El Govern de la Generalidad catalana se ha sumado a la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez y ha anunciado este miércoles el cierre de su oficina comercial en Tel Aviv. El anuncio ha corrido a cargo del consejero de Presidencia, Albert Dalmau, y la líder de los Comuns (el partido de Ada Colau) en el Parlament, Jéssica Albiach. Poco después y a preguntas de la CUP en la cámara, el presidente de la Generalidad, Salvador Illa, ha sacado pecho por la decisión.
La diputada de la CUP Laia Estrada ha reprochado a Illa que no se hubiera cerrado antes la oficina, pero ha celebrado la "victoria" mientras sus compañeros de partido exhibían una estelada y una bandera palestina. En un tono mitinero, Estrada ha concluido intervención con el lema de los terroristas de Hamas: "Reivindicamos el derecho de autodeterminación del pueblo palestino y de todos los pueblo. Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá".
Illa ha contestado que "las imágenes que nos llegan de Gaza son sobrecogedoras y el gobierno de Cataluña ha tomado la decisión que debía tomar cuando la debía tomar".
En abril, el consejero de Empresa de Illa, Miquel Sàmper (que fue consejero de Interior de Junts), defendía el mantenimiento de la delegación de la Generalidad en Israel para atender los intereses de las empresas catalanas. Ahora, mientras Illa ordena el cierre inmediato de la oficina desde la misma Generalidad se desliza que desde que comenzó la guerra en Gaza la actividad era mínima, que sólo había dos trabajadores y que el cierre es una medida puramente cosmética.
El PSC se había opuesto en su día a los ataques de Colau y sus anuncios de ruptura del hermanamiento entre Barcelona y Tel Aviv. Una de las primeras medidas del nuevo alcalde, el socialista Jaume Collboni, fue restaurar las relaciones con la ciudad israelí. La situación ha cambiado radicalmente.
A ERC se le queda corto el anuncio y exigiría otras medidas contra Israel. En Junts también muestran contradicciones. En Madrid apoyan el embargo contra Israel mientras que en Barcelona han puesto el grito en el cielo por el cierre de la oficina autonómica.
Puigdemont arremete contra el PSC
El líder de la formación separatista, el prófugo Carles Puigdemont, ha reaccionado de manera furibunda a través de la red social X: "Un error grave. Una muestra más de que al PSC sólo le interesa ocupar el poder, al precio que sea. Pactando con el PP la alcaldía de Barcelona y con los Comunes la política exterior y las relaciones comerciales internacionales del Govern".
El objetivo de esa ocupación del poder al precio que sea no sería otro según Puigdemont que "desmontar Cataluña". Así lo decía en el mismo mensaje: "La vivienda, la fiscalidad, el turismo, la industria, las relaciones exteriores... todo se sacrifica en aras de mantenerse en el poder y poder culminar la estrategia de desmontar Cataluña, de hacerla pequeña, adocenada, irrelevante, callada, quieta. Supeditada a los intereses de España y los intereses de partido. Vinieron a terminar el trabajo para hacer exactamente esto. Que no se nos olvide".
La oficina de la Generalidad en Israel funciona bajo el paraguas de un programa autonómico llamado Acció que ofrece sus servicios a empresarios catalanes. Fue inaugurada en 2015 por el entonces presidente de la Generalidad Artur Mas. La delegación forma parte de la red de "embajadas" de la Generalidad que durante los años del proceso separatista difundieron propaganda contra España y a favor del golpe de Estado