Alberto Núñez Feijóo no ha conseguido ser investido presidente del Gobierno por apenas tres votos. Con 172 votos a favor y 177 en contra, el líder del PP se ha quedado a las puertas de entrar en La Moncloa, a pesar de haber ganado las elecciones del 23-J. Además, ha habido un voto nulo, el de Eduard Pujol, de Junts, que votó a favor de Feijóo "por error" entre el jolgorio de sus compañeros. La mesa, en un primer lugar, lo dio como válido y replicó el "sí". Armengol, tras reunirse con los letrados, anuló el voto favorable y lo dio como nulo.
Una derrota que, con sus intervenciones en el debate, ha convertido en victoria, especialmente a nivel interno y con la vista puesta en el futuro. El partido ya asume que deberá liderar la oposición y con ese objetivo, Feijóo ha centrado su último discurso en avanzar su estrategia, además de advertir contra la falta de límites de Pedro Sánchez a la hora de negociar con los independentistas, que ayer elevaron el precio de su apoyo y exigieron un referéndum, además de la amnistía.
El líder del PP ha constatado, una vez más, que él no está dispuesto a ceder a las exigencias de los separatistas, a la par que retaba a Sánchez: "Yo no quiero ser presidente a costa de la dignidad de mi país y la igualdad de los españoles, ahora toca conocer si usted quiere ser presidente del gobierno a costa de la dignidad y la igualdad de los españoles", ha dicho exigiendo al líder del PSOE que aclare sus planes.
Ante la posibilidad de que el PP pueda ofrecer la abstención de varios de sus diputados para evitar que el PSOE se apoye en los separatistas, Feijóo ya ha advertido de que resultaría "cínico" que los socialistas se atrevieran siquiera a pedirlo cuando no han sido capaces de ofrecer esta posibilidad para su investidura cuando ha sido el ganador de las elecciones.
Sánchez se parapeta en Óscar Puente
Sánchez ha optado por la misma estrategia que el martes: no dar explicaciones y delegar en Óscar Puente. El que fuera alcalde de Valladolid ha repetido como portavoz pese al altercado en el AVE en el que se había visto envuelto esa misma mañana. El diputado raso ha optado por un tono más sosegado que el que había mostrado hace 3 días pero sin renunciar a una burla bruta para investir a Feijóo como "líder y azote" de Sánchez.
"Entró siendo candidato a líder de la oposición y al parecer va a salir líder de la oposición", afirmaba mientras le recomendaba "aprender algo del señor Sánchez" y convocar primarias para "fortalecer su liderazgo interno". "Los líderes se forjan en las ocasiones que no juegan con ventaja", decía mientras concluía recordando la canción del Dúo Dinámico que aparecía en el final de la serie Verano Azul, lema que fue escogido por el PP para la campaña, "el final del verano llegó y usted partirá".
"Nadie sabe hasta cuándo su liderazgo durará lo que es seguro es que el PSOE seguirá", ha añadido como punto final antes de volver a su escaño situado en la parte superior del hemiciclo, entre aplausos de la bancada socialista que, esta vez, ha evitado mostrarse tan efusiva como hace dos días.
Desde Vox, Santiago Abascal ha centrado su intervención en atacar a Sánchez, al que ha acusado de "ser malo en cualquier novela, serie o película, el más corrompido, villano e infame". También ha tenido palabras para Feijóo, para agradecerle que tenga límites, pero reprocharle haber dicho que "la grandeza de la democracia" permite a Bildu concurrir a las elecciones. "Es por la pequeñez de los grandes partidos que han votado contra la ilegalización este partido", ha criticado.
El PNV se indigna con Feijóo
ERC optaba por Teresa Jordá, que está ganando enteros dentro de la formación frente a Rufián, para ejercer de portavoz. La separatista ofrecía un discurso insultante en el que no faltaban descalificaciones a la Policía Nacional, a los que tildaba de "Piolines", además de acusar de "ladrones" a la Casa Real.
La portavoz del PP, Cuca Gamarra, pedía la palabra para exigir que se retirasen del libro de sesiones "palabras ofensivas". La presidenta de las Cortes, Francina Armengol, admitía su petición pero puntualizaba que retiraría también "los insultos contra Sánchez", pese a que no aclaró a qué se referían.
Aitor Esteban, del PNV, tras la contundente réplica de Feijóo del miércoles, aseguraba que ahora "rechaza con más razones aún" su investidura porque "les separa un abismo". "Deje de preocuparse por el PNV y no nos dé lecciones acerca de lo que es o necesita", matizaba visiblemente irritado por el pronóstico del popular recordándole que Bildu le está comiendo terreno y que Sánchez le utilizará como un "kleenex".
Bildu optaba por un tono más agresivo aún del que nos tiene acostumbrados. "Nos da igual el PP y Vox o Vox y el PP. El orden de los factores no altera el fascismo", añadía mientras tildaba de "racista" al exalcalde de Vitoria, Javier Maroto.
La respuesta venía por parte de UPN. Alberto Catalán le recordaba a Sánchez que "estos son sus socios" y que "no se puede blanquear a Bildu y es su responsabilidad". La formación foralista veía, tras la intervención del proetarra, más motivos para apoyar a Feijóo.
También Coalición Canaria, a través de su portavoz, Cristina Valido, reprochaba a los socialistas los insultos que, en las últimas horas, están recibiendo por redes sociales. "Me hacen pensar que no necesitarán nuestro apoyo", deslizaba como respuesta a la bancada del PSOE que, en los últimos días, están filtrando que les gustaría que se sumasen al bloque de PSOE y Sumar en la investidura de Sánchez.
La investidura fallida pone en marcha el reloj para una repetición electoral que tendría lugar el 14 de enero si Sánchez no logra formar gobierno en los próximos dos meses. El presidente en funciones se mostró ayer convencido de que "habrá gobierno progresista", pese al elevado precio puesto por los separatistas para darle su apoyo al reclamar, además de la amnistía, el referéndum.