Frenética actividad "institucional" en la cárcel de Lledoners, el presidio de la Generalidad donde cumplen condena los sentenciados por el golpe de Estado de octubre del 17. Hay más coches oficiales aparcados en las dependencias carcelarias que en cualquier otro centro de poder de Cataluña.
Los llamados por el separatismo "presos políticos" no paran de recibir visitas de altos cargos de la administración autonómica o de sus partidos. Todas esas visitas reciben trato vip y consideración de autoridades. Oriol Junqueras, el presidente de ERC, dirige el partido desde la cárcel y todas las miradas se han vuelto hacia él, la pieza clave para dar curso al pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Dice Junqueras que es lo mismo negociar con Pere Aragonès, el vicepresidente regional y su mano derecha, que con Gabriel Rufián o Marta Rovira, residente en Suiza. Todos opinan lo mismo, que es lo que marca él con mano férrea. Y de momento la consigna es esperar a que el PSOE se humille y se avenga a negociar sobre todo, sin límites, con la amnistía y la autodeterminación encima de la mesa.
Junqueras tiene ganas al PSOE
Junqueras les tiene ganas a los socialistas. La prueba está en la carta abierta dirigida a Miquel Iceta, el primer secretario del PSC, en la que Junqueras le decía: "Si Miquel Iceta y sus colaboradores tienen la conciencia limpia que vengan a la cárcel a explicarme qué hay de justo en esta sentencia, mirándome a los ojos y mirando a los ojos de nuestras familias y amigos. ¿Vendrás, Miquel? Dicen tus amigos del Supremo que tienes 13 años para decidirte".
En dicha misiva Junqueras reprochaba igualmente a Iceta que en 2012 avalase un referéndum: "Se tiene que poder hacer", decías, "porque en las democracias avanzadas se pueden hacer". Pues hoy, ahora y aquí, estamos en prisión por haber hecho un referéndum mientras tú hoy te pasearás, una vez más, al lado de la derecha que se niega a condenar el franquismo y que pacta con la extrema derecha. Hasta cuándo?". Aludía el dirigente republicano a la manifestación de Sociedad Civil Catalana (SCC) en Barcelona del pasado 27 de octubre.
Lacrimógena carta
Junqueras se mostraba sumamente crítico con los socialistas en otro de los párrafos de la lacrimógena carta: "El PSC dice que defiende el diálogo mientras aplaude el ensañamiento de sus tribunales contra Carme Forcadell precisamente para defender el diálogo en el Parlamento.
Cuando el PSC dice que quiere promover la convivencia en Cataluña, ¿se refiere a la convivencia de todos los inocentes encarcelados con nuestros hijos en nuestra casa? ¿Hasta cuándo?".
La caída de Rajoy
En el texto, Junqueras se atribuía también la caída del Gobierno de Rajoy y reprochaba al PSOE que no le hubiera correspondido en los siguientes términos: "Precipitamos la caída del Gobierno del PP, responsable de un ignominioso operativo policial que se abatió el 1 de octubre contra ciudadanas y ciudadanos pacíficos que sólo ejercían el derecho al voto. El conjunto de los demócratas catalanes ofrecimos una oportunidad al PSOE y al mismo tiempo al PSC para abrir un proceso de diálogo franco y sereno, para hablar de todo. Sólo hemos recibido un creciente menosprecio. ¿Hasta cuándo?".
El papel de Asens
De esta carta hace solo dos semanas y si bien ERC está dispuesta a negociar con el PSOE la investidura, Junqueras quiere que se visualice un giro socialista de manera descarnada, que Iceta vaya a Lledoners y que se comience a preparar la amnistía. De entrada, los indultos no le valen.
Los socialistas, por su parte, pretenden que sean los aliados catalanes de Pablo Iglesias, los comunes de Ada Colau y Jaume Asens, quienes se encarguen de limar las asperezas de ERC, Asens sería el encargado de llevar a cargo la misión en Lledoners dado su perfil separatista y sus buenas relaciones con los golpistas. De hecho, fue quien aconsejó a Puigdemont y Comín que se fugaran a Bélgica poco antes de la precipitada huida de parte del gobierno catalán.