El fiscal general del Estado Álvaro García Ortiz ha declarado este miércoles en el banquillo de los acusados del Tribunal Supremo por un delito de revelación de secretos tras la filtración contra el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador.
García Ortiz se ha negado a responder las preguntas de la acusación particular y popular, ofreciendo cuatro razones al tribunal para justificar en su decisión. En primer lugar, quelos letrados de González Amador supuestamente ocultaron en su denuncia original que el correo filtrado lo habían enviado también a la Abogacía del Estado. En segundo lugar, que González Amador habría facilitado a Miguel Ángel Rodríguez un correo del fiscal Julián Salto. En tercer lugar, que el novio de la presidenta madrileña se reunió con un periodista de El Mundo y, por último, que el propio González Amador renunció a la responsabilidad subsidiaria del Estado, para solo proceder personalmente contra su persona. Estas circunstancias, según subrayaba García Ortiz, le llevaban a pensar de la acusación que "hay una actuación desleal con el tribunal" y que "no hay una lealtad procesal en la búsqueda de la verdad".
Por su parte, la teniente fiscal del Supremo, Ángeles Sánchez Conde, en representación de la Fiscalía solo formulaba dos preguntas al fiscal general. García Ortiz respondía a su mano derecha en el Ministerio Público asegurando que no mandó los correos electrónicos reservados sobre la negociación entre el abogado de González Amador y el fiscal del caso a nadie ajeno a la fiscalía. Además, se ratificaba en su declaración efectuada en instrucción.
García Ortiz ha explicado al tribunal que reunió la información del caso de González Amador para dar "una respuesta institucional de la Fiscalía Española a una noticia" que ponía "en cuestión el trabajo de los fiscales de la sección de delitos económicos". "Este es el espíritu de la nota. La redacción empieza prácticamente de inmediato, en cuanto tomó la decisión con los datos que tenían en ese momento", afirmaba tras reconocer que elaboró la citada nota personalmente junto a su responsable de Comunicación Mar Hedo. Según el fiscal general, "quedaba un poco coja la nota si hacíamos caso omiso a lo que ya era de conocimiento y relevancia pública", ha valorado.
García Ortiz ha subrayado que no habló en la noche del 13 de marzo de 2024 (cuando se produjo la filtración del correo) con Miguel Ángel Campos, el periodista de la Cadena SER que publicó la primera información con entrecomillados de ese email. "No mantuve ninguna conversación con el señor Campos", ha insistido, en línea con la misma versión del redactor radiofónico.
El fiscal general ha contradicho el testimonio de la Fiscal Superior de Madrid, Almudena Lastra, sobre la filtración y ha asegurado que sus declaraciones responden a que se siente infravalorada profesionalmente.
La entrada de la UCO en su despacho
García Ortiz ha afirmado que le parece "particularmente grave y doloroso" el hecho de que la UCO entrara en su despacho "no solo para el fiscal general sino para la Fiscalía Española". El fiscal general ha pedido también que se sea consciente de que su móvil o el de cualquiera de los fiscales acaba en manos de terceras personas, "pondría en peligro a muchas personas en este país". "Soy muy consciente de eso, por eso tengo borrados automáticos, tengo borrados 24 horas, evidentemente con muchos chats, pero sistemáticamente, no permito que permanezca más de un mes en mi WhatsApp la información contenida en chat que pueden tener información profesional o relaciones profesionales. No lo permito y lo hago de manera sistemática".
Poco antes de terminar su declaración, García Ortiz ha contado al tribunal que una persona que conoce le ha dicho una frase que le parece un resumen de lo que ha ocurrido en este caso. "Dice la verdad no se filtra, la verdad se defiende, y creo que es un poco el resumen de esto que ha pasado aquí". A continuación, el tribunal le ha dado permiso para volver a estrados y le ha dado las gracias.
Póngase en contacto con nosotros en investigacion@libertaddigital.com

