Junts per Catalunya (JxCat) ha exhibido como un trofeo la cesión de las competencias de inmigración a la Generalidad tras el acuerdo alcanzado con los socialistas a cambio de la abstención separatista en la votación de los primeros decretos del Gobierno. La maniobra y el traspaso ("delegación de competencias" según Gobierno y Govern) de inmigración han fortalecido el prestigio negociador de Junts al tiempo que ponían de relieve la inoperancia de ERC y del ejecutivo autonómico.
El partido de Puigdemont prevé que la inmigración será uno de los grandes asuntos de las próximas autonómicas, que se celebrarán si no hay anticipo en febrero del año que viene. Un grupo de alcaldes de Junts de la comarca del Maresme se han organizado para exigir la expulsión de los inmigrantes multirreincidentes. Sobrevuela la amenaza del partido separatista y ultra Aliança Catalana, que ya gobierna en la localidad de Ripoll y sólo un puñado de votos separaron a ERC y Junts en las pasadas autonómicas, con 33 diputados para los republicanos y 32 para los posconvergentes. En ese contexto, la gestión política del traspaso de inmigración es un as en la manga de Junts, aunque quien gobierne en la Generalidad sea ERC.
En el "consejo nacional" de Junts celebrado este sábado en El Morell, Tarragona, el secretario general del partido, Jordi Turull, ha sido inusualmente claro en materia de inmigración: "Cataluña debe tener una política nacional de inmigración que responda a las necesidades del país en cohesión social, bienestar, progreso y lengua".
El futuro de Cataluña
Según Turull, está en juego la pervivencia de Cataluña como "nación" y como un "único pueblo". El dirigente separatista aboga por ejercer las competencias sin complejos, aprovechando al máximo la capacidad de decisión en materia del reparto territorial de los inmigrantes, agudizando las exigencias lingüísticas y adaptando la política de extranjería a la conveniencia del proceso independentista.
Turull también ha devuelto las críticas a ERC, cuyo presidente, Oriol Junqueras, acusó a Junts de "abrazar los discursos de extrema derecha". Según Turull, lo que es una irresponsabilidad es no abordar el problema de cara y facilitar así el auge de las formaciones extremistas. "Esto de acusarnos de xenófobos es indigno. No nos vamos a acomplejar", ha advertido el secretario general de Junts.
"Guste o no, Cataluña debe tener una política nacional de inmigración", ha insistido.