Cada semana, el Gobierno va subiendo de intensidad en sus ataques contra el titular del Juzgado de Instrucción nº 41 de Madrid, Juan Carlos Peinado. El magistrado que instruye la causa contra la mujer del presidente, Begoña Gómez, por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Cualquier atisbo de respeto a la independencia judicial saltó por los aires este martes, tras la declaración como testigo de Pedro Sánchez, pese a que el presidente del Gobierno se acogió a su derecho a no declarar.
No fueron ni tres minutos ante el magistrado pero el Gobierno, en la rueda posterior al Consejo de Ministros, le dedicó incluso más tiempo. Todo con duras acusaciones y reproches al juez que investiga los negocios de la esposa de Sánchez. "Han venido a grabar un montaje con un claro objetivo: erosionar al presidente del Gobierno en base a un no-caso", terciaba la ministra Pilar Alegría desde la sala de prensa de Moncloa.
La portavoz proseguía una retahíla de descalificaciones que buscan dejar al magistrado como una persona ávida de protagonismo, buscando "el espectáculo" y con inclinaciones a la derecha. "Ha venido a Moncloa a hacerse una foto, a dar alimento a las tertulias para este verano", añadía en otro momento.
Incluso le acusaba, de manera preventiva, de cualquier filtración. "No se preocupen ustedes que seguro que en los próximos días vamos a ver filtradas las imágenes en algún pseudo-medio conservador", prometía sobre la declaración de Sánchez.
Alegría prometía que "el tiempo pondrá a cada cosa en su sitio" y pedía "máxima tranquilidad". Sólo unos minutos después de acabar la declaración de Sánchez, el presidente del Gobierno utilizaba a la Abogacía General del Estado para querellarse contra Peinado por un delito de prevaricación La querella ha sido presentada ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) en el que está aforado el juez de Plaza de Castilla.
Alegría defendía la denuncia porque es "en defensa de la institución de la presidencia" para "dar cobertura jurídica a lo que es una causa política". Fuentes del Ejecutivo defienden la utilización de la abogacía del Estado porque el presidente "no tiene asistencia legal" y afirman que "lo sorprendente es que se haya llegado hasta aquí".
Casi a la misma hora que Alegría cargaba contra Peinado, Sánchez reaparecía en Ferraz. La Ejecutiva del partido le recibía con una sonora ovación y de pie. En una reunión extraordinaria, sin comparecencia ante los medios, y que servía para cerrar filas con el secretario general del PSOE sólo unos minutos después de comparecer ante Peinado. Aunque el punto principal era aprobar por la Comisión Ejecutiva el pre-acuerdo entre PSC y ERC para investir a Salvador Illa.

