislatura. Mientras, Feijóo insiste en concitar apoyos para una investidura casi imposible". ¿Repetición electoral? ¿Y al PP qué más le da? Con el noesnoismo de Sánchez y la ley electoral siempre gobernará quienes decidan los nacionalistas vascos y catalanes, que es Sánchez.
Federico Jiménez Losantos clama contra los "barones" del PP que "lamentan haber dado «pábulo» a Vox, como si la izquierda, con el PSOE a la cabeza, no hubiera encontrado siempre excusas para deslegitimar a la derecha".
"La plebe que aclamaba a Sánchez en Ferraz tras la victoria electoral de Feijóo y gritaba el «No pasarán» de los comunistas es la misma que coreaba «¡Con Rivera, no!», con el xenófobo Torra aullando en la acera. Al de Ciudadanos le llamaban Primo de Rivera, el PNV negó cualquier apoyo al PP si pactaba con él, y no era Vox. Ni Cs ni Vox existían cuando el Pacto del Tinell, con socialistas, comunistas y separatistas excluyendo al PP de las fuerzas democráticas". Lo pueden hacer porque los separatistas siempre deciden quién gobierna en España. Da igual que gane el PP, ellos siempre harán que gobierne el PSOE, las elecciones en estas condiciones no tienen ningún sentido. Una pérdida de tiempo y de dinero.
"La izquierda y el separatismo repiten el mismo discurso de odio contra cualquier derecha que les pueda echar del poder". Y tiene eco en todas las televisione. "Este «¡No pasarán!», antes «¡Con Rivera no!» y antes dóberman nazi, suena a Largo Caballero, «el Lenin español», el del golpe de Estado contra la República en 1934, el que robó las elecciones de 1936 y el que, pese a Besteiro, condujo a la izquierda a la guerra civil contra media España. Ahora es contra España, sin más". Y tienen la sartén por el mango por la ley electoral.
Emilia Landaluce rebate las acusaciones de Vox. "Era algo evidente que el "que viene la ultraderecha" hizo que la izquierda acudiera a votar porque tuvo miedo de que Vox entrara en el Gobierno. Se notaba en las conversaciones y no era que los medios demonizáramos el voto a Abascal". Efectivamente.
"Los que nos movemos por todos lados y no vivimos en el filtro burbuja de lo que pensamos sabíamos que de nada servía que se matizaran las posiciones de Vox para quitarles hierro". Y Vox tampoco ha ayudado nada. "Cada vez que alguien se atrevía a rebatir argumentos, salía Vox con alguna sobreactuación a desmentir". Efectivamente, Emilia.
"Y en eso no han (hemos) tenido los medios de comunicación culpa alguna. Un partido que como Vox reniega de los medios y se jacta de dominar los lenguajes que rigen la conversación social (las redes, el WhatsApp, los vídeos de YouTube) debería saber que ahora las partes se toman por el todo y que un símbolo (o los emojis que se utilizan) tiene lecturas bidireccionales. Y si el mensaje no llega claro (o tiene lecturas alternativas) no es efectivo. Es por lo tanto absurdo tratar de culpar a los medios de una demonización que empieza en los propios ciudadanos (los usuarios) que reciben el mensaje". Abascal, cada día más antipático y agresivo, sólo busca excusas para eludir su responsabilidad.
"Dicen los encuestadores que pensaron que la movilización de la izquierda se estaba sobreestimando y el "que viene el lobo" ya era un cuento. Sería que no llamaban a las personas adecuadas. Algunos lo teníamos bastante claro". Otros que tal balilan, los encuestadores. Ahora, eso sí, se han forrado.
Raúl del Pozo dice que Sánchez "no quiere elecciones porque no las suele ganar. Espera el fracaso de la investidura de Feijóo para volver con la banda Frankenstein", que es su única posibilidad de gobernar. "El problema no es que sea difícil formar un Gobierno, sino que nos acerquemos a un Estado fallido, a un colapso institucional. El verdadero problema con Pedro Sánchez es que cada vez es más difícil controlarle para impedir que los separatistas consigan que todo salte por los aires". Porque mandan los separatistas, Sánchez no sería nada sin ellos.
El País
"Feijóo aparca el antisanchismo y apela ahora por un pacto con el PSOE como única vía para su investidura". Feijóo debería irse de vacaciones. El PSOE de Sánchez nunca pactará nada con él y es ridículo que se lo pida. Sólo sirve para que los medios sanchistas le humillen. Como dice Elsa García de Blas, él tiene sus "socios para poder gobernar". Los de siempre, vaya.
Javier García Fernández nos da una clase magistral de cómo se forma gobierno en España. "No gana las elecciones el que obtiene más escaños sino quien logra formar Gobierno". ¡No me diga, señor García! Nunca nos habíamos dado cuenta. Cómo se nota que es usted catedrático de Derecho Constitucional.
"Forzar el apoyo del primer partido de la oposición no da buenos resultados a medio plazo". Ya hemos pasado por ahí y terminó con una moción de censura que ganó Sánchez de la mano de la ultraizquierda y los independentistas, el perejil de todas las salsas de Sánchez. "Por eso, propugnar, como hace el Partido Popular, que gobierne el partido que más escaños tiene en el Congreso con mayoría insuficiente es pan para hoy y hambre para mañana". ¿Quiere Feijóo que le hagan lo mismo que a Rajoy? No hay alternativa ni solución alguna. Con el sanchismo gobernarán siempre los nacionalistas.
Soledad Gallego miente con auténtica soltura. "El mayor problema del PP ha sido convertir cuatro años de oposición política en una batalla sin cuartel en todas direcciones que a la postre lo ha dejado en manos de Vox y le ha amputado cualquier posibilidad de negociar con cualquier otro socio". Le remito a Federico Jiménez Losantos, señora Gallego, para que revise su memoria. Al PP, la izquierda siempre le ha puesto cordones sanitarios. Vox solo es el último.
ABC
"Feijóo urge resolver los pactos con Vox en las autonomías". Dice el editorial que "uno de los debates previos y posteriores al 23J pasa por la relación irresuelta entre PP y Vox". "Concurriendo bajo dos siglas, el voto de derechas en España hace muy difícil la posibilidad de acceder al Gobierno". Seamos realistas, no tiene ninguna.
"Un problema acrecentado con la campaña para estigmatizar a Vox como partido ultraderechista, a lo que ha contribuido el tono y las torpezas de los de Abascal". "El partido de Abascal está falto de una serena reflexión, la que ha esquivado con ataques desaforados a otros partidos y a la prensa, recurriendo a una victimización habitual del populismo. Abascal ha participado voluntaria o involuntariamente del estereotipo que sus adversarios le construyen y que en definitiva reduce la confianza de la mayoría social hacia la alternativa política al sanchismo". Últimamente da miedo escucharle. "Excesos gestuales, las formas, el tono, el anecdotario antimoderno y la antipatía agresiva ante todo lo que le resulta externo. Por no hablar del talante autoritario en su relación con los medios de comunicación que lo aleja de la ortodoxia democrática". Está perpetuamente cabreado. Y encima con esa vigorexia parece que te va a arrear una bofetada por televisión.
"Vox también es un problema para el PP, para qué negarlo". Vox es el problema del PP. "El desafío del Partido Popular pasa por recuperar al votante de Vox". Eso es imposible, puede que Vox fuera una escisión del PP al principio, ahora tiene sus propios votantes. Los del PP ya han vuelto.
Dice García Reyes que "la culpa" de que mande Puigdemont "no es de la ley D'Hont, que podrá gustarnos más o menos pero ya sabíamos como era antes de que fuésemos a votar. La culpa es de quien después de perder salió a celebrar el resultado porque le salen las cuentas con los antisistema". Ah, vaya ¿es que no sabíamos cómo funciona Sánchez?
"El sistema lo permite, otra cosa es la moral. Estas elecciones nos han demostrado que de lo que carece Pedro Sánchez es de principios, no de inteligencia". Parece que García Reyes se ha caído del guindo. Bienvenido a Tierra, pero, menos García Reyes, el resto ya sabíamos que Sánchez no tendrá escrúpulos, pero de tonto no tiene un pelo.
Teodoro León Gross lo tiene claro. "El PP no sabe qué hacer con Vox y ese es su principal lastre". "Si lo asumes como aliado potencial, no puedes ser tú quien estigmatice a tu aliado. ¡Qué cosas! Tienes que aceptarlo como mínimo con la determinación de ellos con Podemos, Esquerra o Bildu". A Sánchez no se le ha movido un músculo de la cara para decir que va a pactar con Puigemont. Sabe que no le pasará factura. La sociedad española ya ha pasado página del golpe en Cataluña, y mucha parte de ella, la mayoría, considera que tendría que haber un referéndum. Para la gente el problema es Vox, y "Vox ayuda poco, y tanto menos bajo la línea dura de Buxadé"." En una España donde felizmente están Cataluña y Euskadi, el PP no puede aspirar a la estrategia de Juanma Moreno. Es irreal". Sí, felizmente. Para tocar las narices y gobernarnos a todos.
La Razón
"Feijóo irá a la investidura para defender su programa". "La presión con el lema de que el PP es la lista más votada la seguirán ejerciendo los populares sin descanso, y la investidura, aunque esté anunciada su derrota, la utilizarán para desgranar su programa electoral y preguntar a los socialistas si todos ellos están de acuerdo en «dar la independencia a Cataluña»". Después de lo de Extremadura yo dejaría a un lado lo de la lista más votada.
"El PSOE parece que se ha conjurado con sus socios para levantar un veto al diálogo con el partido que ganó en votos y en escaños las elecciones del 23J, con la excusa de que en la ecuación serían también necesarios los votos de Vox. Es una opción estratégica, que no sorprende en el PP, aunque sí haya molestado el portazo sonoro del PNV incluso a la opción de dialogar". Parece mentira que a estas alturas no sepan cómo las gasta el PNV.
Dice el editorial que "lo que puede parecer un gesto meramente testimonial, dado que, a día de hoy, carece de los apoyos parlamentarios suficientes, tiene, a nuestro juicio, una segunda lectura política, más allá de la visualización de que él ha sido el claro ganador de las elecciones, porque obligará al presidente de Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a explicar en la Cámara qué razones de interés nacional justifican que no se respete el veredicto de las urnas". Pues mira, que el veredicto de las urnas ha sido que, mientras existan Vox y los independentistas tendremos Frankenstein por los siglos de los siglos.
"Ni los ciudadanos han votado esa supuesta «gran coalición», de la que desconocían su existencia, ni el PSOE había admitido su disposición negociar las exigencias anticonstitucionales de las formaciones nacionalistas. Por supuesto, de nada de esto habló el PSOE durante la campaña electoral ni los electores pudieron adivinar que se avecinaba una combinación de perdedores de tan amplio espectro para evitar que gobierne la lista más votada". La Razón falta a la verdad, como dicen los políticos. En esta ocasión, Sánchez no ha engañado a nadie. Todos y cada uno de los españoles sabían lo que había, y él no lo ocultó. Lo de Puchi vino sobrevenido, pero qué más da, así son más. Y si hay que hacer un referéndum, pues se hace y punto. Y oye, si les da la independencia puede que alguna vez pueda gobernar el PP. Aunque supongo que eso ya no lo verán mis ojos. Ya lo advirtió Pablo Iglesias, otro que tampoco tiene un pelo de tonto.






