
Santiago Abascal ha logrado un gran impacto al rodearse de destacados líderes internacionales como Donald Trump o Georgia Meloni en el acto de Viva 22 que Vox celebró la semana pasada. Una imagen que ha causado sorpresa entre quienes no han seguido de cerca los pasos del partido durante los últimos tres años.
Aunque algunos tilden de populistas y extremistas a los aliados de Vox, aparecer junto a un expresidente EEUU, la futura primera ministra de Italia o el primer ministro de Polonia en plena guerra entre Rusia y Ucrania, demuestra, como mínimo, un importante poder de convocatoria y permite al partido proyectar una imagen de fortaleza y unidad, precisamente cuando muchos auguraban su caída.
Para entender cómo el líder de Vox ha logrado reunir a tantos líderes europeos y americanos en un mismo escenario, hay que remontarse a hace tres años, cuando el partido aprovechó el impulso que le dieron las elecciones en Andalucía, y su posterior irrupción en el Congreso, para empezar a tejer alianzas internacionales que dieran su fruto en el medio y largo plazo.
"Desde el principio ha sido un empeño personal de Santiago Abascal extender la influencia de Vox más allá de España", explican fuentes de su entorno que destacan su visión política cuando se entrevistó por primera vez en 2019 con una desconocida Georgia Meloni que apenas representaba en ese momento un 6,5% del voto en Italia.
Abascal creó un departamento dedicado en exclusiva a la cuestión internacional que depende directamente de presidencia y en el que trabajan diferentes asesores, volcados en analizar la situación exterior para desarrollar propuestas, así como para entablar relaciones con otros partidos en el extranjero.
Las banderas cedidas por el PP
Vox tuvo claro desde el principio que venía a enarbolar banderas cedidas por el PP, tanto en lo referido a la batalla cultural, como en cuanto a la pérdida de peso internacional de España, especialmente en Iberoamérica.Diferentes voces dentro del partido explican que José María Aznar se preocupó de desarrollar una política más allá de nuestras fronteras, para abrirse paso en un camino que después abandonó, casi por completo, Mariano Rajoy.
"Abascal siempre ha tenido claro que la política nacional y la internacional son dos caras de la misma moneda", aseguran en su entorno, orgullosos del trabajo que ha llevado a cabo su líder, antes incluso de que Vox entrara en el Congreso en las primeras elecciones generales de abril de 2019.
En febrero de 2020 participó en la Conferencia Anual de Conservadurismo celebrada en Roma, donde conoció al húngaro Viktor Orban, con el que conecta rápidamente, tanto a nivel político como personal. "Orban se quedó gratamente sorprendido con Abascal. Vio en él una persona seria, con unas ideas muy firmes y descubrió que podía ser un socio fiable. Esa relación ha trascendido al ámbito personal, como ha ocurrido con el caso de Morawiecki y Meloni", explican quienes conocen los pormenores de estos encuentros.
En esa labor desarrollada por Abascal en el exterior ha tenido un papel fundamental la Fundación Disenso que preside y cuyo director es Jorge Martín Frías. Se trata de un think tank que ayuda al partido a desarrollar parte de su estrategia ideológica, aunque opera de forma independiente. Desde su creación, su principal cometido ha sido cuidar las relaciones de España con Iberoamérica.
Para crearla, el líder de Vox viajó en febrero de 2020 a Washington, junto a Iván Espinosa y Jorge Martín Frías, para participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora cuando Donald Trump era todavía presidente de EEUU, al que a día de hoy no conoce personalmente, aunque ya ha conseguido que le muestre su apoyo públicamente.
En EEUU, Abascal entró en contacto con fundaciones como la Heritage Foundation, el International Republican Institute o la American Conservative Union, que le servirían de guía para crear Disenso, proyecto que se presentó al público en septiembre de ese año.
Comenzó entonces una labor ingente en la que destacan especialmente los viajes programados para el líder de Vox a países como Hungría, Polonia, Italia, México o Brasil, con el objetivo de presentarse ante los principales líderes conservadores que gobernaban en ese momento o que estaban en disposición de hacerlo en un futuro.
El eje Madrid-Roma-Budapest
En mayo de 2021 Abascal viaja a Budapest para mantener un encuentro con Viktor Orban en el que sería su primer viaje institucional. Aunque el húngaro todavía mantiene una importante amistad con José María Aznar por haber coincidido en el tiempo siendo ambos presidentes de sus respectivos países, comienza ya a fijarse en Vox como posible aliado.
Ambos coinciden ideológicamente en la defensa de las fronteras, la soberanía nacional o las costumbres y raíces cristianas. La salida de Orban del PP europeo facilitó aún más el acercamiento con Vox, gracias, también, a la labor desarrollada por el partido en Europa a través del grupo ECR con Jorge Buxadé.
Santiago Abascal invitó en 2021 a Meloni a participar en la primera edición de la Cumbre Iberoamericana organizada por el ECR en Barcelona, y que se pudo seguir por Internet. Lo hizo después de que la italiana viajara a Madrid para reunirse personalmente con el líder de Vox en una imagen tomada en la sede de la Fundación Disenso. Dos años después, Meloni y Abascal se consideran mutuamente "amigos".
La fundación Disenso y el comunismo
A mediados de 2021, Abascal inició una gira por Iberoamérica con parada en México para presentar el llamado Foro de Madrid y la Carta de Madrid que tienen por objetivo combatir el comunismo y todas sus expresiones, como el Foro de Sao Paulo o el Grupo de Puebla. Quienes le acompañan en ese viaje destacan que "levanta pasiones". "Es un auténtico ídolo de masas en Iberoamérica" aseguran.
Su falta de complejos provoca un fuerte poder de atracción entre aquellos que padecen el comunismo y cuentan entre sus gobernantes con criminales condenados por narcotráfico o terrorismo, explican. Especialmente entre aquellos que perciben tibieza por parte los líderes del PP, tanto en el diagnóstico sobre los problemas que sufren estos países, como en las soluciones que aportan.
A finales de 2021, Abascal viajó a Brasil para conocer al presidente Jair Bolsonaro, tras entablar relacion con su hijo. Poco después participó en la Cumbre de líderes conservadores que se celebró en Varsovia.
En la capital polaca aprovechó para invitar a España a los partidos con los que sintonica para celebrar la Cumbre de Madrid. De la cita salió un importante manifiesto que ya señalaba a Rusia como responsable de la posterior guerra con Ucrania. El documento lo firman Viktor Orban y Marine Le Pen a pesar de no compartir el diagnóstico liderado por Polonia sobre la culpabilidad de Putin en el conflicto.
Fue todo un logro para Vox, que pudo presentarse como partido aglutinador de las ideas conservadores en Europa y América. Una imagen que, de nuevo, consiguió exhibir en Viva 22, reuniendo a todos estos líderes conservadores para participar en un acto de partido. Volcar esa imagen ha sido posible después de años de intenso trabajado tejiendo importantes alianzas internacionales que esperan poder seguir cultivando en los próximos años, incluso estando ya en el gobierno.

