La Guardia Civil ha dado un nuevo salto tecnológico. En las últimas semanas ha recibido y en breve comenzará a operar una decena de mini drones acuáticos con el objetivo de aumentar la seguridad de los puertos y poder controlar de una manera más eficiente las embarcaciones que entran y salen de los mismos a diario, aumentando de manera exponencial su capacidad de inspección.
Fuentes del Instituto Armado han explicado que "la adquisición de estos equipos tiene como objetivo reforzar la capacidad en la prevención y la persecución del contrabando de todo tipo de productos ilícitos, en un contexto caracterizado cada vez más, por la mejora de las técnicas de ocultación que las organizaciones criminales aprovechando los distintos huecos ocultos de los que disponen las mismas, tanto por encima como por debajo de la línea de agua".
Estas unidades serán entregadas para su uso a las Unidades de Fiscal y Fronteras del Instituto Armado y operarán con ellas en los diez puertos más importantes del territorio nacional: Valencia, Barcelona, Málaga, Vigo, Algeciras, Puerto de la Luz (Las Palmas), Santa Cruz de Tenerife, Alicante, Santander y Bilbao. Aunque en este puerto todo dependerá de la entrega de competencias a la Ertzaintza pactada por PSOE y PNV para la investidura de Pedro Sánchez.
Hasta ahora, cada vez que había una necesidad de realizar estas tareas había que enviar buzos del GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas). Ahora la primera inspección la podrán realizar los agentes de Fiscal y Fronteras con estos sistemas remotamente tripulados y solo se derivará a los GEAS de la Guardia Civil cuando haya una necesidad clara de realizarlo una vez se haya hecho una primera inspección con los drones.
El modelo elegido por el Instituto Armado ha sido el dron Gladius Mini S, equipado con una cámara 4K UHD con estabilizador de imagen. Entre sus características destaca por tener un motor con sistemas anti-atascos, una capacidad de navegación de 4 nudos (2 metros por segundo), y un mando a distancia con conexión directa, que no se desconecta en ningún momento del aparato, por lo que no hay riesgo de perder el control.
También destaca por tener una batería de alta capacidad, que le concede una autonomía de hasta cuatro horas debajo del agua; y la transferencia de datos a un portátil, una tableta o un teléfono móvil se puede realizar tanto por Wifi como por cable de datos, aunque también permite el uso de una tarjeta de memoria extraíble. El Gladius Mini S tiene un tamaño muy reducido y un peso que no llega a los 3 kilogramos.
La Guardia Civil ha informado de que el costo de la operación de la operación ha sido asumido en un 80 por ciento por el Programa Antifraude de la Unión Europea y en un 20 por ciento por el propio Instituto Armado. Aunque la cifra exacta no se conoce, el precio de cada una de estas unidades en el mercado oscila en este momento entre los 1.200 euros y los 2.000 euros.