El Mundo
"Sánchez pone bajo vigilancia a los medios con 16 nuevas medidas". "Lanza su plan para vigilar el trabajo periodístico bajo el pretexto de "luchar contra la desinformación", con un documento impreciso que incluye demandas de sus socios y contempla un registro de las empresas periodísticas que tutelará la CNMC".
El «Plan de Acción por la Democracia» que ayer aprobó el Consejo de Ministros es en realidad una gran operación de engaño político", dice el editorial. "Con esas 31 promesas el presidente Pedro Sánchez no busca «limpiar» la democracia ni proteger el periodismo libre, sino extender un manto de sospecha generalizada sobre los medios para protegerse a sí mismo".
"La iniciativa parte de una mentira original. El Gobierno se ampara en un plan y un reglamento europeos que le sirven de mera excusa. En realidad, Europa lo que buscaba con ellos era responder a las amenazas de injerencia extranjera -básicamente rusa- a través de la desinformación. Además, el reciente reglamento comunitario pide a los Estados que salvaguarden la independencia de los medios públicos: exactamente lo contrario de lo que ocurre en RTVE". ¿Y a qué espera la UE para darle el mismo trato a Sánchez que a Orban o a Meloni?
"El presidente ha desplegado una desquiciada retórica populista que identifica a la prensa como enemigo del pueblo. Cualquier medio de la «galaxia ultraderechista» es etiquetado como «pseudomedio» y «máquina del fango». La estrategia es vieja: señalar a los periodistas para no rendir cuentas". "¿Cómo confiar en una figura tan sectaria como Sánchez la decisión de qué es un medio y qué no?". Ni él ni nadie confía en eso. Todos sabemos que el tirano de Moncloa lo único que quiere es amedrentar a los medios que denuncian la corrupción de su familia.
"¿Cómo confiar en que los criterios para repartir la publicidad institucional, e incluso para medir nuestras audiencias, no serán un traje a medida para la entusiasta prensa afín al Gobierno? Si se endurece la ley de rectificación, ¿se multarán también las rectificaciones del presidente?". Puf, si le multan por cada trola que nos ha colado Sánchez se arruina. Aunque lo robaría de las arcas públicas. "Frente a los ataques del poder, este periódico seguirá contando la verdad. Porque sin prensa independiente no hay democracia". Con Sánchez no hay democracia.
"El plan europeo trataba de reforzar la libertad de expresión de los medios de comunicación, mientras Sánchez aspira a lo contrario", destaca Santiago González, que cuenta la "escabechina" que hizo Sánchez en El País nada más instalarse en Moncloa.
"Ese personaje turbio que es Félix Bolaños casi igualó a su jefe al denunciar que a veces las encuestas, más que conocer la opinión de los ciudadanos parece que quieran influir en sus votos. Y lo dicen los jefes de José Félix Tezanos". Bueno, eso fue de carcajada, Santiago. Para demostrar que se pueden orinar nuestras bocas sin inmutarse. Es que ni siquiera se molestan en disimular. ¿Para qué? Que sepan todos los españoles que aquí manda Sánchez como en Venezuela manda Maduro.
"Sólo alguien absolutamente persuadido de su culpabilidad es capaz de montar el Plan Begoña presentado ayer para amedrentar a los medios que publiquen datos o viertan opiniones sobre la oficina de negocios de la Moncloa", dice Federico Jiménez Losantos. "Sólo alguien capaz de mentir como Sánchez -desde 'le he dicho seis veces que no pactaré con Bildu' a 'no habrá jamás cupo catalán' pasando por 'nunca habrá Ley de Amnistía'- es capaz de poner en pie un esperpento jurídico como el que ayer presentó una cuadriga del consejo de ministros". Es tan increíble que da risa. Y un poco de miedo también. Un mentiroso patólogico hablando de veracidad. "Por la centésima parte de las irregularidades acreditadas por Sánchez han dimitido en Europa gobiernos enteros. Como él no está dispuesto a hacerlo, ha decidido que dimita el régimen constitucional. Hay tiranos más sutiles". Sí, esque está tan convencido de que sus votantes son retrasados mentales que le da igual soltárselo a la cara. Franco era más sutil.
Para David Mejía sospecha" que el primer objetivo de los comunicados del Gobierno no es regenerar, sino intimidar. Quien anuncia una regeneración mediática no necesita aprobar leyes; está anunciando que los medios están siendo vigilados y que las subvenciones y las inspecciones se distribuirán de acuerdo a su buena conducta". Es decir, que le den gustirrinín todas las mañanas, como hace de maravilla la Intxaurrondo en la televisión de todos.
"Pedro Sánchez se ha propuesto infligir un castigo severo a los medios rebeldes. Va a rediseñar los criterios de reparto de la publicidad institucional para compensar los afectos. Lo fundamental sin embargo consiste en promover una atmósfera de incredulidad. Serán los medios quienes tendrán que explicarse y el Gobierno se arroga la peligrosa competencia de impartir credenciales de veracidad", dice Rafa Latorre. Sánchez velando por la veracidad. No me digan que no es para partirse de risa.
El País
El periódico sanchista siente tanta vergüenza por lo que hizo ayer Maduro Sánchez que ni siquiera la dedica su apertura y lo envía a una columnita que firma Carlos Cué. Ayer Cué demostró con sus preguntas que puede ser un buen periodista si se lo propone. Hoy, ya por escrito, desaparece el periodista y aparece el mamporrero de Sánchez. "El plan de regeneración del Gobierno impone mayor control sobre los cargos públicos y una comisión en el Congreso contra los bulos". "El plan no opta por intervenir en los medios desde el poder político, como temía la oposición, y apuesta por la autorregulación frente a los bulos, pero sí plantea una comisión específica en el Congreso para analizar la desinformación y sus consecuencias para las democracias, algo que se ha hecho en otros países y en el propio Parlamento Europeo. De hecho, en el corazón de este plan están las líneas maestras de la nueva norma europea sobre libertad de medios, de aplicación directa en todos los estados a partir de 2025", miente Cué como un corderito a las órdenes de Sánchez.
"Habrá un registro público de medios, con información sobre su propiedad y la inversión publicitaria que reciben". Ya existe ese registro. "Todas las administraciones públicas estarán obligadas a publicar cada año cuánto dinero dedican a publicidad en medios y a cuáles ha llegado esa inversión. La ley de publicidad exigirá "más transparencia, proporcionalidad y no discriminación en la asignación de recursos públicos". Habrá además una nueva ley del secreto profesional para garantizar la protección de las fuentes, y normas para "garantizar el pluralismo" evitando la concentración de medios en pocas manos". ¿Cómo Prisa?
Tras dedicar medio editorial a quejarse de que el plan de Sánchez no incluye la que llaman "ley mordaza" de Rajoy sobre las manifestaciones, Pepa Bueno dice que "una de las patas nucleares del plan es la relativa a la transparencia y responsabilidad de los medios de comunicación. Sin medios libres y de calidad no hay democracia, acierta el texto, en particular cuando los bulos políticamente interesados amenazan la democracia". ¿La democracia? Venga, Pepa, como bien sabes la ley es para silenciar a los medios que hablan de la corrupción de Begoña, el hermano y demás familiares de Sánchez. Y también sabes que el medio que diriges es el más bulos ha difundido, la mayor máquina del fango que hay en el periodismo escrito en España. "Es imprescindible que el Ejecutivo busque el mayor consenso, tanto político como del gremio, para no incurrir en trabas al periodismo que se propone defender". ¿Qué Sánchez se propone defender el periodismo? Anda que vaya tragaderas tiene este pseudomedio a las órdenes de Sánchez. Se nota a la legua, Pepa, que ni tu te lo crees. Hay días que se hace cuesta arriba defender al jefe, ¿verdad? Hay que ser tan indecente como él y eso es difícil de superar.
ABC
"Sánchez exige transparencia a la prensa mientras aplica la opacidad a su Administración". "El plan de acción para la democracia presentado ayer por el Gobierno contiene un vicio de origen y es que es el resultado, como confesó el propio Pedro Sánchez en su momento, de los cinco días de reflexión que el presidente se tomó tras conocer que su esposa, Begoña Gómez, estaba siendo investigada por el juez Juan Carlos Peinado por presunto tráfico de influencias. Es, por lo tanto, un programa diseñado 'ad hoc', agrupando diversos elementos, con una premisa clara que es defender al presidente y su esposa de los legítimos cuestionamientos planteados por los medios de comunicación", dice el editorial.
"El hecho de que sea una cortina de humo para disimular la falta de una agenda legislativa de un Gobierno que no tiene capacidad alguna para sacarla adelante, no le resta un ápice de peligrosidad a este artefacto político que puede acabar representando una grave amenaza para nuestras libertades". "Más preocupante aún es el intento por controlar a los medios de comunicación desde la Administración, creando listas y registros como las que existían en los tiempos predemocráticos". Franquistas, hay que decirlo con claridad.
"Pensamos que el plan gubernamental no contribuirá a incrementar la confianza en el sistema de medios de comunicación españoles y, muy por el contrario, parece diseñado para establecer que hay algunas cabeceras de primer nivel mientras a las otras se las estigmatiza por publicar informaciones incómodas para el poder". Las referidas a Begoña, especialmente. Un escudo para un corrupto.
Ignacio Camacho dice que Sánchez debería empezar por hacer un esfuerzo y ser "sincero". Que mire en la RAE lo que significa esa palabra. "Sobre esta afición del presidente y de sus colaboradores cercanos a divulgar bulos y relatos falsos sólo cabe exigir cierto propósito de enmienda, toda vez que la mentira en política debería penalizarla el electorado y si no lo hace es porque está conforme con esa «ética del engaño» que el nuevo fontanero jefe de la Moncloa glosó en su tesis de doctorado". Es que hay cosas que no se entienden. ¿Cómo puede haber gente que todavía vote a Sánchez? ""Alcanzar los objetivos fijados para una gobernanza más limpia constituiría un paso mucho más trascendente que el de intimidar, intervenir o regular los medios privados, propósito condenado de antemano al fracaso porque la libertad de expresión es un campo demasiado ancho para que le pueda poner puertas un autócrata de tres al cuarto con proyectos rescatados de rancios manuales autoritarios". "Si insiste acaso logre amedrentar a algún editor pusilánime, asfixiar alguna publicación o comprar –continuar comprando, más bien– unos cuantos apoyos mercenarios, pero imaginar un 'ecosistema' informativo silenciado es una ensoñación de la que la realidad lo acabará despertando. Tiempo al tiempo. Habrá turbulencias desagradables, episodios antipáticos, pero el armazón civil democrático no está –todavía– lo bastante degenerado para venirse abajo al primer empujón de un napoleoncito de segunda mano". Toma leche.
Teodoro León Gross, uno de los purgados de El País por Pedro Sánchez, dice que "el llamado Plan de Regeneración es sólo la coartada de un reglamento europeo para vender una cruzada contra «la máquina del fango» imponiendo el relato falso de un clima asfixiante de degradación mediática. Da igual que todo lo publicado sobre Begoña sea verdad, si ya has logrado consolidar que todo lo que publican los medios críticos es fango. ¡Son la derecha mediática… y la derecha es el Mal!". Sánchez "es absolutamente refractario a la verdad, que le resbala como el agua al goretex. Trump señaló a los medios como «enemigos del pueblo» y Sánchez ha emprendido su propia agenda para intimidar a periodistas y medios" que osen criticarle a él o denunciar la corrupción de su amada esposa. Está por ver que lo logre.
La Razón
"Los socios leen el plan de regeneración de Sánchez como un «disparo al aire»". "Las medidas eluden las exigencias del reglamento de la UE sobre medios públicos". La ley de Sánchez, "por más que se envuelva en bellas palabras y loables intenciones tiene por objetivo la creación de un registro gubernamental de medios, de sus propietarios y de los ingresos publicitarios que reciben, con vocación de convertirse en un instrumento para el señalamiento y el amedrentamiento de quienes se revelen incómodos para la acción del Ejecutivo". "No hay otra justificación para un proyecto que pasa por alto un hecho fundamental: que todos los datos empresariales, incluidos los ingresos, ya figuran obligatoriamente en los registros públicos y en las declaraciones que reclama la Agencia Tributaria. De ahí, que se obligue a especificar lo que invierte en publicidad cada empresa y en cada medio puede derivar en presiones espurias a los anunciantes", que es lo que intenta nuestro demente presidente. "Bastaría con que el actual Gobierno cumpliera con las leyes vigentes, con su espíritu igual que con su letra, para que la democracia recuperara la confianza y el prestigio perdido entre los ciudadanos". Y con que Sánchez dejara de mentir y de expandir fango.
Sánchez "ha decidido esconder sus problemas políticos y judiciales impulsando un plan de acción por la democracia para controlar a los medios de comunicación. La fiscalización correría cargo de un órgano partidista como la CNMC. El presidente del Gobierno más intervencionista, que menos respeta la división de poderes, que favorece las redes clientelares y los lobbies de los amigos del PSOE y desprecia el mérito y la capacidad en el acceso a los cargos públicos quiere fortalecer la transparencia, la pluralidad y la responsabilidad. Es tan grotesco que no salgo de mi asombro. No hay más que ver la acción propagandística del Gobierno utilizando el dinero de todos los españoles, el amiguismo del millonario José Miguel Contreras con los medios afines y la conversión de RTVE en un conjunto de canales temáticos al servicio del PSOE", dice Marhuenda.
"El objetivo es controlar las empresas periodísticas y sus ingresos, decidir qué medios informan verazmente, limitar las competencias de las comunidades autónomas e imponer su rancio populismo intervencionista al servicio del sanchismo. En lugar de hablar del caso Koldo, de la amiga que Ábalos se llevaba a sus viajes oficiales, de la amnistía, del concierto para Cataluña o de sus problemas judiciales tendremos que hacerlo de lo que quieran los sanchistas para que no nos consideren pseudomedios. La información veraz será la que convenga a La Moncloa". O sea, la de El País o la Intxaurrondo, o la de Ángels Barceló, nada que no supiéramos desde el numerido de los cinco días baja para declarar el amor a su corrupta mujer.
Pedro Narváez dice que "ahora resucitan a Fraga y su ley de Prensa del año 66. Don Manuel la promulgó para avanzar, siempre que se respetaran los principios del Movimiento, claro está, y ahora se intenta dar una paso atrás, a no ser que se respeten los principios del sanchismo. Los que los sigan a rajatabla no tendrán problemas, vivirán al dictado del Ministerio de la Verdad y serán felices hasta que les señalen a ellos. Contengan, pues, su alegría, aquellos que hoy no son oficialmente fachosfera, pero que pueden serlo cuando el Gobierno cambie de opinión". Que esas cosas pasan cuando aplaudes a un dictador.
"Un organismo «independiente» se encargará de decirnos qué es un medio o qué no y de hurgar en unas cuentas que ya son públicas. Nadie se había atrevido a tanto desde hace cuarenta y cinco años. Ahora el carnet de periodista lo sellan en Moncloa en una ventanilla no tan ignota". Así, por las bravas, sin disimulo.
El Debate
Luis Ventoso dice en este digital de la "fachosfera" que Sánchez está "colérico ante el hecho de que se han destapado sus miserias familiares y las del caso Ábalos, se lanza contra la prensa crítica y los jueces independientes. No hay más". "El plan de «regeneración democrática» presentado ayer, lo que podríamos llamar las «Leyes Begoña», supone un rodillo de sesgo autocrático para moldear España al dictado de un gobernante populista de izquierda radical".
"Si triunfase esta reforma se impondría de facto en España una suerte de censura, pues el poder nos podrá obligar a rectificar al instante lo que no resulte de su agrado, sea o no verdad. Los medios quedaríamos al albur del capricho del gobernante. El Gran Hermano monclovita pasaría a establecer qué es cierto y qué es falso (imagínense un arma así en manos de gente como Sánchez y Bolaños)". Pues es lo que anunciaron ayer sin inmutarse. Que será el gobierno el que diga lo que es verdad y lo que es mentira." Las «Leyes Begoña» son gravísimas y hay que enfrentarse a ellas desde ya". Pues es lo que estamos haciendo la mayoría que le hacemos reverencias al tirano como hacen los medios por todos conocidos.
Vozpopuli
"El PSOE se negó a regular el papel de Begoña Gómez al negociar con Sumar su plan de "acción por la democracia"", revela Vozpopuli. "Sánchez encarga a la Secretaría de Estado de Comunicación el plan de control de medios". Toma ya. Franquismo puro y duro.
Manuel Marín aclara lo que nos contó ayer Bolaños. "La Moncloa definirá qué es un medio, creará un registro para conocer cómo se financia, ordenará a quién excluir o no del reparto de publicidad institucional, y sustraerá a los jueces el control legal de los abusos periodísticos para establecer su propio régimen de persecución gubernativa". "¿Habrá multas si no se informa con el criterio que La Moncloa considere el idóneo y debido? A priori, prejuicios aparte, parece una versión 3.0 de la censura previa". De momento, es una abierta amenaza. "Sánchez ni siquiera hace el amago de esconder un plan diseñado a la medida de su sectario concepto de la democracia". ¿Y por qué lo iba a esconder? Hay millones de cabezas huecas que aun le votan.
Miquel Giménez tira de humor. " Como Sánchez estaba amando locamenti a su señora, pero no sabía cómo se lo iba a decir, ha decidido consagrarle una ley". "Por todo eso y muchas cosas más que mi pluma calla, pienso decir que sí a todo y no meterme en camisas de once varas. Todo sea por el amor de Sánchez, que va cantando por Moncloa que vivir así es morir de amor y por amor tiene el alma herida, y por amor no quiere más vida que su vida, melancolía". Ay, Miquel, di que sí, calla y haznos reír cada día, falta nos hace.