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El ideólogo de Sílvia Orriols desvela el "apartheid" que sufrirían los españoles en un Estado catalán

Jordi Aragonès cita como ejemplos para lograr la independencia a la república blanca de Rodesia y al estado no reconocido de Somalilandia.

Jordi Aragonés es el ideólogo de Sílvia Orriols, la líder del partido separatista Aliança Catalana. | Europa Press

La república de Rodesia de Ian Smith y el estado paria de Somalilandia son los nuevos referentes del independentismo catalán más ortodoxo. El régimen que se estableció en 1965 tras una declaración unilateral de independencia y que cayó en 1979 después de una guerra civil es el ejemplo a seguir según Jordi Aragonés, el ideólogo de Sílvia Orriols, la líder del partido separatista Aliança Catalana.

Aragonès, primo del expresidente de la Generalidad Pere Aragonès y secretario de formación del partido independentista que amenaza la hegemonía de Junts en el área posconvergente del separatismo, es quien preconiza el ejemplo de la república de Rodesia, un estado racista que aplicó el apartheid al modo sudafricano hasta que fue desmantelado y sustituido por la república de Zimbabue.

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El dirigente separatista aboga por preparar el terreno para lanzar un nuevo desafío al Estado y advierte de que "en caso de que se lograra resistir las primeras semanas de choque directo con las fuerzas policiales y armadas españolas, se entraría, inevitablemente, en una nueva etapa: la disputa efectiva por el control del territorio".

"Hasta las últimas consecuencias"

Además, señala que "el mensaje que debería transmitirse con claridad a los gobiernos e instituciones internacionales sería doble: primero, que el pueblo catalán está dispuesto a defender la restitución de su Estado hasta las últimas consecuencias, asumiendo todos los costes que conlleva el ejercicio pleno y real de su soberanía; y segundo, que negar el reconocimiento de Cataluña, no sólo supone económica y geopolítica, acabaría siendo mucho más costoso que una aceptación ordenada de la nueva realidad".

Ha sido Crónica Global el medio que ha difundido las teorías de Jordi Aragonès, uno de los estrategas de la irrupción y expansión de Aliança Catalana, partido al que las encuestas auguran un espectacular crecimiento en las próximas elecciones, tanto autonómicas como municipales. Las tesis forman parte de un artículo publicado por Aragonès en la revista digital "Esperit", órgano de los sectores más ultras y supremacistas del separatismo, que lleva por título "Cataluña y el precedente rodesiano".

Aviso a los españoles

El texto es un elogio al régimen racista de la república de Rodesia hasta el punto de que Aragonès llega a escribir que la independencia "será el escenario idóneo para replantear, con una mirada restrictiva y rigurosa, los mecanismos de adquisición de la nacionalidad catalana, especialmente en el caso de los ciudadanos de origen español que hayan obtenido la vecindad civil catalana después de diez años de residencia continuada, tal y como prevé el artículo 14 del Código Civil español".

Aragonès asegura que el Estado español activaría una estrategia de denuncia internacional "presentando a la administración catalana como una entidad dominada por una fuerza infestada de racismo y con intenciones de promover una política de discriminación étnica".

"Llegados a este punto -continúa Aragonès-, e incluso si se intenta desacreditar a Catalunya con la acusación de estar gobernada por un régimen racista, no deberíamos recular ni un solo paso en nuestra determinación. La restitución del Estado catalán representaría una ocasión única para revisar con criterios propios -y sin injerencias externas- las políticas migratorias impuestas durante las últimas décadas".

El estratega de Aliança Catalana equipara lo ocurrido con la república de Rodesia con la situación que se viviría en Cataluña tras la "restauración" de un Estado catalán y escribe que "es un trabajo esencial de todo nacionalista prepararse para encarar los peligros que puedan amenazar la paz, la prosperidad o la propia supervivencia de su nación. Por ello, comparar la declaración unilateral de independencia de Rodesia del Sur y la restauración de las libertades constitucionales del Estado catalán (988-1714) puede ser enormemente útil para anticiparnos a las dificultades que experimentará nuestra administración si decide romper los lazos que actualmente la unen al Reino de España. Los problemas que se encontró Salisbury serán —podemos poner la mano en el fuego— los problemas que vivirá Barcelona cuando tenga que recuperar lo que las armas le quitaron a principios del siglo XVIII".

Defensa del racismo

Tras aludir a los esfuerzos diplomáticos del Reino Unido para evitar el reconocimiento de Rodesia, Aragonès defiende el modelo racial de Rodesia en estos términos: "Mientras que Pretoria establecía una segregación racial absoluta y legalmente definida, Rodesia impulsó una constitución que, si bien mantenía una clara discriminación estructural, se articulaba sobre un sufragio censatario multirracial. La nueva República introducía, por ejemplo, un senado con representación para blancos y negros que tenía 23 senadores, 10 de cada raza y tres elegidos por el presidente con independencia de su etnia. Se articuló un sistema electoral separado pero con participación de ambos grupos, y un mecanismo que vinculaba el número de diputados negros al porcentaje de impuestos sobre la renta que pagaban estos ciudadanos".

Y añade: "El objetivo no era instaurar la supremacía blanca, sino -según Smith y su gobierno- avanzar hacia una «paridad de razas» progresiva, en la que el peso político de los negros crecería con su aportación fiscal. Equiparlo mecánicamente con el apartheid sudafricano era una justificación interesada".

El artículo, que es la primera colaboración de Aragonès en la citada revista "Esperit", aboga por proclamar la independencia sin recabar antes más apoyo internacional que el de Andorra, que en su ideación operaría como un aliado de la república catalana del mismo que el régimen sudafricano del apartheid facilitó el comercio exterior de la Rodesia blanca de Ian Smith falsificando documentación, ejerciendo de representante diplomático y facilitando medios y el uso de infraestructuras.

Las familias catalanas y Andorra

El ideólogo de Aliança Catalana escribe sobre Andorra que "durante años, muchas familias catalanas han confiado en las entidades bancarias andorranas para proteger sus ahorros frente a un Estado español hostil, inestable o nido de guerras civiles y dictaduras. Y, más recientemente, una parte significativa del tejido empresarial catalán ha establecido relaciones económicas con Andorra; unas relaciones que podrían intensificarse e institucionalizarse en un escenario de secesión unilateral".

Y a modo de conclusión, Aragonès expone: "En otras palabras, y sin revelar más de la cuenta, Andorra puede convertirse para Cataluña en lo que Mozambique y Sudáfrica fueron para Rodesia: un canal logístico, un apoyo discreto pero decisivo, y una vía de acceso comercial y diplomático con todos aquellos actores que vieran en la secesión catalana una oportunidad para enriquecerse o alcanzar objetivos. La lección es clara: los Pirineos, como mil años atrás, no son una frontera, sino un puente que nos conecta con el mundo. Intensificar la relación estratégica con Andorra puede marcar la diferencia entre un aislamiento asfixiante y una resistencia viable".

Elogio de Somalilandia

¿Y Somalilandia? Aragonès sostiene que el reconocimiento internacional de la república catalana no es importante, que lo que importa de veras es el control del territorio. Así, escribe: "A pesar de no ser reconocida oficialmente por ningún estado, Somalilandia gestiona con cierta eficacia su territorio, celebra elecciones, mantiene la estabilidad y teje acuerdos comerciales con potencias globales, mientras que el gobierno reconocido internacionalmente de Somalia malvive en medio del caos y la anarquía".

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