No sé si nuestro presidente trata de emular a Luis XV, pero su política bien justificaría el paralelismo con el rey francés, modelo paradigmático de egoísmo político.
Lo dramático es que el histriónico político catalán no ha expresado una opinión personal, sino que ha desvelado lo que de verdad piensan los felones dirigentes socialistas y lo que harán si se les presenta la oportunidad.