Es la primera vez que la formación republicana independentista trae al Congreso la petición de que la convocatoria de un referéndum deje de ser exclusiva del estado y pase a ser una competencia autonómica. Y las formas de su portavoz, Alfred Bosch, fueron las esperadas. El secesionista le echó en cara al Ejecutivo que vaya a "usar su mayoria absoluta para evitar que la gente vote ¡triste contradicción!", pero le aclaró: "hoy en este hemiciclo ganarán; vencerán pero no convencerán".
Acto seguido, amenazó con insistir en su petición vayan o no en contra de la Ley. "Nadie puede derrotar a un pueblo que cree en la libertad y en la democracia. Queremos votar y votaremos porque la democracia siempre gana ¿O como piensan ganar este gran debate histórico? ¿Lo piensan ganar con prohibiciones, censuras, formalidades, amenazas, negaciones, violencia? ¿De verdad piensan que se puede ganar así un debate?".
Por ello pidió abordar ya "esta asignatura pendiente de la democracia española" y "no asustarse" por "tener que retocar un mapa". Alfred Bosch concluyó reiterándose en que "nosotros amamos a las urnas". Y le preguntó a la bancada popular: "ustedes. ¿se acuerdan de las urnas?". Para terminar, soflama independentista con remake histórico incluido: "No renunciaremos a la vía bilateral, dialogante, pacífica, participativa... abriremos todas las puertas. Acaso que sean ustedes los que las vayan abriendo una a una todas las puertas que les abrimos. Nosotros queremos votar y votaremos y ante la historia ganaremos. Veni, vidi, vota".
En el turno a favor, Amair, IU, PNV y CIU se sumaron en la defensa del "derecho a decidir". El portavoz peneuvista, Aitor Esteban, lo hizo incidiendo en que "si es por voluntad política, la Constitución se puede cambiar", dijo en referencia al cambio acordado entre PP y PSOE en agosto del pasado año. Un punto en el que incidió Joan Coscubiela, de ICV, para denunciar que "el modelo de soberanía nacional de la Constitución está obsoleto".
En el turno a favor, Amair y el PNV se sumaron en la defensa del "derecho a decidir". El portavoz peneuvista, Aitor Esteban, se preguntó "a ver qué pasa cuando la propuesta venga del parlamento de Cataluña. Espero que no intente nadie volver a suscitar el delito en el Código Penal por la convocatoria de referéndums. Sería algo -la señora Rosa Díez me hace gestos-, una merma de la democracia y una vergüenza en el derecho comparado". Y añadió que "si es por voluntad política, la Constitución se puede cambiar", dijo en referencia al cambio acordado entre PP y PSOE en agosto del pasado año. Un punto en común con el diputado de ICV, Joan Coscubiela, quien denunció que "el propio concepto de soberanía nacional, el carácter absoluto y excluytente del artículo 1 y 2 de la Constitución, es obsoleto para el siglo XXI. Lo que tiene ningún sentido es que 34 años depsués se vea como una cosa inmutable y que las generaciones tengan prohibido por secula seculorum organizarse políticamente. Cuanto antes entendamos todos que esta es la única salida civilizada mucho mejor para el conjunto de nuestra sociedad".
Paradójicamente fue el partido de Artur Mas, Convergencia i Unió, el más moderado de cuantos apoyaron la iniciativa parlamentaria. Su parlamentario, Jordi Xuclá, puso la vista en unas elecciones catalanes a las que "más de dos y tres partidos vamos a llevar en nuestro programa electoral el derecho a decidir, a que el pueblo de Cataluña decida libremente como nación". Por ello, alertó, como ERC, que "no hay nada que pueda parar a la democracia". Se refirió a la "vocación de autogobierno que el durante muchos años ha deseado desarrollar Cataluña en el marco del estado español", pero culpó a "algunos excluyentes" -dijo mirando y citando a Rosa Díez-, de "haber llevado, no a los políticos, sino al pueblo de Cataluña, a expresar esta vocación. Señora Díez, no tenga una vocación esencialista". Por último, pidió de cara a esos comicios del 25-N tener "un debate democrático y, en aras de la democracia, respetemos el camino colectivo de los pueblos y de las naciones".