
El Mundo
"Los grandes bancos y empresas que dejaron Cataluña, sin plan de vuelta seis años después: "No está sobre la mesa"". Mejor, si quieren mantener sus clientes. "La posible concesión de la amnistía, el hipotético regreso de Carles Puigdemont y la renuncia del independentismo a abandonar la vía unilateral -evidenciada en la moción sobre el referéndum que aprobaron la pasada semana ERC y Junts en el Parlament- han reactivado el procés, originando de nuevo el clima de incertidumbre y de pesadilla legal que espanta a empresarios e inversores, que huyen de aquellos lugares donde se erosiona constantemente la seguridad jurídica", dice el editorial.
David Jiménez Torres habla de cómo ha mejorado la "convivencia y la concordia" en Cataluña, según Sánchez. " En ese preciso momento, en la Universidad Autónoma de Barcelona, la carpa de la asociación estudiantil S'Ha Acabat necesitaba protección policial por las amenazas de un centenar de radicales independentistas. En ese mismo día, la portavoz de la Generalitat declaró que la manifestación contra la amnistía convocada por Societat Civil Catalana es obra de «gente que no suma, no aporta, no quiere construir, simplemente tienen catalanofobia y critican todo aquello que sale de Cataluña». Se ve que la convivencia y la concordia a las que se refieren los socialistas pasa por el regreso forzado a las espirales de silencio que se rompieron durante el procés". Esto es lo que entiende Sánchez por concordia. Porque es lo que siente. Concordia es plegarse a lo que Su Persona diga y mande.
"Hay que preguntarse, además, por esta convivencia y esta concordia que excluyen de los contactos para la investidura al tercer partido más votado de nuestro país, mientras incluyen a formaciones con muchos menos apoyos y un historial democrático sumamente dudoso. Como hay que preguntarse por el futuro de la convivencia y la concordia si la legislatura nace de la amnistía a Puigdemont et al.; es decir, si la próxima etapa de nuestra vida política arranca con una medida polarizadora que destruirá cualquier puente entre Gobierno y oposición. Ya tuvimos un aviso en la réplica de Óscar Puente a la investidura de Feijóo: la nueva concordia será cualquier cosa menos cordial". Concordia es lo último que le interesa a Sánchez, que se ha propuesto el asesinato civil de once millones de españoles.
Esa concordia tan de izquierdas la ha sufrido el exfutobolista Alfonso Pérez en sus carnes, al que han mandado a la hoguera los inquisidores de lo políticamente correcto por tener una opinión discrepante. "La decisión del Ayuntamiento de Getafe -encabezado por la socialista Sara Hernández- y del Getafe Club de Fútbol de retirar el nombre de Alfonso Pérez al estadio del equipo madrileño por unas declaraciones a ELMUNDO es una inconcebible penalización social por parte del poder a quien se expresa de forma discrepante en el debate público", dice el editorial.
"No se trata de justificar la postura de Pérez -que encaja dentro de los límites del debate público-, sino de defender su derecho a expresarla sin ser castigado por ello". ¿Qué derechos? Algunos españoles hemos perdido nuestros derechos. Bueno, en este asunto, no solo los españoles.
Fernando Palmero le atiza una colleja a Feijóo, que ayer volvió a comprar el discurso de la izquierda contra Vox diciendo que los pactos con Vox han sido su único "pecado". "Vox existe y está ahí para quedarse. No como un agente político surgido de una nueva demanda social (como fue el nacimiento de Podemos, ajeno por completo a su hoy inseparable socio, el PSOE), sino como una escisión del PP. Y que tanto algunos de sus dirigentes como la mayor parte de los votos de Vox proceden del PP".
"Feijóo estaría gobernando hoy si hubiese dicho claramente a sus votantes que sólo es posible desalojar de la Moncloa al disolvente Gobierno de Sánchez uniendo fuerzas con Vox. Y negociando luego un programa conjunto de gobierno, excluyendo aquello que de populista tiene el partido verde. Los excesos de Abascal han sido hasta ahora retóricos. Desacreditar de entrada al único socio parlamentario que puede tener el PP es someterse dócilmente a la estrategia marcada por la izquierda". Feijóo tiene un lío en la cabeza de órdago. Como siga así no llega a estar cuatro años en la oposición.
El País
Los siervos de Sánchez lo dan todo para colar la amnistía. "El Tribunal Constitucional respalda en 22 sentencias el encaje de una amnistía", firma el ultrasanchista Xavier Vidal Folch. "La medida es parte de la negociación que el PSOE mantiene con los partidos independentistas catalanes para lograr su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez", dice cargándose el discurso de la concordia y el reencuentro del embustero presidente. Es por los votos, y ya está.
En un larguísimo e infumable artículo, con juristas sanchistas incluidos, Vidal Folch concluye que estamos igual que con la amnistía de 1977, tras la dictadura fraquista. La diferencia es que en 1976 todos los españoles votaron el cambio político de la dictadura a la democracia y que esa amnistía fue refrendada en las Cortes. Pero en algo se parecen. Si esa amnistía representó el paso de la dictadura franquista a la democracia, la de Sánchez es el salto de la democracia a la dictadura sanchista.
Daniel Gascón disiente, como siempre. A veces me pregunto si le mantienen para dar imagen de pluralidad. "La diferencia entre los indultos y la amnistía es que con los indultos el Estado perdonó a los líderes separatistas condenados por los hechos de 2017, mientras que con la amnistía es el Estado el que les pide perdón. Los secesionistas que violaron la Constitución, el Estatut, el Reglamento del Parlament, los derechos de la oposición y de sus conciudadanos habrían obrado bien. Los funcionarios, abogados, fiscales, jueces, policías y el Rey, que defendieron el orden constitucional, habrían actuado de forma injusta". Sí, eso es exactamente lo que defiende tu jefe.
Considera "maniobras de distracción" y "debates espúreos" lo que hace Vidal Folch y otros ultrasanchistas con la discusión sobre si la amnistía sería constitucional." Antes de que Pedro Sánchez lo necesitara, ninguno de los que defienden su constitucionalidad había entrado en el juego sofístico de la justificación". No, claro que no, aquí todos los debates y todas las medidas dependen de lo que Sánchez necesite. Es una dictadura, Gascón.
"La vinculación con la Ley de Amnistía del 77 equipara la dictadura con la democracia. Cuando les viene bien, los propagandistas apelan a la imagen de nuestro país. Cualquier gestión legal o reputacional será más difícil si la democracia española se desautoriza a sí misma de esta manera". ¿Qué democracia, Gascón, qué democracia? Os la habéis cargado entre Sánchez y tu periódico.
ABC
"Una consulta a la militancia sobre la investidura cobra fuerza en el PSOE". Lo que sea necesario para investir a Sánchez. Pero vaya, lo que opine la militancia del PSOE vale lo mismo que lo que opinaban los falangistas con Franco. ¿Por qué no convoca Sánchez un referéndum para que se pronuncien todos los españoles, como hizo González con la OTAN?
El editorial dice que los socios de Sánchez son muy raritos. "No podemos normalizar que formaciones políticas como EH Bildu, Junts, ERC o el BNG no hayan comparecido a la ronda de consultas iniciadas por Felipe VI". Pues ya se ha normalizado.
"La situación no mejora sustancialmente en lo que se refiere a Sumar". "Yolanda Díaz no creyó oportuno reunirse con el líder del partido más votado en las pasadas elecciones generales, pero no tuvo reparos, en cambio, en reunirse en Waterloo con Carles Puigdemont y posar, entre sonrisas, delante de los fotógrafos". Era un escupitajo de la Yoli en la cara de Feijóo y de once millones de españoles. Aunque no ofende quien quiere, sino quien puede. Y la reina de la peluquería no puede.
"El activismo de Armengol, dando por hecha la investidura al tiempo que no fija un plazo, vuelve a dar muestra de su paradigmática mala praxis. Cada acción de la nueva presidenta del Congreso pone de manifiesto su falta de pericia así como su impúdica parcialidad". Y creíamos que no se podía ser más sectaria que Batet.
Y qué decir de Puchi. "Una asociación llamada Consell de la República votará la posibilidad de bloquear la «investidura en el Estado español»". En fin, no caerá esa breva.
Luis Herrero está convencido de que los catalanes van en serio con lo del referéndum. "Al PSOE se le pusieron los pelos como escarpias. El susto no fue fingido. No esperaban ese giro argumental a estas alturas del partido". "La pregunta, una semana después, sigue siendo la misma: ¿van de farol? Yo arriesgo una respuesta: no, van en serio". Así que solo le queda una duda. "Tengo claro que los políticos catalanes no bajarán el precio, pero no estoy tan seguro de que el presidente del Gobierno se niegue a pagarlo. Él dice que no lo hará y eso es lo que más me aterra. ¿Cuándo fue la última vez que cumplió su palabra?". Pus así, a bote pronto, cuando dijo que se presentaría a las primarias del PSOE después de que le echaran a patadas. Cumplió, vaya si cumplió para desgracia de España.
La Razón
"Sánchez arrastra al PSOE a la amnistía". Bobadas, el PSOE es Sánchez. Carmen Morodo intenta vendernos el sobado cuento de los socialistas buenos. "Como en otros momentos estelares de la historia del socialismo español, al final primarán los intereses políticos de la dirección de turno sobre cualquier otra consideración. Ciertamente, como entonces, se habrán escuchado voces internas disidentes, pero que luego callan cuando llega la hora de la verdad", dice el editorial. Como en todos los partidos.
Marhuenda se divierte con las tonterías de Yoli. "La vis cómica de las relaciones entre Yolanda y Pedro es insuperable. No son una extraña pareja, sino, simplemente, unos colegas muy previsibles. Nadie se puede tomar en serio el teatrillo que han organizado. Es impensable que no le apoye". "En el Gobierno dicen irónicamente que la mejor forma para complacer a la líder de Sumar es ofrecerle protagonismo mediático". Le gusta una cámara más que a un tonto una tiza.
"Se da por descontado. Mientras el pacto con Sumar está cerrado y las carteras repartidas con absoluta marginación de Iglesias y sus acólitas, en el caso de los independentistas hay acuerdo en que habrá acuerdo". Pero ahí siguen mareando la perdiz.





