
El independentismo está conmocionado e indignado por la colaboración de la Escolanía de Montserrat, el coro infantil de la abadía benedictina, con la cantante Rosalía. La razón es que los niños intervienen en una de las canciones cantando en español. El separatismo cree que se trata de una afrenta a todos y cada uno de los principios sagrados de Cataluña, una catástrofe que marcará un antes y un después en el futuro de la región, el idioma catalán y la propia abadía.
"La decadencia españolizadora de Montserrat es una de las peores noticias que sufre el país este año", aseguraba en la red social X Josep Lluís Alay, director del gabinete del expresidente de la Generalidad de Carles Puigdemont.
La decadència espanyolitzadora de Montserrat @montserratinfo és de les pitjors notícies que pateix el país aquest any. https://t.co/eWpq6Cmzsb
— Josep Lluís Alay (@josepalay) November 5, 2025
Una influencer independentista que colabora en Catalunya Ràdio, la emisora oficial de la Generalidad, Juliana Canet, llegó a afirmar que el hecho era "una humillación para los catalanes y para ella misma (en alusión a la popular cantante), es una falta de respeto y es adoptar un marco españolista por completo".
rosalia i l'escolania pic.twitter.com/tIIh6B3LPC
— Que no surti d’aquí (@quenosurti) November 6, 2025
Canet llamó la atención a finales de 2019 cuando propuso que "hay que masturbarse en catalán para que no nos invada el castellano". La recomendación se produjo en un programa de TV3.
La feroz crítica fue replicada por un diputado del PP en el Parlament, Hugo Manchón, quien denunció además la "deriva sectaria" de la emisora y su carácter público. También hizo notar que la "presión identitaria" en los medios públicos se mantiene con el Govern de Salvador Illa. La visión excluyente de Cataluña no ha cambiado, concluía Manchón.
Ataques a Montserrat
El catalanismo, por su parte, trata de encajar lo que califica de giro de Montserrat. El abad Manel Gasch ha defraudado las expectativas depositadas en él por el independentismo. La invitación a los Reyes para visitar el monasterio con ocasión del milenario de su fundación causó indignación y estupor en el independentismo. La acusación de ser un "traidor" (botifler) fue lo más suave que tuvo que escuchar el abad.
Los que silenciaban los casos de pederastia
Ahora, y tras el episodio de la Escolanía, el mismo independentismo que silenciaba de manera absoluta los casos de pederastia en la abadía arremete contra el abad, el coro y la propia Rosalía. Han interpretado la colaboración de los niños con la cantante catalana como una auténtica afrenta, casi un delito; un asunto de gravedad extrema y la prueba de la degeneración de la Cataluña del "posproceso".

