
Doce horas después del terremoto, todavía se notan las réplicas en el sismógrafo socialista. Ni los ministros, ni los diputados del PSOE han querido entrar a valorar las frases de Felipe González y Alfonso Guerra criticando la ley de amnistía que Sánchez está negociando con Junts y ERC.
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, el de Interior, Fernando Grande Marlaska, y la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, han huido de la prensa por los pasillos del Congreso cuando los periodistas le preguntaban por los dardos del expresidente del Gobierno y el que fuera su número dos.
Sólo el ministro de cultura, Miquel Iceta, les ha dedicado un calificativo: "antiguas". Las prisas del Gobierno para evitar responder a la prensa también se han visto en el grupo parlamentario donde han declinado responder a Guerra y Felipe.
El portavoz, Patxi López, se ha excusado en que llevaba tarde para no polemizar. Sólo la que fuera vicesecretaria general del PSOE y purgada luego por Sánchez, Adriana Lastra, les dedicaba una palabras: "Yo siempre respeto y admiro a los padres fundadores aunque no esté de acuerdo con ellos".
"Dirán que estamos mayores"
González ya anticipó que sus frases no iban a gustar al PSOE y que dirían que "están mayores". "Paradoja es que defendemos las posiciones del partido pero como no se escucha más que ruido de los que piensan que no estamos apoyando al PSOE", afirmaba Felipe González.
Alfonso Guerra recordaba su respaldo a Sánchez cuando decía que la amnistía no era Constitucional. "Decía eso y a mi siempre me cogía defendiendo lo que dice el partido. Yo no he sido disidente. El disidente es el otro que va cambiando", afirmaba el que fuera número dos del partido socialista entre aplausos.
Guerra, que empezó asegurando que esto "no era un complot", no tardó mucho en sentenciar que la amnistía es la "la humillación deliberada de la generación de la Transición" y que "significa la condena de la democracia".
Unas frases que fueron asentidas por Felipe González a su vera. "Lo que uno no puede es saltarse la legalidad", afirmó el presidente de Gobierno entre 1982 y 1996. "No cabe la amnistía en la Constitución", sentenció el histórico líder del PSOE porque "borra el delito" y acusó a Puigdemont de "cargarse la Constitución" y "el Estatuto".


