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La "obsesión" por la centralidad de Feijóo aleja al PP aún más de Vox

Los de Abascal creen que "les dejan más espacio a la derecha" para crecer y consolidarse.

Los de Abascal creen que "les dejan más espacio a la derecha" para crecer y consolidarse.
Alberto Núñez Feijóo con su nuevo equipo de campaña. | EFE

Los nuevos nombramientos en la cúpula del PP han marcado el inicio del 2023 para la formación de Alberto Núñez Feijóo. Unos nombramientos que han mostrado la "obsesión" del líder popular por la "centralidad" en su intento de disputar el voto en el centro izquierda. Numerosos sorayistas han vuelto a Génova en una estrategia que, poco a poco, va alejando a los de Feijóo de Vox.

Sin descuidar al votante de centro derecha, en el PP están ahora con la vista puesta en "ampliar" su base de votantes por el centro izquierda. De ahí que hayan nombrado portavoz de campaña a un perfil alejado de los postulados de Vox como es el de Borja Sémper, a pesar de haber admitido tener una amistad "a prueba de bombas" con Santiago Abascal, al que conoció hace 30 años en Nuevas Generaciones del País Vasco.

Fuentes de Vox interpretan su nombramiento como un intento de contrarrestar la buena imagen que cosecha Abascal entre los votantes de derechas por su etapa en el País Vasco, donde ambos coincidieron en los años más duros de ETA.

Castilla y León, espejo de la relación entre ambos

En las últimas horas, el exparlamentario vasco ha marcado distancias con Vox en asuntos como el aborto. El portavoz del Comité de Campaña del PP afirmó este viernes que su partido no está de acuerdo con la propuesta hecha en Castilla y León y advirtió de que en la dirección nacional no están dispuestos "a tragar con cualquier cosa".

Así se pronunció después de que el vicepresidente de Castilla y León de Vox, Juan García-Gallardo, anunciase este jueves medidas "provida" y de fomento de la natalidad en la región, como un refuerzo de la atención psicológica a las madres embarazadas, un protocolo que permita a los padres escuchar el latido fetal, así como ofrecer una ecografía 4D complementaria, y proteger la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios.

Unas medidas que, según asegura Vox, "fueron consensuadas previamente con el consejero de Sanidad" y "se aplicarán de forma inmediata", después del malestar provocado en la izquierda y de las dudas manifestadas por el PP a nivel nacional.

Además del aborto, la Memoria Democrática es otro de los puntos de fricción entre ambos partidos en esta comunidad, donde las disputas están trascendiendo al ámbito nacional. Santiago Abascal reprochó esta semana a Feijóo que prometa derogar leyes de la izquierda como esta, mientras las mantiene en Andalucía o Castilla y León.

La moción de censura como escollo

La moción de censura es también un importante motivo de distanciamiento entre ambos partidos. El PP sigue obviando por completo la propuesta, ante la que apenas ha comprometido su abstención, mientras Vox presiona a Feijóo para que "asuma su responsabilidad". Abascal ha dejado en el aire su registro hasta lograr el apoyo de los populares para evitar que la medida "retrate al PP con el PSOE", en lugar de dejar en evidencia a Pedro Sánchez y sus socios.

Las últimas encuestas internas del Partido Popular muestran cómo la formación de Santiago Abascal tiene un "votante muy fiel", por lo que es muy complicado robarle apoyos, de ahí que sus esfuerzos se dirijan a buscar el respaldo del centro izquierda más descontento con las políticas del Ejecutivo de PSOE y Podemos. Objetivo que chocaría con un posible apoyo a la moción de Vox.

El PP busca pescar en el caladero del PSOE

Desde Génova explican que no están "tratando de fichar" a históricos socialistas contrarios a Pedro Sánchez pero sí que Feijóo "tiene una relación fluida de colaboración" con personas que no están conformes con el actual Ejecutivo, lo que en Vox ven con cierto recelo aunque aseguran que la cercanía del PP a la socialdemocracia "les deja más espacio libre a la derecha".

Los populares calculan que hay "más de medio millón de votantes, alrededor de los 600.000" que en las anteriores elecciones votaron al PSOE y que ahora se decantarían por la papeleta con las siglas PP. Por esa razón, el mensaje del PP se centra en impulsar un "partido sin etiquetas".

"No me voy a mover del marco de la moderación. Si alguien quiere a un radical al frente del Gobierno de España, ya lo tienen. No vamos a hacer eso. No voy a ofrecer más caos. Voy a ofrecer gestión, respeto y unión. Un político que cree en la política y en los servicios públicos en los que ha creído siempre", sentenció el líder del PP hace unos días. "Buscamos un Partido Popular al que pueda llegar gente de cualquier espectro ideológico, incluidos los votantes socialistas molestos con Pedro Sánchez", insisten fuentes populares.

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