
Dilawar Hussein F.C., el pakistaní de 43 años que está en prisión provisional por el asesinato de los tres hermanos de Morata de Tajuña, ha matado "a golpes" a su compañero de celda. Un búlgaro de 40 años que responde a las iniciales A. A. V., han confirmado fuentes penitenciarias a Libertad Digital. Los hechos han ocurrido alrededor de las 2.30 de la madrugada de este jueves en el módulo 12 de la prisión de Estremera (Madrid VII), donde se encuentran los internos conflictivos.
Las mismas fuentes nos indican que "varios funcionarios subieron" a ver qué ocurría. Pero ya no se podía hacer nada por la vida del reo fallecido. A continuación se ha procedido a dar aviso al juzgado de guardia y a la policía judicial, como establece el protocolo, que ya se encuentra haciendo diligencias en la prisión para esclarecer las circunstancias de los hechos. Aunque, nos señalan, los funcionarios no tenían conocimiento de enfrentamientos previos.
El preso pakistaní -nos dicen- "no había dado problemas" en la cárcel desde que ingresó, tras ser detenido el pasado 22 de enero por el crimen de Amalia, Ángeles y Pepe, de entre 68 y 72 años. Aquel día, pasadas las doce de la noche, se entregó en el cuartelillo de Arganda del Rey y reconoció su participación. Los cadáveres de los Gutiérrez Ayuso, naturales de Torre de Juan Abad (Ciudad Real), habían sido hallados cuatro días antes en su residencia. Estaban apilados, quemados y en avanzado estado de descomposición.
El triple crimen de Morata
Su entorno llevaba alrededor de un mes sin verlos. Uno de los episodios que más inquietaba a los investigadores desde el principio tenía que ver precisamente con la relación de las víctimas con este ciudadano pakistaní, que "estuvo viviendo con ellos durante unos meses". Según relató un íntimo amigo de la familia a las puertas de la vivienda de los hermanos, este inquilino protagonizó un incidente violento con Amelia y desapareció.
Le dio "un martillazo en la cabeza" a la menor de los tres hermanos, que siempre han estado solteros y vivido juntos. Después desapareció y nadie del pueblo había vuelto a saber nada de él hasta ahora. La juez le envió a prisión porque había un antecedente similar con la misma mujer. Pero había sido puesto en libertad poco antes de que cometiera el triple crimen. El móvil parece ser económico. Le debían unos 60.000 euros. Ya hacía tiempo que los Gutiérrez Ayuso pedían grandes cantidades de dinero a sus amigos y vecinos.
Las dos mujeres se enamoraron ciegamente de unos militares estadounidenses ficticios que les dejaron sin blanca. Ya ni siquiera podían hacer frente a sus gastos cotidianos. El montante de la estafa amorosa ascendería a alrededor de 400.000 euros. Le pidieron dinero hasta al cura del pueblo. Y en ese ínterin, se toparon con el ciudadano pakistaní que acabó siendo detenido por el asesinato de los tres ancianos.

