La orden de Ferraz era clara: no había que abrir debates internos en las federaciones hasta después del Congreso Federal del PSOE. La instrucción tenía como objetivo preparar un cónclave interno tranquilo, para consolidar el liderazgo de Pedro Sánchez, pensando que así saldría reforzado con una gran aclamación interna, salvo algún rejonazo de la federación de Castilla la Mancha que todos dan por descontado.
La sorpresa fue mayúscula cuando en la noche del viernes, el secretario de organización, Santos Cerdán, decidió desactivar las primarias que se estaban organizando en Castilla y León. Una premura que no tuvieron con otros territorios.
Ferraz llevaba tiempo preparando la sucesión del líder regional Luis Tudanca. Incluso promocionaron a una de sus más leales, Esther Peña, a la portavocía del partido para crear una división y, de paso, quizás auparla como sucesora si la operación salía bien, pero la diputada burgalesa se mantuvo leal a Tudanca.
En las últimas semanas, la alternativa al líder de los socialistas castellanos y leoneses parecía salir del Gobierno y en Ferraz miraban a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, como posible sucesora. También ganaba enteros como hombre fuerte el secretario de Acción Electoral, Javier Izquierdo. Lo único que necesitaban es que Tudanca diese un paso al lado pero el líder regional, lejos de amilanarse, y con la excusa de un posible adelanto electoral en Castilla y León, tras la ruptura del pacto entre Mañueco y Vox, decidió adelantar las primarias y, de paso, evitar una alternativa.
Así que Cerdán intervino y suspendió las primarias. "No queremos un PSOE al servicio de la cosa nostra", escribía la exsecretaria de Igualdad del PSOE y actual diputada rasa por León, Andrea Fernández. Su mensaje no pasó desapercibido. Hasta el pasado 21 de enero, Fernández formaba parte de la Ejecutiva federal socialista y tiene buenas relaciones con el sanchismo primigenio, encarnado en la exvicesecretaria general Adriana Lastra.
La revuelta no bajó de intensidad. A los pocos días, el alcalde de León, José Antonio Díez, acusaba a Santos Cerdán de "jugar sucio" y afirmaba que Tudanca "tenía razón". Los mensajes de Díez y Fernández evidencias las tensiones en el PSOE leonés donde su secretario general, Javier Alfonso Cendón, es fiel a Cerdán. Para evitar que la brecha creciese, Ferraz no sacó este lunes a la portavoz de la Ejecutiva, Esther Peña, que sigue fiel al todavía líder regional.
Castilla y León prendía la chispa pero no se trata del único territorio que se empieza a sublevar contra Pedro Sánchez
Aragón
La idea de Sánchez era que su ministra Pilar Alegría se hiciese cargo del PSOE de Aragón pero la idea cuenta con la férrea oposición del expresidente Javier Lambán quien, pese a su delicado estado de salud, se niega a cualquier tipo de tutela. El que fuera presidente quiere dedicar las fuerzas que tiene a evitar que la ministra sea su sucesora en la federación y prefiere aupar a la diputada regional, Mayte Pérez, o al presidente de la Diputación de Zaragoza, Juan Antonio Sánchez Quero.
En principio, la que contaría con más apoyos sería Pérez quien pescaría también en caladeros sanchistas pero que ve con recelo a Alegría. La ministra sólo cuenta con el apoyo férreo de Huesca pero Teruel y en especial la poderosa Zaragoza están en contra. En Aragón sentencian que, si al final se presenta Alegría, sería derrotada.
Madrid
Ferraz ya ha señalado en más de una ocasión a su líder regional, Juan Lobato, la puerta argumentando que sus resultados están por debajo de la media. Quien más se está moviendo para relevarlo es el delegado del Gobierno, Francisco Martín, hombre de la plena confianza del ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, pero Lobato se niega a dar un paso al lado y en su entorno no descartan las primarias.
Algunos recuerdan alguna experiencia previa como la de Tomás Gómez que resistió y ganó unas primarias frente al dedo del por entonces líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, que quiso poner a la exministra de Sanidad, Trinidad Jiménez. Aquella derrota del oficialismo empezó a marcar el declive orgánico del zapaterismo.
Andalucía
En Ferraz también veían con buenos ojos un relevo al frente del PSOE andaluz tras sus pobres resultados. Incluso se barajaban dos alternativas a Juan Espadas: María Jesús Montero, ministra de Hacienda, y Juan Francisco Serrano, mano derecha de Santos Cerdán. El problema es que ninguna de las dos cuaja o, en el caso de la vicepresidenta, se niega a dejar Madrid para volver a su tierra.
El "susanismo" de la expresidenta Susana Díaz lleva tiempo moviéndose pero tampoco parece que consiga una alternativa, así que en la dirección del PSOE prefieren que Espadas siga hasta que se busque un candidato alternativo de cara a las elecciones.
Cantabria
La sorpresa de este lunes fue ver cómo estallaba otra crisis en una región donde no se esperaba ningún cambio. En un principio, el líder Pablo Zuloaga, uno de los más fieles a Pedro Sánchez, iba a seguir al frente de la federación montañesa pero las críticas internas empiezan a ser cada vez más fuertes, y el diputado en el Congreso Pedro Casares suena como alternativa si hay primarias.
Extremadura
Los críticos con Cerdán alertan de una "cacicada" en este territorio. Hace unos meses, el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, ganó unas primarias. Lo único que falta es el Congreso que le ratifique y algunos ya dejan caer que Ferraz podría presentar una candidatura alternativa, ya que no ha gustado el perfil propio de Gallardo, como sus críticas al concierto catalán.