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Bildu quiere identificar a los policías infiltrados asegurando que practican "violencia sexual institucionalizada"

Hay que recordar que los policías infiltrados fueron unos de los grandes artífices de los mayores golpes a la banda terrorista ETA.

Hay que recordar que los policías infiltrados fueron unos de los grandes artífices de los mayores golpes a la banda terrorista ETA.
Pedro Sánchez estrecha la mano a la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurúa. | Europa Press

Bildu asegura que los policías infiltrados son "agentes de inteligencia" que practican "violencia sexual institucionalizada". Ha exigido a Sánchez identificarlos y que se acabe con una práctica que considera "amenazante" para los grupos delictivos en los que se camuflan los agentes. Hay que recordar que los policías infiltrados fueron unos de los grandes artífices de los mayores golpes a la banda terrorista ETA.

Bildu ha exigido al Gobierno que remita "a la Comisión de Interior un informe en los próximos tres meses, en relación a los casos de infiltración policial en asociaciones bajo la cobertura de ‘agentes de inteligencia’, que se han producido en los últimos diez años". Quiere que, en ellos, se especifique "el objetivo y objeto/target del operativo, en qué momento se autorizó dicha operación, quién fue el superior jerárquico que la aprobó y a quién se le rendían cuentas". Asimismo, reclama "concretar por cuánto tiempo, a qué información se accedió, como fue tratada la misma, con qué fines y a cuantas personas y organizaciones afectó". De facto, todo ello, equivaldría a que los grupos delincuenciales infiltrados pudieran identificar a los policías infiltrados, con el consiguiente peligro para los agentes.

Bildu exige igualmente al Gobierno "cesar la práctica abusiva de infiltrar movimientos sociales para investigarlos a ellos o a sus miembros sin orden judicial, bajo el supuesto amparo del artículo 11 de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Seguridad, epígrafe H) Captar, recibir y analizar cuantos datos tengan interés para el orden y la seguridad pública y estudiar planificar y ejecutar los métodos y técnicas de prevención de la delincuencia" y "establecer las garantías necesarias para la no repetición, mediante la implementación de una circular que especifique y limite las funciones asignadas a las fuerzas y cuerpos de seguridad dependientes de la Comisaría General de Información en relación a las actuaciones para la captación de información para la seguridad pública y la prevención de la delincuencia previstas en el artículo 11.1.h) LOFCS, incluyendo una previsión expresa de que la práctica de la infiltración policial solo podrá realizarse en los supuestos y bajo las garantías establecidas por la Ley de Enjuiciamiento Criminal".

Según Bildu, "en los últimos años se han descubierto varios casos de agentes del Cuerpo Nacional de Policía infiltrados en movimientos sociales en Cataluña, Valencia y Madrid. El número de casos hecho público en los dos últimos años, al menos nueve hasta el momento, hace entrever que el fenómeno es extendido y encuadrado en un programa o plan con el objetivo de hacer investigaciones prospectivas sobre asociaciones o sobre personas, sin autorización judicial, utilizando técnicas invasivas e impropias de un Estado democrático".

"Estos hechos ponen de manifiesto que la infiltración en movimientos sociales ha sido planificada y ejecutada de forma estructurada. Todos los casos siguen un mismo actuar, existen relaciones entre los agentes descubiertos, así como evidencias de una estructura para realizar su acometido: presupuesto, inmuebles a su disposición, provisión de identidades supuestas y documentos públicos adaptados a ellas, e incluso personal de apoyo", afirman los proetarras.

"Estos agentes, mediante el engaño e identidades falsas, han participado activamente en movimientos y en acciones militantes. Para ello, y con el fin de obtener información han realizado técnicas invasivas accediendo a domicilios, a comunicaciones privadas, al ámbito familiar e incluso estableciendo relaciones de pareja y sexoafectivas con militantes de los movimientos infiltrados", asegura el partido del condenado por etarra Arnaldo Otegi.

"Además, en varios casos ha habido interacciones sexuales impuestas mediante el engaño, que se realizaron de forma planificada, deliberada y con el conocimiento de que se las estaba empujando a realizar actos que atentaban directamente contra su libertad ideológica y su identidad política. Se trata de una forma de violencia institucional sexualizada", concluyen los proetarras.

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